La emoción de Duki, a pocas horas de cantar ante un estadio Bernabeu repleto
España. Cuando Mauro Ezequiel Combarro volvía a su casa escuchando hip-hop después de trabajar como repartidor, probablemente no se imaginaría dónde estaría ahora. De familia humilde, del barrio porteño de Almagro, Duki —el nombre artístico de Mauro— nunca destacó por sus estudios. Tras repetir varias veces de año, tuvo que ponerse a trabajar pronto para ayudar a su madre con las cuentas de casa. A él siempre lo motivó la música y, en concreto, el rap. Diez años después de entregar paquetes en moto de casa en casa, está a punto de dar su primer concierto en el Santiago Bernabéu ante casi 70.000 personas con un cartel sold out desde hace cuatro meses. Se convirtió en el máximo exponente de la música urbana en castellano y en el impulsor de toda una escena argentina que llegó a un plano internacional.
“Empezamos tocando pa’ 30 personas y ahora te llenamos lo’ estadio”, canta en su sesión #50 con Bizarrap. Duki cumple su profecía. Pero su éxito no es nuevo ni fugaz: hace poco más de un año llenó dos veces el WiZink Center de Madrid y el Palau Sant Jordi de Barcelona. Venía de una gira por toda Latinoamérica y continuó haciendo lo propio en cinco ciudades de EEUU. En Argentina ya tocó en estadios de fútbol como el de Vélez o el del River Plate. Sus actuaciones ante decenas de miles de personas justifican sus cifras estratosféricas en streaming: 19 millones de oyentes al mes y 7,8 billones de reproducciones en Spotify. Duki cuenta la vida de muchos jóvenes. Su historia es la de un chico con los problemas de alguien de clase media-baja que vio su refugio en la música. “El primer rapero argentino en haberse pegado que sea de mi barrio. Y no teníamos nada, nos faltaba tanto pero le metí como un warrior”, canta en la misma canción con el superproductor argentino.
Duki llega a la convocatoria de medios previa al concierto seguro de sí mismo. De complexión delgada, tatuajes en la cara, vestido de negro y con su colgante brillante del que cuelga una ‘D’. Unas 100 personas llenan la sala reservada para los medios de comunicación. Antes de empezar, queriendo ser humilde y educado, se presenta: “Soy Duki. Gracias a la gente que está aquí y por todo el amor que me dan”. Lo primero que le preguntan es qué le diría al joven Mauro si lo tuviese delante. “Nada, porque hubiese cambiado el orden de los acontecimientos y quizá no estaría aquí”, zanja. Eso sí, “nunca en tu vida te imaginás que vas a tocar en el Bernabéu”, confiesa.
Acaba de haber dos conciertos seguidos de Taylor Swift en el Bernabéu. Duki no será el único hispanohablante que actúe en el estadio del Real Madrid este año, pero sí el primer rapero. Hay quien critica que, para lograrlo, su música debe ser mainstream. “Yo no me considero mainstream. Creo que de lo que hablo en mis canciones no habla el resto. Me gusta que mis oyentes se sientan identificados. Sé que hay gente que dice que para tocar en un Bernabéu o en un estadio argentino parece comercial, pero no tiene que serlo”, responde al planteárselo. ¿Podría llenarlo dos veces, como la norteamericana? Duki agradece cada pregunta que le formulan, pero responde claro: “Con una está bien [risas]. Una cita como esta prefiero hacerla una vez. A veces, cuando los artistas tenemos dos fechas importantes, te ves el primer día del concierto en medio del show acordándote de qué tenés que hacer el día siguiente. Prefiero disfrutarlo como algo especial”. A ‘Duko’ le queda toda una gira europea; tocará también en junio en Milán, Berlín, Londres y París.
Sus discos son Súper Sangre Joven, Desde el fin del mundo y Antes de Amerí. En ellos mezcla rap, reggaetón y trap, con melodías rockeras y hasta acústicas. Su siguiente álbum será Amerí, del que no se conoce fecha. En él ya prometió que volverá al rap. Para él, este título corresponde al planeta, que también es un estado de ánimo e implica un viaje que se hace “con la cabeza en el cielo pero los pies en la tierra”. Al preguntarle si saldrá este 2024, Duki esboza una sonrisa, mira hacia abajo y contesta con un “veremos”.
Argentina al cuello
El éxito de la música urbana argentina y el de Duki van de la mano. Uno no se entiende sin el otro. Mientras en España, EEUU, Francia o Puerto Rico ya empezaban a sonar estilos novedosos como el trap en 2015, en Argentina seguían anclados en el rock. Pero llegó el Quinto Escalón, una competición de rap freestyle en Buenos Aires de la que salieron estrellas como Duki. Él fue el primero en ganarla. Incluso contó en varias entrevistas cómo el día de la semifinal faltó el trabajo para poder participar. Todo por un sueño. ¿El premio? Grabar su primera canción. No vendo trap, junto a Bizarrap, fue el título que le puso. La canción alcanzó millones de reproducciones en los primeros días. El resto es historia.
A la espalda lleva la bandera argentina. Nicki Nicole, Milo J, Neo Pistea, Ysy-A, Bizarrap o Trueno siempre estuvieron “bancados” por Duki. Se lo considera el rey del trap de su país y siempre que puede, promociona a alguno de sus artistas o incluso hace canciones con los más emergentes. Argentina pedía música urbana y Duki se la dio y la puso en la escena internacional. Todo, bajo el contexto de la música creada en internet. De una juventud que se grababa en estudios caseros para subir canciones a YouTube. “Soy famoso en la tele sin tener apariciones”, canta Duki en Rockstar 2.0.
Para él es un orgullo llevar su bandera allá donde vaya. “La gente sabe mi historia, cómo me moví… Si encontrás eso que te moviliza podés comerte el mundo. Algo que tenemos los argentinos en el mundo es que salimos fuera, y peleamos pase lo que pase”, relata. “Venimos de Argentina, que parece que es el tercer mundo, que tenemos menos posibilidades. Sabemos que siempre afectó; todo llega como cinco años más tarde. Las placas de audio no llegaban. Por eso ir afuera es levantar la bandera y decir: podemos lograr nuestros objetivos. Además, tenemos algo innato, y es que que amamos nuestro país”, finaliza entre risas. Él sabe que viene “de una tierra en crisis”, como canta con el rapero argentino-español Dano en Santo Grial. Al respecto de la situación política de su país, compartió la carta de la cantante Lali Espósito a Milei, en la que se pide no demonizar a la industria cultural ni a los que piensan distinto.
El ‘Duko’ colaboró con artistas españoles como Quevedo, Sticky M.A o C. Tangana. Siempre se mostró fan de la escena española. “En España son samuráis del rap. Conozco a muchísimos raperos y traperos españoles. Creo que ahora hay más unión que antes. La fuerza canaria se nota y llega más lejos. Es algo que faltaba desde hace tiempo. Siempre fueron muy buenos a nivel musical, producción y audiovisual. Todo lo artístico acá en España, está en otro nivel”, elogia al preguntarle. (Infobae)