Camila venció la muerte, volvió a su casa y quiere terminar el secundario

Camila atiende el teléfono y escuchar su voz es prueba del milagro. A poco más de tres meses del terrible accidente de moto que sufrió en Carlos Paz, la joven le ganó la batalla a la muerte, volvió a su hogar y se esfuerza por dejar atrás las secuelas de aquella fatídica noche de Año Nuevo.
viernes, 16 de marzo de 2018 · 14:19

Carlos Paz. Camila atiende el teléfono y escuchar su voz es prueba del milagro. A poco más de tres meses del terrible accidente de moto que sufrió en Carlos Paz, la joven le ganó la batalla a la muerte, volvió a su hogar y se esfuerza por dejar atrás las secuelas de aquella fatídica noche de Año Nuevo. El 2 de marzo cumplió 22 años y no fue un aniversario más, fue una fiesta para celebrar la vida.

El 31 de diciembre de 2017, la fatídica noche del accidente, Camila Maite Amaya iba junto a su novio en una motocicleta y protagonizó un grave siniestro en la calle Juncal que le provocó una fractura craneal. Debió ser trasladaba de urgencia al Hospital Gumersindo Sayago y luego a una clínica privada de la ciudad de Córdoba, donde permaneció internada durante el mes de enero.

«Del accidente no me acuerdo de nada, sólo que estaba en mi casa y salimos en la moto. Me puse el casco y me lo prendí, pero se me debe haber salido con el choque. Eso es todo lo que recuerdo,  después fueron pasando los días y comencé a recordar cuando iban a visitarme al hospital»; dijo la joven, durante una entrevista concedida a El Diario. «Mi novio (Gonzalo) me contó que se le cruzó un perro y como el pavimento estaba mojado, patinó la moto y no pudo frenar. Él no se hizo nada y sentía mucha culpa porque no sabía qué iba a pasar conmigo, estuvo siempre conmigo»; agregó.

«Yo nunca bajé los brazos, siempre fui para adelante y logré salir. Ahora me siento muy bien y quiero estudiar para sacar las cuatro materias que me había llevado y terminar el secundario. El lunes me dieron el parte médico y me sacaron horas de kinesiología y únicamente me quedó la mitad de la cara paralizada. El 20 de marzo me hago una tomografía para controlar que todo siga bien y sólo tengo palabras de agradecimiento para quienes me acompañaron y ayudaron a mi familia»; reconoció la joven, cuya historia guarda similitudes con el caso de Lorenzo de Bianchetti.

Verónica Torres es su mamá y contó: «Pasó todo tan rápido que no lo podemos creer. El accidente ocurrió el 31 de diciembre y el 16 de enero, ya hablaba y la pasaron a una sala común. Cuando se despertó, lo primero que me preguntó fue qué íbamos a comer para Año Nuevo. Era como que se había quedado en el día del accidente, yo le pregunté a los médicos si podía contarla la verdad y le dije que había tenido un accidente grave y que estuvo internada un mes. Ella me dijo, con razón estoy acá encerrada». «Fue un verdadero milagro y todos están sorprendidos, cuando salió del coma y la operó, el doctor me dijo que había que esperar su evolución y cuando ella comenzó a mostrar todas estas mejoras, me aseguró que no entendía nada»; relató ayer la madre de Camila.

«Tendría que haber realizado la rehabilitación en la clínica Rita Bianchi de Tanti, pero evolucionó tan bien que el 31 de enero le dieron el alta y terminó haciendo la rehabilitación en mi casa. Los médicos vienen a mi casa y esta semana, le dieron el alta en la parte kinesiológica. Es increíble, puede correr y se encuentra estable. Lo único que le quedó es una parálisis facial y entonces sigue en tratamiento con la fonoaudióloga, pero no se puede creer que los diagnósticos hayan señalado que tiene una parte del cerebro muerta. Está impecable y estamos muy agradecidos a la vida. Yo aprovecho para agradecer a toda la gente de Carlos Paz que nos apoyó siempre»; agregó Verónica.


«Le agradezco a Dios con toda mi alma»

«Después de lo que me pasó, soy más creyente que nunca. Cuando me siente recuperada del todo, voy a ir a la Iglesia para agradecer todas las oraciones que hicieron por mí. Me contaron que la gente se movilizó mucho con mi caso y es muy lindo saber eso»; aseguró la joven a El Diario.

«Me pasó algo muy extraño. Cuando mi prima vino de visita, mi mamá le contaba sobre el momento en que yo estaba en la terapia intensiva y yo recuerdo haber visto toda esa escena. Yo recuerdo haber visto a mi mamá llorando y me veía a mí misma en la camilla; relató Camila, quien completó: «Fue una experiencia muy rara y me enteré que mucha gente vive situaciones así».


Un cumpleaños que nunca olvidará

Camila cumplió 22 años el pasado 2 de marzo, lo celebró junto a su familia y amigos y declaró a este medio: «Fue algo muy especial, estaban todos muy emocionados y no lo podían creer. Fueron varios días donde no sabían si me iba o me quedaba. Yo estaba muy contenta y muy agradecida».

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