El libro de Néstor, un texto también para mirar

domingo, 21 de octubre de 2018 · 12:16

Por María Alejandra Ciuffolini

(Socióloga. Investigadora Social "El llano en llamas")

 

 

Los encuentros, nos provocan alegría, porque nos hacen saber que no estamos solos, que otros también caminan pensando y sintiendo el pulso cruel de los tiempos políticos y sociales.

El encuentro con Néstor (Pérez), como persona, como periodista y como escritor es ciertamente una alegría, a la que los invito a sumarse con la lectura del libro. Pero más allá de los elogios merecidos, "La palabra incómoda", es un texto político estricto y libre que asume la marca de su singularidad estética. Esta singularidad resulta de un equilibrado balance entre, crónica, historia, teoría social, humor y poesía, desde allí diluyendo las fronteras entre el ensayo, la crónica y el testimonio, se despliegan veintiocho textos cortos que abordan nuestra urticante realidad.

Con un tono original discurre por cuestiones como: El lugar del "negro", el trabajador en los años 70 y su conversión en este principio de siglo en la escoria el objeto del miedo y el rechazo social. Ahí volviendo a la mítica revista "Hortensia" rescata ese otro registro de manera poética: "Negrazón y Chaveta" vienen por las calles de los industriosos años 70, llenos de urbana y desafiante poesía.

Razzias... a la caza del morocho: sobre el racismo y el estigma como código de la seguridad urbana. Allí Néstor vuelve a la cantera de la historia para hurgar en ese imaginario tan prensil en la opinión pública. El texto inicia diciendo: Es cuando le hundieron en el pecho aquel puñal de la traición a Bernardo de Monteagudo le estaban cumpliendo la amenaza en clave española: "¡Zambo, de esta no te dezquitas!"

Zambo, sangre negra disuelta en india... Y termina: Pero el pueblo tiene memoria, abriga esperanzas y afila sus mejores expectativas. Así despacito, llegará la hora en que el humo vuelva a la vela, la lágrima ruede mejilla arriba, la pared orine al perro.

En el tamaño como argumento, su escritura desplaza desde la perspectiva falocéntrica para una lectura política y dice el pensamiento político es árido, pendenciero... o se rinde ante la violencia silente del poder, y luego marca su límite y su muerte cuando afirma: "la intemperie los espera a todos. Los ciclos políticos se terminan, huelga examinar ejemplos. La proporción fálica del mercado es ante la que debemos velar las armas del pensamiento.

En la deuda interna sigue impaga, para decir sobre  las desigualdades persistentes y la responsabilidad de las clases dirigentes, las recorta contra la estatura de nuestros libertadores y entonces dice algo tan bello como: "Hombres que cambiaron el curso de la  historia. Hombres de fuego ardiendo aún en la conciencia de los pueblos libres de la América India.

Néstor no nos propone ni se ubica en un lugar del decir correcto o verdaderos, sino en uno que nos ayude y le ayuda a comprender nuestro presente. 

Ahora si para finalizar dos cuestiones importantes para aquellos que amamos a los libros, que disfrutamos de su textura y materialidad: La primera es la elogiable labor editorial; la segunda, el exquisito trabajo de ilustración, de Alejandra Tolosa, que lo vuelven además un texto para mirar. 

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