A la Escuela Carlos N. Paz

lunes, 13 de julio de 2020 · 14:19

Por Raquel Saccardi

 

Es una hermosa mañana del mes de marzo de 1938. Comienzan las clases. Una niña de más o menos 8 a 9 años, nacida en esta hermosa Villa Carlos Paz, fundad por Don Carlos Nicandro Paz, se dirige a la escuela con su impecable delantal blanco, hermosas cintas atando sus trenzas, cuadernos, lápices, y la inmensa alegría de llegar. Se escuchan las voces de alumnos, maestros y el inconfundible tañido de la campana, en ese silencio todas las miradas siguen con emoción el izamiento de nuestra bandera que desde lo alto del mástil nos acompañará en esta primera jornada. 

El patio de la querida escuela poseía en su centro un gran molino, alrededor del cual jugábamos en los recreos. Su director, el Sr. Pedro Alberto Carande, maestro también de 4to. grado, nos daba clases de jardinería en el patio posterior, muy amplio, por el que cruzaba el canal cuyas aguas nos daba riego para las diversas hortalizas que plantábamos y al finalizar el ciclo lectivo veíamos con gran alegría nuestra cosecha: lechuga, espinacas, zanahorias, tomates, etc.

Cuatro aulas con grandes ventanas, dirección, salita de música y la hermosa galería que daba al patio interno cobijaban por esos años los dos turnos.

Una señora, casi siempre vestida de negro con una alegre acento español nos visitaba asiduamente, era nada más y nada menos que Doña Anita Carena, presidenta de la Sociedad Cooperadora, quien durante muchos años llevó con gran empeño su labor que fue de enorme apoyo: teníamos la copa de leche, el criollito, útiles escolares, elementos para el aula.

Las fiestas patrias y las de fin de año, "inolvidables", desfiles en las calles de la Villa encabezados por la Escuela Carlos N. Paz; para sus alumnos: LA MEJOR.

Pasaron muchos años, la niña que comenzó estas memorias pudo cumplir su sueño. El título de maestra y Dios la bendijo al ser nombrada para ejercer, precisamente en su querida escuela la que, con sus cien años recién cumplidos, albergó miles de alumnos, hoy comerciantes, obreros, profesionales, hombres y mujeres de bien.

Gracias escuela Carlos N. Paz!

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