La fiesta sigue en el patio del festival
Cosquín.- A la izquierda del escenario sobre una tarima algo más elevada que el piso, los integrantes de los ballets estables invitan a bailar al público.
En las noches, el piso tiembla con el zapateo y la multitud que mueve su cuerpo al ritmo de chacareras, gatos y escondidos. La zamba provoca un revuelo de pañuelos, que visto desde arriba parece palomas blancas en la oscuridad de la plaza Prospero Molina.