Downsizing

Una comunidad cientifica en Noruega cree haber dado con una solución al problema de la superpoblación mundial, el calentamiento global y la contaminación del planeta: consiste en encoger a las personas al tamaño de 12 centímetros.

El planteo de «Downsizing» parece sencillo, menos espacio ocupamos, menos consumimos, menos contaminamos. Hasta ahí, todo se ve bien.

Pero... ¿qué pasa cuando interviene el capitalismo en su máxima expresión? ¿Qué pasa cuando en lugar de una medida «noble» (extrema sí, pero noble), se ofrece esta posibilidad a la clase media aspiracional como una forma de vivir en el lujo y el esplendor? ¿Qué pasa cuando los estados intervienen y lo utilizan como una herramienta de control sobre la oposición?

Cuando Paul Safranek toma la (irreversible) decisión de encogerse a los fines de mejorar su calidad de vida, irá de a poco descubriendo que nada es tan simple. ¿Nos encogemos y se acaban las desigualdades? ¿Nos encogemos y ya no hay explotadores y explotados? ¿Nos encogemos para vivir en una mansión y de repente, todo será más lindo y sencillo?

En una sátira por momentos desopilantes, pero que también nos lleva a reflexionar sobre varias cosas. Matt Damon y Christopher Waltz nos regalan dos actuaciones superlativas. Kristen Wigg y Hong Chau no se quedan atrás y aportan también su dosis de talento a esta cinta, del reconocido director Alexander Payne.

Esta película me llevó a pensar: ¿Qué pasa cuando los humanos nos apropiamos de lo que otros humanos inventan para mejorar la calidad de vida? ¿Las buenas intenciones garantizan un buen uso? ¿Qué es un buen uso? No tengo respuestas, solo preguntas.