Argentina se coronó campeón en el Mundial de Talla Baja, que terminó en escándalo
Buenos Aires. Lo que era una fiesta se transformó en un escándalo este viernes en la final del Mundial de talla baja entre Argentina y Paraguay celebrada en el microestadio de Argentinos Juniors. Cuando el encuentro estaba 3-1, el seleccionado visitante decidió abandonar el terreno de juego, enojado con el clima hostil que se vivía y los fallos arbitrales. Varias horas después se confirmó que el título fue para el local por abandono del rival.
El caos se desató después del tercer gol de la Argentina, que devino de una infracción producto de una supuesta mano. Las quejas del entrenador paraguayo hicieron que los jueces lo echaran y éste se reubicó en una de las gradas. Para ese entonces, el estadio era un hervidero y adentro del campo de juego ambos equipos habían llegado al límite de infracciones, pese a que aún faltaban cuatro minutos para el final del primer tiempo.
Cuando se intentaban reanudar las acciones, la hinchada albiceleste entonó “el que no salta es guaraní”, al tiempo que una botella cayó desde las gradas. Eso hizo que el técnico, quien recibió un escupitajo, se enfureciera e invadiera la cancha para pedirles a sus jugadores que abandonaran la final. Fue así que la delegación se marchó rumbo al vestuario, siendo apoyada por las selecciones de Brasil, Bolivia y Colombia que se encontraban viendo el partido.
Una de las acusaciones de los futbolistas fue dirigida a los árbitros, a quienes culpaban de haberles sumado una de las seis faltas. Por su parte, el jugador argentino Catriel Brassesco no ocultó su sorpresa en diálogo con DeportTV: “No sabemos por qué el rival dejó de jugar. Creo que por culpa del arbitraje, según dijeron ellos”.
Ante la sorpresa de los árbitros y hasta de los periodistas que estaban cubriendo el partido, la hinchada comenzó a cantar “el que no salta abandonó” y los propios jugadores albicelestes saltaron acompañando el cántico. Nada parecía colaborar con la reanudación.
Obviamente, desde la organización se buscó en todo momento que se continúe la final e incluso desde la voz del estadio informaron que así iba a hacer, a la vez que rogaban por la paz. Sin embargo, 20 minutos después de que se desatara el conflicto, la delegación de Paraguay regresó a la cancha solamente para despedirse de su fans y con gestos indicaron que no seguirían jugando.
Además, cuando los árbitros se marcharon rumbo al vestuario, la parcialidad paraguaya, ubicada en una de las bandejas altas, los despidió con objetos contundentes, tales como vasos, hielos y botellas, por lo que la seguridad tuvo que protegerlos.
Finalmente, varias horas más tarde se informó que por reglamento la Argentina se coronó campeón del Mundial ya que la delegación de Paraguay se retiró del recinto, pese a que se le ofreció reiniciar el partido con el marcador 0-0 y con otros referees.
Horas después del episodio, la selección nacional emitió un comunicado que compartió en redes sociales: “Como consecuencia de los incidentes ocurridos durante el primer tiempo del partido, la selección paraguaya ha decidido retirarse de ola cancha y no continuar el juego. Sus fundamentos están basados en el descontento por el arbitraje del encuentro. Los videos y repeticiones están a disposición y la organización de esta copa hará lo necesario para que se esclarezca esta triste situación para toda la familia de la talla baja. Nuestro juego está basado en los valores, intentamos aplicarlos en todos los aspectos y pedimos que en este duro momento puedan acordarnos empatía y acompañamiento”.
En cuanto a lo deportivo, la Celeste y Blanca se repuso a la desventaja inicial de Pedro Ruiz al minuto de juego para revertir el resultado con autoridad. La Albirroja se excedió en las infracciones y la reglamentación le jugó una mala pasada al ser penalizado con tiros desde 9 metros para el local, después de alcanzar la sexta falta acumulada. A los 11, Catriel Bracesco igualó el trámite y dos infracciones en tres minutos de reloj volvieron a cederle las celebraciones a Bracesco para estampar el 3-1 parcial.
El equipo argentino, comandado tácticamente por Mariano Rojas, tuvo un camino impecable en la Copa del Mundo con goleadas resonantes 4-0 contra México, 5-0 frente a Ecuador y 4-0 a Chile para lograr puntaje ideal en el Grupo 1. En cuartos de final, acumuló su cuarta valla invicta seguida con una victoria 2-0 en el clásico ante Brasil y, en las semifinales disputadas este jueves, venció 4-2 a Perú en un compromiso donde cedió sus primeros dos goles desde el inicio de la competición.
En el último tiempo, Argentina y Paraguay se transformó en un clásico del fútbol de talla baja. Ambos seleccionados vienen de definir las Copas América 2018 y 2022. La Albirroja había ganado la primera definición y la Albiceleste se tomó revancha en la última ocasión.