A los 66 años, murió Omar Palma, leyenda de Rosario Central
Rosario. El fútbol argentino, de luto. Omar Arnaldo Palma, leyenda de Rosario Central, falleció ayer a los 66 años, tras una semana de lucha en terapia intensiva en el Hospital Italiano de Rosario. El ex futbolista había sufrido un accidente cerebrovascular hemorrágico el pasado 30 de septiembre en su hogar de Ibarlucea, mientras compartía unos mates con su familia. La noticia de su muerte fue confirmada en la mañana de este martes.
“Durante la noche falleció Omar Palma, desde el Hospital Italiano de Rosario acompañamos en este momento a sus familiares”, informó la institución médica.
El “Negro” Palma, como se lo conocía popularmente, dejó una huella imborrable en la institución de Arroyito. Fue el futbolista más ganador en la historia de Rosario Central, con tres títulos de Primera División y una Copa Conmebol en sus vitrinas, además de haber sido parte fundamental del ascenso a la máxima categoría en 1985. Su legado trasciende las estadísticas: representó el talento, la garra y la pasión que definieron a Central en las últimas décadas del siglo pasado.
El mediocampista chaqueño debutó en la primera del club el 21 de octubre de 1979, en un empate 1-1 frente a Boca Juniors. Su calidad y capacidad para manejar los tiempos del equipo lo convirtieron en el “diez” indiscutido de los canallas, una figura que aún hoy resuena en la memoria de los hinchas. A lo largo de tres ciclos en la institución (1979-1985, 1986-1987 y 1992-1998), disputó un total de 390 partidos y anotó 64 goles, posicionándose como el tercer jugador con más presencias en la historia del club.
“El Club Atlético Rosario Central lamenta profundamente el fallecimiento de Omar Palma, ídolo de nuestra institución, quien se desempeñaba como colaborador de la actual gestión. Acompañamos en este duro momento a la familia del Negro y a todo el pueblo canalla que despide a uno de nuestros máximos referentes históricos”, informó la entidad en sus redes sociales.
Nacido el 12 de abril de 1958 en Campo Largo, Chaco, Palma se trasladó a Rosario a los diez años junto a su familia en busca de un futuro mejor. Ya instalado en la ciudad, comenzó a forjar su vínculo con Central, convirtiéndose en hincha primero y en promesa de las divisiones inferiores después. A los 13 años ingresó a las inferiores canallas.
Su camino hacia la gloria estuvo marcado por éxitos y momentos determinantes. En el Torneo Nacional de 1980, Palma marcó uno de los goles que definieron la final ante Racing de Córdoba, sellando la victoria por 5-1 en el partido de ida en el Gigante de Arroyito. Aunque los canallas cayeron 2-0 en el juego de vuelta, el título fue para Central. Tras el descenso en 1984, Palma fue uno de los líderes que guiaron al equipo al ascenso en 1985, siendo el goleador del plantel con 10 tantos.
Regresó al club después de un breve paso por Colón de Santa Fe, justo a tiempo para conquistar el campeonato de la temporada 1986/87. Su nombre quedó inmortalizado como el máximo goleador del certamen con 20 goles, coronando su actuación con el penal que selló el empate 1-1 ante Temperley en la última fecha y consagró a Central como campeón.
Tuvo un breve paso por River Plate, donde se ganó el cariño de los hinchas con un gol inolvidable en un Superclásico contra Boca Juniors, y también jugó en el Veracruz de México. Sin embargo, siempre fue Rosario Central el lugar que eligió para cerrar su carrera y donde vivió sus momentos más gloriosos.
“Lamentamos el fallecimiento de Omar Palma, figura del fútbol argentino que dejó su recuerdo en River, donde obtuvo la Copa Interamericana 1987 y marcó el gol que definió uno de los mejores Superclásicos de la historia. El Club acompaña a su familia y seres queridos en estos momentos de dolor”, escribió el conjunto Millonario.
Palma también se calzó el buzo de entrenador, cuando el 29 de marzo de 2011 asumió la dirección técnica de su amado Rosario Central, cuando el Canalla militaba en la B Nacional. Su paso fue efímero, ya que estuvo al frente del equipo solamente un mes producto de desacuerdos con la dirigencia. En ese lapso dirigió 11 partidos, en los que ganó 5, empató 2 y cayó en 4.
En noviembre de ese mismo año tomó las riendas de Central Córdoba de Rosario. Estuvo hasta principios de abril de 2012.
El club de Arroyito ya ha dispuesto homenajes para su máximo ídolo y se espera una gran movilización de hinchas para darle el último adiós. La ciudad de Rosario está de luto, despidiendo no solo a un ídolo deportivo, sino también a un hombre que simbolizó el espíritu de lucha y amor por la camiseta.