Los caballos que curan, a puro galope en Punilla

Cabalgar en las sierras recobrando el equilibrio emocional
sábado, 20 de abril de 2019 · 15:15

Carlos Paz. Una de las actividades más completas para la salud física después, de la natación, es sin lugar a dudas la equitación, uno de los deportes más completos para el cuerpo y para el equilibrio emocional que cualquier persona a partir de los 3 años de edad puede comenzar a practicar.

Ubicada en Icho Cruz y a pocos kilómetros de Carlos Paz, se halla este inigualable deporte en una escuela donde jinetes y amazonas se llevan al regreso de sus prácticas, beneficios que pocos conocen a la hora de cabalgar.

En una recorrida en las sierras por el "Club Hípico La Querencia del Quenti", y en medio de una veintena de caballos, instalaciones equinas y una pista de entrenamiento, la instructora Desireé Huespe explicó a este medio qué se hace en una escuela de equitación y cuáles son los beneficios que obtienen quienes practican este deporte.

«La equitación es un deporte muy completo, ya sea recreativa o deportivamente. Los beneficios que tiene para cada persona son inimaginables. Se cambia mucho el carácter y se templa tras su práctica, al igual que las emociones y el control de los estados de ánimo» aseguró la instructora.

Y agregó: «La semana pasada hablando con una alumna adulta que tenía muchos ataques de ira antes de montar, desde que tiene su caballo, me contó que ha modificado su conducta, porque todo el estado de ánimo con el que ella llega a la clase interfiere con el animal» aseguró. «Esto pasa porque el caballo con el jinete tiene una conexión corporal. Todo nuestro estado muscular y hormonal él lo siente, el estado que tiene el jinete lo toma el caballo y se adapta rápidamente a eso» apuntó. 

«Uno tiene que moderarse para cooperar con el caballo, más que él para cooperar con nosotros. Es un animal muy sensible, y el pensante es el jinete. El caballo no se va a relajar porque te vea a vos nervioso, en cambio vos si tenés que relajarte si sentís nervios montando para que el caballo responda»

Una actividad cada vez más requerida

Sobre los motivos por el cual las personas buscan la equitación, la instructora aseguró que existe de todo, «gente que busca el deporte o superarse, y quienes buscan relajarse o desconectarse. Está la gente que quiere un contacto con la naturaleza, que busca hacer un deporte que le guste».

«La mayoría cuando llegan no han tenido un contacto con los caballos» afirmó y luego de montar varias clases, las personas notan los cambios emocionales.

«Los adultos te cuentan esos cambios más que los niños. Esto porque el adulto es más consciente. En cambio en los niños lo notan los padres, quienes me cuentan que van notado los logros emocionales en sus hijos».

«Por ejemplo hace poco un niño muy inquieto, muy inconstante y digamos con poca empatía, me contaba su mamá que después de varias clases de equitación se notó mucho el cambio de actitud del niño en las relaciones, en la familia, con los hermanos y el resto de la gente, tanto en la paciencia como en el trato. A esta mamá le gusta el deporte y quería ver los beneficios psicológicos de la equitación en su hijo».

La relación jinete-caballo

«Se trata mucho en el respeto del animal en el trabajo mutuo y eso va generando cambios» aseveró Desireé. «Si uno maltrata al animal no se puede progresar, y si hay maltrato, el caballo no va a cooperar en las clases. Puede inclusive que genera reacciones bruscas del animal, por lo que el jinete tiene que modificar su actitud para lograr que el animal colabore, y en consecuencia esto va produciendo cambios en el jinete»

«Hay mucha gente que viene directamente por los beneficios físicos y mentales, gente que me dice mi psicólogo me recomendó que haga esta actividad. En los últimos años aumentaron muchos esos alumnos» afirmó.

Y agregó: «Por ejemplo, la semana próxima comienza una joven, que me contactó porque su psicóloga le recomendó la equitación porque sufre de ansiedad y esta actividad la va a ayudar a mejorar considerablemente».

Esto ocurre porque se establece un vínculo con un ser que no puede hablar, y una vez que se le tiene aprecio al animal, también va a ir generando cambios en uno. En equitación esa relación del jinete con el caballo se le llama binomio. Uno empieza hacer cosas que favorezcan ese binomio para progresar en la actividad. Es como el vínculo humano, cuando le das aprecio a algo, empezamos a hacer cosas que favorezcan esa relación. Y en la equitación es lo mismo».

Avances

«Sin querer se ven otros resultados distintos a la equitación. Yo controlo y ayudo al avance deportivo y del manejo, pero también hay muchos otras cosas que suceden alrededor. Hay una frase que me encanta que dice «los caballos nos enseña muchísimas cosas, y sólo muy pocas de ellas tienen que ver con la equitación».

Sin querer se trabaja la paciencia, la empatía, la cordialidad, la gratitud, genera muchas emociones que se van aplicando luego en la vida.

Cuando comenzamos las actividades, se inicia con un caballo más bien manso de carácter muy tranquilo que acepta los errores de los jinetes principiantes sin distraerse de la tarea, y luego se pasa a un caballo un poco más complicado cuando el jinete lo requiera. No vas a pasar de un caballo manso a otro más lento o más tranquilo. Se va a ir aumentando la dificultad. Los primeros son caballos que tienen mucha tolerancia al error, y luego sí, se va pasando a caballos más sensibles, es por esto que el alumno trabaja un buen tiempo siempre con el mismo caballo, para que vayan formando un vínculo».

Las edades en la equitación

En cuanto a las edades para realizar este deporte Desireé explicó que «Aquí estoy trabajando con niños desde los 3 años y no hay límite de edad para arriba para comenzar con equitación».

El ritmo de trabajo en el aprendizaje

«En las clases no hay un ritmo establecido, es por eso que no es el mismo entrenamiento para todos. Cada persona tiene su ritmo y hay que seguirlo. La idea es saber hasta dónde exigir trabajando con cada alumno. Yo voy pidiendo lo que el jinete me pueda dar» sostuvo Desireé.

Y agregó que «Lo que más comienzan esta actividad son los niños, pero esto se debe a una cuestión social que se estableció en este deporte, donde muchas personas creen que es una actividad más para niños que para adultos. Pero en realidad es para cualquier edad. Inclusive está la idea de que es un deporte de elite pero eso depende en qué nivel lo ejerza uno.

Las personas escuchan equitación y automáticamente piensan en algo caro o imposible, pero en realidad depende de cómo lo quieras hacer. Hacerlo en forma recreativa no es imposible, y al contrario es muy accesible. Además las personas pueden elegir entre hacerlo de forma deportiva o recreativa.

Y de ahí depende de cada persona, depende del carácter de cada uno, está el que busca cabalgar por placer, y el que quiere competir y uno lo incentiva y acompaña.En base a eso se reorganizan los entrenamientos, vemos que hay que preparar, y se va ejercitando a cada jinete.

En competición tengo tanto niños como adultos. Allí lo más importante en la competencia no es el triunfo. Si gana nos ponemos contentos todos, pero el concurso tienen que disfrutarlo y divertirse. No sirve sólo ir a ganar. Es una cuestión de ver que la pases bien, y después ver que cuesta, que falla, que se hace bien, y hacer un trabajo más profundo. Tiene que ser un crecimiento personal». Finalizó la instructora.

Comentarios