La emotiva despedida de «La Turca», la empresaria asesinada en Tanti

Un día gris, frío y una densa neblina acompañaron el cotejo fúnebre, como si fuese una escena más de una película de terror que comenzó con el hallazgo del cadáver. Se conoció que los resultados preliminares de la autopsia revelaron la presencia de importantes hematomas en el cuerpo y dos lesiones en la cabeza.
jueves, 19 de julio de 2018 · 10:38

Tanti. Los restos de la empresaria Patricia Rosa Saad (61) fueron despedidos y sepultados ayer en una emotiva ceremonia que se realizó en el cementerio de Tanti. Era conocida como «La Turca» y habría sido asesinada el lunes pasado en medio de un misterioso crimen que conmocionó a la sociedad cordobesa. El ex intendente Alejandro Pérez Baroni acompañó el féretro junto a su esposa, Débora Sarmiento, quien era amiga de la víctima y encontró el cuerpo bañado en sangre.

El caso alcanzó trascendencia nacional y la titular de la Fiscalía de Tercer Turno de Carlos Paz, Jorgelina Gómez, confirmó que la mataron a golpes con un objeto contundente y dispuso que la causa sea caratulada como «homicidio». Mientras avanza la investigación, se conoció que los resultados preliminares de la autopsia revelaron la presencia de graves hematomas en el cuerpo.

Un día gris, frío y una densa neblina acompañaron el cotejo fúnebre, como si fuese una escena más de una película de terror que comenzó con el hallazgo del cadáver. Estaba tirado en la cocina de la vieja casona donde vivía, la misma que había pertenecido a sus abuelos, la que estaba en lo alto de una calle rodeada de árboles frondosos. Familiares, amigos y vecinos de «La Turca» se congregaron para darle el último adiós con la emoción apretando en el pecho, todavía con el sabor amargo de la injusticia de no saber todavía quién le dio muerte a esa mujer que parecía invencible.

«Vivía cerca de mi casa, era una mujer que no le hacía asco al trabajo duro. Ella misma hacía las obras públicas que le encargaban, era fuerte y sabía trabajar»; contó ayer un vecino del barrio.

«La Turca» era ingeniera agrónoma jubilada y provenía de una familia tradicional de la zona, al tiempo que había trabajado en obras públicas durante la gestión del ex intendente Pérez Baroni y era una reconocida militante del radicalismo. Precisamente, había montado una empresa que se dedicaba a la realización de obras como mantenimiento de calles y extracción de áridos, entre otras. Ella misma manejaba muchas veces las máquinas y era reconocida entre la comunidad, quienes la conocían aseguraron que era una fumadora empedernida y celosa de su vida privada.

Estaba acostumbrada a manejar grandes sumas de dinero y trascendió que tenía intenciones de comprar una retroexcavadora. Como había sufrido varios hechos delictivos (una vez incluso la golpearon violentamente para robarle) no solía abrir la puerta a cualquiera, motivo por el cual, los investigadores sospechan que podría haber sido asesinada por alguien de su entorno más cercano.


¿El crimen no habría sido premeditado?

La fiscal Jorgelina Gómez y su equipo de investigación trabajan a destajo para reunir las pistas necesarias que permitan esclarecer el crimen de Patricia Saad. Tal como indican los manuales, las primeras 72 horas son claves para encontrar las huellas que el asesino haya dejado sobre el cuerpo de la víctima o la escena del crimen. Las fuentes consultadas informaron a El Diario que «La Turca» recibió varios golpes en el rostro y cuando estaba desvanecida en el piso, fue ultimada con un objeto contundente que todavía no se encontró. Al cierre de esta edición, los investigadores de la Policía de Córdoba habían recolectado decenas de testimonios de vecinos, amigos y familiares de la víctima y estaban analizando las llamadas telefónicas que había realizado en las últimas horas.


El entorno bajo la lupa

Todos los testimonios de quienes conocían perfectamente a la víctima (porque los unía algún tipo de relación, ya sea amistosa o familiar) coinciden en que la empresaria no permitía que cualquiera ingresara a su domicilio. Esta característica de la víctima abona la hipótesis de la fiscal Jorgelina Gómez que víctima y victimario se conocían perfectamente, que por eso logró ingresar a la casa. Y que no habría sido un crimen premeditado, sino que todo se desató tras una intensa discusión.

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