A 50 años de su demolición: Así era el hotel más famoso de Carlos Paz

El hotel pertenecía a la familia Bezzechi y contaba con 60 habitaciones, restaurante, un imponente salón de fiestas y hasta un pequeño zoológico. Su último dueño fue el inmobiliario Pedro G. Moral, quien ordenó su demolición el 17 de octubre de 1968 y construyó oficinas y locales comerciales.
miércoles, 17 de octubre de 2018 · 12:15

Carlos Paz. Hoy se cumplen 50 años de la demolición del mítico Hotel Yolanda, que se levantaba en la esquina de 9 de Julio y Av. San Martín, en pleno centro de Carlos Paz. Fue uno de las grandes pérdidas en la historia de la ciudad y uno los establecimientos turísticos más legendarios.

El hotel pertenecía a la familia Bezzechi y contaba con 60 habitaciones, restaurante, un imponente salón de fiestas y hasta un pequeño zoológico. Su último dueño fue el inmobiliario Pedro G. Moral, quien ordenó su demolición el 17 de octubre de 1968 y construyó oficinas y locales comerciales.

Desde su construcción en 1928, fue convirtiéndose con el correr los años en el establecimiento turístico más emblemático en la historia de la ciudad junto con el Hotel Carena.

La historia del Hotel Yolanda se encuentra íntimamente ligada a Bentivoglio Bezzechi, uno de los pioneros de la industria turística en Carlos Paz. Se trata de un inmigrante italiano que llegó en 1906 al país con la premisa de hacerse un futuro, supo desempeñarse en varios restaurantes de Buenos Aires, se casó en Italia y volvió a la Argentina para cumplir funciones como maitre de La Sonámbula durante 11 años. También supo llevar adelante la gerencia del bar La Cosechera de la Avenida de Mayo y luego se trasladó a Córdoba para atender la sucursal que se había abierto.

En 1924, se convirtió en gerente de un hotel en Mar Chiquita y al finalizar la temporada, volvió a Italia con su familia. Tras haber ocupado la gerencia del Molino Farga de Córdoba, en diciembre de 1927 adquirió el terreno donde se levantaría el hotel de sus sueños. Primero construyó una casa con siete habitaciones que alquilaba como pensión junto a su esposa Ida Ferreti y sus hijos Victorio y Yolanda, y luego experimentó un proceso de expansión hasta consolidar un hotel impactante.

El Hotel Yolanda, amplio y confortable, ofrecía a sus pasajeros cancha de tennis, baños naturales sobre el río (tenía una bajada privada porque el fondo del establecimiento daba hacia el cauce), una hermosa terraza, sala de música, un bonito patio andaluz, plaza de diversiones infantiles, jardín de invierno, salón de billar y hasta peluquería.

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