La visita a la Real Academia Española

jueves, 6 de diciembre de 2018 · 20:13

La visita a la Real Academia Española

Por Roberto Kolla Chavero

(Poeta y cantor) Presidente de la Fundación Atahualpa Yupanqui

 

(Madrid. España) Visité un lugar en el que la palabra es el puente silencioso entre seres de siglos pasados.

Todo en el universo gira alrededor de un centro, de un eje. Cada elemento tiene el suyo. Luego de visitar la Real Academia Española entendí ciertos asuntos que, para mí, estaban difusos. Es una suerte tener la posibilidad de dejar atrás la ignorancia cada día, no importa el momento en el que se produzca. Nos recibió la señora Pilar Llull, jefa de gabinete de la entidad, quien con gentileza y pasión nos contó el funcionamiento de la institución, la tarea gigantesca que se ha realizado a lo largo de siglos y el concepto que guía el trabajo de sus miembros.

Por ejemplo, se han relevado y digitalizado más de 13 millones de escritos en los que aparecen por primera vez las palabras, algunas de las cuales usamos a diario.

Hay una Muestra dedicada a Ramón Menéndez Pidal de quien se cumplieron 150 años de su muerte, acontecida un 14 de Noviembre (la misma fecha de la muerte de mi madre, conocida como Pablo del Cerro y de la de mi abuelo, casualmente).

La casa tiene una apariencia de museo pero el clima es de serena y silenciosa actividad. El libro y la palabra como presencia excluyente, sobrevivida a conflictos, a guerras diversas, atravesando, desde 1713, todas las circunstancias sociales, culturales y políticas que vivió la tierra de (Miguel de) Cervantes.

Ver todos los diccionarios juntos, desde el primero al último, me causó una profunda emoción. Allí están las palabras de millones de hombres de distintas regiones, aportando su modismo, cada una girando alrededor de su propio centro y a la vez alrededor de la lengua que se ha propuesto, desde antiguo, unirnos.

Comprendí el objetivo tanto de mi madre como de los profesores del Colegio Francés de transmitirme no sólo el uso correcto de una lengua, sino lo que va en ella: cientos, cuando no, miles de años en el esfuerzo de gentes por nombrar su mundo, por entenderse, por establecer puentes entre ellos, entre las distintas comunidades reconociéndose en una lengua común.

Como dije al principio cada cosa en el universo gira alrededor de un centro, que no necesariamente es único, pero que permite a todos los universos, pequeños o gigantes, girando alrededor del suyo, moverse en armonía. Basta observar el cielo nocturno desde cualquier lugar de la tierra o comprender la danza de nuestros planetas.

Gracias señora Llull por darnos a conocer la Real Academia Española, universo con fuerza gravitatoria propia construyendo, sin prisa y sin pausa, puentes entre los seres de distintos planetas.

 

 

 

 

 

 

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