La última entrevista que dio en vida Ho Chi Minh

Entre los grandes hallazgos históricos que hay en la obra de la escritora y periodista cubana Marta Roja se encuentra la entrevista que le realizara al líder vietnamita Ho Chi Minh, y que fuera la última que concediera en vida a un periodista extranjero.

Entre los grandes hallazgos históricos que hay en la obra de la escritora y periodista cubana Marta Roja se encuentra la entrevista que le realizara al líder vietnamita Ho Chi Minh, y que fuera la última que concediera en vida a un periodista extranjero. El reportaje que hoy publica El Diario de Carlos Paz fue realizado el 12 de julio de 1969. El presidente Ho Chi Minh moría el 1 de septiembre de ese mismo año.

La Historia se encargó de empoderar a esta entrevista con un significativo valor periodístico y literario, y suma a la opinión del profesor norteamericano Ron Howell, del Brooklyn College de Nueva York, quien considera a Marta Rojas como una de las más grandes periodistas americanas del período posterior a la Segunda Guerra Mundial y que sus trabajos sufren un bloqueo injusto que impide que se los conozca como debiera conocerse en el mundo.

A 43 años del retiro completo de las tropas de Estados Unidos de Vietnam, -fue el 29 de Marzo de 1973-, es la oportunidad de volver a leer el reportaje de Rojas.

Cabe recordar que el saldo en vidas de esa terrible guerra fue de 500.000 civiles, 200.000 soldados vietnamitas y 57.000 soldados norteamericanos. Otra consecuencia de esa contienda bélica fue la profunda división en la sociedad estadounidense. Las arcas norteamericanas perdieron de 300.000 millones de dólares en defender Vietnam del Sur que caería dos años después.

 

 

 

 

"Yo le doy a mi pueblo toda mi vida”.

 

 

Marta Rojas.

Hanoi

 

 

Hanoi-.. "Buenos días”: es Ho Chi Minh. Amanece en Hanoi, es un lunes de julio de 1969, cuando el presidente nos recibe diciéndonos "buenos días” en español. Él está en pie desde temprano, como todos los habitantes de Hanoi.

Su casita está rodeada de jardines y más allá un bosque con árboles frondosos. La casita es blanca, con ventanas de cristales por donde entra la luz del sol suavizada por las cortinas, también blancas y vaporosas. Todo es pequeño y sobrio. Nos recibe en su salón de trabajo, que tiene una mesa rectangular al centro, una más pequeña en un extremo y, en el otro, un lavabo de porcelana. Él ocupa una de las sillas en torno a la mesa, y a su lado invita a sentarse a Hoang Tung.

Es una visita formal que comienza a la hora en que e inicia su trabajo cotidiano, por eso viste una típica payama vietnamita blanca, con la camisa de mangas cortas, y no usa zapatos, sino medias de algodón, también de color blanco.

El ambiente es muy tranquilo, cuando nadie habla solo se escucha el trinar de los pajaritos que hacen sus nidos en los árboles.

Primero él preguntó sobre nuestro viaje al Sur, hace cuatro años, y sobre la reciente visita al Paralelo 17. Detalle por detalle, quiso saber incluso cómo flotaba la bandera de la república Democrática de Viet Nam del lado de acá del Paralelo, en la ribera libre del río Ben Hai.

-¿Qué le dijeron allí? –me preguntó él.

-Los guardias de la frontera nos dijeron que habían oído tres veces, largos fragmentos del discurso de Fidel sobre Viet Nam.

En sus propias palabras, traducidas a continuación al vietnamita, y con las bocinas, como siempre, dirigidas hacia el Sur, para que se oyera bien del otro lado por hermanos y enemigos:

-"A mí me gustan mucho los discursos del compañero Fidel”, subrayó Ho Chi Minh.

Indagó si la bandera estaba en buenas condiciones allí en el Paralelo y acotó: "Ni en los momentos de más bombardeos enemigos ha dejado de izarse, allí son muy valientes”.

"Usted me pregunta qué siento yo por el norte y qué siento por el sur: yo quiero igual a los vietnamitas del norte que a los vietnamitas del sur”.

"Yo le doy a mi pueblo toda mi vida”, expresó el tío Ho. "No me llame presidente, dime tío Ho”, había advertido.

"Ahora voy a contestar sus preguntas y anote lo que quiera”, dice complaciente. Cuando vamos a protestar por su modestia, sin esperar la versión del traductor, nos dice: "Es que voy a conversar amigablemente de muchas cosas”.

"En Viet Nam hay un dicho popular: el sur empieza primero, pro llega después que los demás. Este dicho significa que los agresores extranjeros empezaron primero en el sur, pero en cuanto a la liberación primero fue la del norte y después será la del sur”,

"Mientras Viet Nam del Norte fue liberado hace 25 años, el sur en todo ese tiempo no ha podido disfrutar ni un solo día de paz”. Habla suavemente, pero con marcada emoción.

"En Viet Nam del Sur los jóvenes de 25 años no conocen lo que significa la palabra libertad, se puede decir que en Viet Nam del Sur cada persona y cada familia tiene su sufrimiento personal y que si el sufrimiento personal de cada persona y de cada familia se sumara sería igual a mi sufrimiento.

"Yo creo que todavía no he podido cumplir con todo mi deber revolucionario hacia ellos, pero aunque todavía no he podido cumplir con mi deber hacia los subvietnamitas, yo sé que ellos me quieren igual que yo a ellos. Allá en el sur yo no soy el presidente Ho Chi Minh, sino el Tío Ho.

"Me preguntas en qué reside la fuerza del pueblo vietnamita, según mi opinión, pues te diré: la fuerza y grandeza del pueblo vietnamita, su resistencia, residen en la unidad, fundamentalmente, y en que goza del apoyo de los pueblos del mundo y, como ejemplo, está el hermano pueblo de Cuba.

"¿El valor de la solidaridad?

"La solidaridad tiene un gran precio para nosotros. Desde luego nos apoyamos primero en nuestras propias fuerzas, pero tenemos el apoyo material y moral de los demás pueblos y, por ejemplo, con esa suma de nuestras propias fuerzas y del valor de la solidaridad decimos: si los hermanos cubanos que están frente a las narices mismas de los imperialistas norteamericanos pueden enfrentarse a ellos, cómo nosotros, a miles de millas, no vamos a poder luchar contra los yanquis y vencerlos.

"Cuando los cubanos, en la otra parte del globo terráqueo, organizan actos y manifestaciones en solidaridad con nuestra lucha eso nos estimula mucho, pero sobre todo los discursos de Fidel nos gusta mucho.”

Ho Chi Minh nos había preguntado cómo estaba la zona de Vinh Linh, la más bombardeada de todo Viet Nam del Norte, de donde acabamos de regresar, siendo testigos de un intenso bombardeo de productos químicos tóxicos. Le dijimos que los campos de Vinh Linh están verdes y el arroz sembrado simétricamente, que en los cráteres abiertos por las bombas, ahora llenos de agua, se crían peces y en los bordes hay sembradas flores.

"Ya ve”, contesta Ho Chi Minh.

"Aunque la guerra es muy encarnizada el pueblo vietnamita alcanza progresos, eso es difícil de comprender para los extranjeros, pero los cubanos lo comprenden porque también son víctimas de la agresión y el bloqueo y en esas condiciones progresan en la producción y en todos los campos. Nosotros, bajo los bombardeos de los agresores yanquis, hemos logrado éxitos sin precedentes, siendo pequeños y pobres y habiendo tenido que enfrentarnos a ellos, que son grandes y poderosos.

"Las mujeres, por ejemplo, han hecho grandes progresos, ahora realizan tareas y tienen responsabilidades en la dirección que antes no tenían, podemos encontrarnos con numerosas mujeres que ahora son directoras de cooperativas y, ¿sabes una cosa?, dan mejor resultado que los hombres, porque ellos cuando obtenían victorias en su trabajo acostumbraban a dar fiesteritas y celebrarlo con vino y comidas, y a veces lo que sobre cumplían lo dilapidaban, y las mujeres no hacen esas cosas”, comenta, y dice en broma "que los hombres no se enteren de esto que yo digo, pero es verdad, son mucho mejores las mujeres.

"También los jóvenes han hecho muchos progresos, han actuado con mucho patriotismo en el combate y en las brigadas de transporte y caminos: y hasta los niños se han desarrollado mucho en la lucha, los niños realizan miles de buenos trabajos, hay un movimiento que se llama así. Podemos contar muchas anécdotas sobre el heroísmo y la conducta de los niños que han sacrificado sus vidas para salvar a otros, mientras en Estados Unidos crece en estos momentos la delincuencia juvenil.

"¿Los progresos agrícolas?

"Antes de la liberación el más alto rendimiento de arroz aquí, era de 3 toneladas por hectárea, y ahora, en la provincia de Thai Binh, por ejemplo, se han logrado hasta 5 toneladas por hectárea, y varias cooperativas agrícolas hacen experimentos y, en esa fase, han alcanzado hasta 10 toneladas por hectárea, con una semilla que nos obsequió el compañero Fidel.”

El Tío Ho nos cuenta anécdotas de las experiencias de los niños, las mujeres y jóvenes en el curso de la guerra, y las concluye comentando:

"¿Sabes una cosa?, me he informado en estos tiempos, que varias mujeres vietnamitas han tenido tres niños juntos. Yo no tenía conocimiento que esto hubiera ocurrido antes en Viet Nam, aunque sí en otros países como la Unión Soviética y China, por ejemplo, y otros más, incluso en Cuba, pero aquí no. en esos casos en que me he enterado, les envié regalitos a los niños: en todo progresamos y crecemos en medio de las dificultades”, subraya sonriente.

"Quiero que lleves este mensaje a Cuba: Yo quiero muchísimo a los cubanos, desde los dirigentes hasta los niños, les envío saludos y deseo buena salud a los dirigentes, y les deseamos éxito y logros cada día mejores. Muchos éxitos en la zafra de los diez millones que vana lograr ustedes, besos fervorosos a los niños y a los jóvenes. En cuanto a los pueblos latinoamericanos, como cada país tiene una situación propia, lo que les deseo es que se liberen del yugo del imperialismo yanqui.

"Nosotros seguiremos luchando, decididos a vencer. Lo hemos dicho y lo reiteramos”.

Ho Chi Minh nos acompaña hasta la salida del saloncito de estudio donde continuaría trabajando aquel día, con Hoang Tung, el director del periódico "Nhan Dhan” a quien demuestra el cariño de un padre a un hijo.

"Hasta la vista”, se despide también en español.

 


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