Taramundi de luto. Dolor por la partida de César Calvin

miércoles, 10 de abril de 2019 · 21:13

La región asturiana de Taramundi está triste, se fue un gran vecino, un hombre que dignificó su vida con la cultura del trabajo y el apego a su tierra bendita. Hoy llora Taramundi, pero le queda el suspiro de la eternidad en el recuerdo, en sus amigos y familiares, en sus vecinos y en el fuego sagrado que  tiene la nieve y el agua en sus corazones.

Su amigo entrañable, el poeta José María Chema Cotarelo se enteró de la partida de César Calvin, (59), en Córdoba, Argentina, y sólo sus lágrimas enjuagaron en vino y pan, y escribió:

 

"A mí amigo del Alma Cesar Calvin, porque yo fui pan de su trigo y por la lágrima que asoma tras su marcha, esta tarde de trigales doloridos."                              

 

 

Trigo

 

De la tierra pura

sutil, leve, surgido;

trigo.

 

Tierra hombre, tierra nada,

tierra verde limbo,

como si fuera estatua

de soledad o misterio erguido.

Trigo

 

Un muro de agua

que esconde sus lamentos

retorna ungido.

 

Sobre la piedra se empuja 

lenta

la sangre blanca,

la herida honda

que llega al cielo

 en su bramido.

 

Y ya todo es nada

 entre las manos;

agua, piedra, maquila

salvado, rendija, madre:

trigo.

 

Y puños de ansia derrumbándose

y artesas y oraciones

y el crepitar de la leña

en el horno anochecido.

 

Trigo, silencio, escarcha

de siglos de hambre,

reloj sin tiempo,

hombre sin destino.

 

Por el aire, una abeja finísima

se posa sobre un retrato antiguo;

ay, pan de entonces,

ay, espejo crecido. 

Trigo.

 

Un golpe de nostalgia

se refleja en el mar del abismo,

la luz resbala sobre el sueño

que ya se aleja enfurecido.

 

La masa está dispuesta,

se desborda el labio trémulo

y una lágrima asoma.

 

Somos pan de aquel trigo.

 

Y levantó una copa con el tinto de sus amores, un malbec de Mendoza, Angélica de Catena Zapata, para emular la última vez que se abrazaron en su casa en noviembre pasado. ¡Gracias César por lo que diste y dejaste!

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