Peteco Carabajal cerró la segunda noche cantando ante una plaza llena

lunes, 28 de enero de 2019 · 09:47

Por Pao de Senzi

Fotos: Paul Amiune

Cosquín.- El coro que seguía a la voz de Luciano Pereyra pasada la una y media de la madrugada, llegaba hasta el Pan de Azúcar, recortado detrás del escenario que cobijaba su presentación en la segunda luna. La platea colmada –en su mayoría femenina- celebraba la seguidilla de grandes éxitos del cantante nacido en Lujan, provincia de Buenos Aires, que está cumpliendo veinte años de carrera. Luciano fue el número central de una noche la que parecía difícil superar en emoción e impacto a la anterior, aunque la grilla anunciaba momentos interesantes y mucho romanticismo, por lo que se dio en llamar La Luna enamorada.

Canto Cuatro abrió la noche después del Ballet Camin, que incluyó en su puesta en escena a los ex bailarines que participaron a lo largo de 30 años. Los salteños recorrieron su repertorio de clásicos del folklore, un enganche efectivo para un público que esperó pacientemente al artista de la noche, escuchando cada una de las propuestas que lo precedían. Camila Nievas, la ganadora del pre Cosquin en el rubro solista femenino por la sede Crespo, Entre Ríos, demostró una vez más que el certamen de nuevos valores cobija grandes artistas que merecen estar sobre los grandes escenarios.

Dos más uno, la agrupación formada por los hermanos Marcelo y Hugo y Ariel Sánchez. Dejaron una buena impresión sobre el escenario. El trio de larga trayectoria que en los últimos tiempos se hizo reconocido en el país por su participación en el programa Morfi, recorrió un repertorio argentino y latinoamericano destacándose la versión de La Pomeña, y Una Palabra.

Gabriel Macías, ahora residente en Cosquín (vivió algunos años en Buenos Aires y allí empezó su carrera solista luego de integrar el grupo Ceibo), desplegó su caudal vocal e invitó al charanguista Pachi Herrera, uno de los ausentes este año en la grilla del festival. Julieta Marucco, la artista oriunda de Cañada de Gómez, entregó un set prolijo, en el que se destacó una zamba que –como ha sucedido y sucede con “Zamba Para Olvidar”-, se repite últimamente en muchos escenarios: se trata de la “Zamba de Amor en Vuelo” de Jorge Milikota, que popularizara Tamara Castro. La pareja ganadora del rubro baile estilizado en el Pre Cosquin, Dolores Ardua y Jorge Vázquez de la sede de lomas de Zamora, también demostró su arte sobre el escenario.

Las delegaciones pisan fuertes

Más allá de las puestas en escena que en los últimos años viene trayendo la Delegación de Santa Fe, es cierto que las representaciones provinciales, se preocupan por presentar excelentes y dignas propuestas para presentarse en el escenario Atahualpa Yupanqui. En la segunda luna fue el turno de las delegaciones de Tucumán y Santa Cruz, la primera con un nuevo homenaje

Mercedes Sosa de la mano de sus sobrinos, Coqui y Claudio Sosa, junto a valores nuevos y de trayectoria de la provincia, como Sofia Ascárate, Noemí Scalora, Daniel Cayos, Juan Pablo Ance, Adrián Sosa y Kike Yance, bajo la dirección de Carlos Podazza, recorriendo parte del repertorio que cantaba La Negra; la segunda con el grupo Santacruceños, integrado por el trio Voces del Sur, David Andrade, Katu Gallardo, Edmundo Águila, Javier Andrade, Tamara Rivarola y Hugo Merlo (quien fuera guitarrista y productor de Hugo Giménez Agüero). La delegación del sur del país presentó un cuadro compuesto por músicos, poetas y artesanos, abordando la temática del trabajo y la soberanía. Antes del cierre llegaría Destino San Javier, el conjunto vocal formado por Franco Favini y Bruno y Paolo Ragone. Con buenas voces, buenos arreglos, y mucha facha, los integrantes del trio cautivaron al público femenino que dejó la estela romántica de Luciano Pereyra.

En una noche de elevado porcentaje de romanticismo y de algunos momentos destacados, Peteco Carabajal abrió otra puerta: la del romance con el público, que recordó aquella histórica actuación bajo la llovizna a las siete de la mañana, hace unos años atrás. Solo al frente del escenario con su guitarra (luego se abriría el telón para sumar su nueva propuesta, Riendas Libres), el santiagueño comenzó Con “A mis viejos” y “Memorial de Los Patios y siguió con “Como Pájaros en el Aire”. Con tan poco bagaje, pero con sus canciones que son de la gente, y su impronta de artista inmenso, Peteco hizo bailar y cantar en minutos a una plaza que ya entrada la madrugada de la segunda luna, aún mostraba un buen porcentaje de público.

Luciano y La Sole, con miradas distintas sobre la actualidad del folklore.

En las conferencias de prensa siempre se cuecen habas. Los grandes artistas, muchas veces despliegan allí sus talentos para evadir respuestas o mucha imaginación para sortear preguntas que no quieren responder. Cuando Soledad se bajó del escenario, después de interpretar La Gringa, de su nuevo disco producido junto a Carlos Vives, la pregunta de rigor fue qué opina de la actualidad del folklore, por lo que Soledad respondió que estaba “en baja”, y desató una pequeña polémica en la sala de prensa. Horas más tarde, Luciano Pereyra enfrentó a una periodista que le reclamó no haberle concedido una entrevista, diciendo que no era a él a quien debían entrevistar sino a los nuevos valores. “Porque nosotros ya tenemos 20 años de carrera –dijo-, y está en ustedes, descubrir nuevas voces para los festivales. El folklore alternativo circula mucho en las redes pero tiene muy poco espacio en los medios, y eso depende de ustedes”, concluyó.

 

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