A 40 años del histórico título mundial de «Falucho» Laciar

Villa Carlos Paz. El deporte argentino celebra hoy 40 años del histórico triunfo de Santos Benigno «Falucho» Laciar en Sudáfrica, cuando se coronó campeón mundial de boxeo de la categoría mosca ante Peter Mathebula.

El 28 de marzo de 1981 el cordobés, nacido en Huinca Renancó y radicado en Villa Carlos Paz desde hace muchos años, logró una hazaña difícil de repetir: venció al local y favorito con solo 22 años y escasa experiencia en el plano internacional.

Aquel mítico combate se llevó a cabo en una cancha de fútbol en Soweto, ubicado en las afueras de Johannesburgo, que por aquel entonces contaba con un toque de queda a las seis de la tarde para que los afroamericanos dejasen la gran ciudad y volviesen a su hogar, con estrictas y duras penas para aquellos que no las cumplan.

Laciar llegó acompañado por los cordobeses Francisco Giordano (su manager), el técnico Horacio Bustos y el doctor Mantegazza. También estaban Tito Lectoure, el doctor Roberto Paladino y el profesor Patricio Russo. 

Según relata el periodista Ernesto Cherquis Bialo, «hacia el final del 4° asalto la pelea era totalmente pareja: el sudafricano había ganado el 1er. round, Laciar, en cambio, el 3°; mientras que el 2° y el 4° habían sido parejos. La locura habría de producirse en el 5° round.

Todo cuanto hizo el árbitro norteamericano Stanley Berges desde ese 5° asalto hasta los 2'20" del 7° en que terminó la pelea, fue absurdo. La primera caída (derecha en apertura e izquierda cruzada invirtiendo la combinación) ya era lisa y llanamente el nocaut. Llegó hasta 8" contando con exasperada lentitud. La segunda caída (un gancho de derecha a la punta de la pera) que sacó a Mathebula del ring la consideró empujón (parcialidad total); la caída en que Mathebula se lo lleva a Laciar tomándolo de la cintura también era válida para conteo; y al final, después de una combinación de más de seis golpes, Mathebula (que se quería ir al final del 5° y su segundo Willie Lok lo empujó para continuar) se levantó a los doce segundos cuando el referí iba por ocho. Finalmente el desigual combate finalizó cuando el propio sudafricano encaró hacia el rincón totalmente groggy y desahuciado. Después, el árbitro consumó un coloquio como queriéndole decir al público y al rincón del sudafricano: “No tuve más remedio”. Volvió al centro del ring y levantó la mano de Laciar a instancias de Tito». La hazaña se había concretado.