Un show histórico en el Kempes
Fernet, cuarteto y culiados, Paul McCartney en Córdoba
El músico británico convocó a una multitud y mantuvo un divertido ida y vuelta con el público.
Todavía se escuchan los ecos del histórico concierto que Paul McCartney brindó anoche en el estadio Mario Alberto Kempes de la ciudad de Córdoba, donde más de 45 mil personas tuvieron la posibilidad de disfrutar de las canciones de su etapa solista y algunos clásicos de Los Beatles.
Durante dos horas y media, el músico británico cantó, bailó e interactuó con el público. El show dejó algunas perlitas más allá de la música, como su esfuerzo por hablar en castellano, el uso de palabras tradicionales de nuestra provincia, la mención al fernet y los guiños de sus músicos a Belgrano y Talleres.
El artista llegó el martes en horas de la noche, se alojó en el Hotel Quinto Centenario y permaneció allí hasta las primeras horas de la tarde del miércoles, cuando se trasladó hacia el estadio. Según pudo conocerse, se mostró intrigado por el nombre de la ciudad, preguntó de dónde provenía y dijo que él creía que había otra Córdoba en España (lo cual es cierto).
McCartney se alojó en la habitación presidencial y al momento de irse, salió con su guitarra por el ascensor principal del hotel.
Durante el concierto, que convocó a una verdadera multitud y donde se mostró intacto a sus 82 años, Paul soltó palabras como «culiados», «fernet», «cuarteto» y «chichises». De hecho, saludó al púbico diciendo: «¿Buenas noches Argentina. Hola Córdoba. ¿Dónde están los culiados? Culiauuu». Fue el comienzo de un ida y vuelta que la gente recompensó con estruendos aplausos, una ovación y un divertido juego de voces.
El show más importante del año se enmarcó dentro de la segunda visita del ex beatle a la Provincia de Córdoba, en el marco de la gira internacional «Got Back Tour». «Córdoba, ciudad del fernet y del cuarteto»; sostuvo más adelante. Visiblemente de buen humor, descargó una batería de buenas canciones que fueron celebradas y cantadas a coro con los presentes.
Un show de fuegos artificiales marcó el cierre de la fiesta de Paul McCartney.