Cierto olor a marisma. Por Ramón Llanes

miércoles, 15 de enero de 2020 · 14:28

   

Por Ramón Llanes

Poeta y Escritor

(Huelva. España)

                    

 

 

       Eternamente marisma, piélagos, humedales, lodazal y equilibristas del fango . Marisma en plena comunión con eriales de estopa, angosta paz irritada a fuego y satisfecha por especies en reproducción anunciadora, consuelo del sobresalto en cualquier pulmón que mira a Huelva, allá por las “bacutas” despiertas y los ánades, y no más que las funciones oficiales deshaciendo libertades. Marisma con encías de “odieles y tintos” unidos en la misma respiración, cuando a propósito la mar les estorba y les requiere.

 

        Cierto olor a enjambre de olillas desquebrajadas por la parsimonia del hedor que agota. La vida en la marisma comprada cada día a precio de escondite, sufre miocardios de estrés y suele moverse y revivir por no irse.Tiene poco espíritu el agua, no se afeita con brochas de espuma, calla, presume una soledad de vaivenes a los ritmos luctuosos de dictadoras mareas, tan lejanas. Fuerte olor a marisma agallando en los témpanos agoreros de abundancia. Olor a brea suelta y a pócimas de sal, olor a costumbre, a fresco, a citrato de niñez empuñado en los ojos rizados y verdes del tiempo bruto tan sordo a la eslora, tan rácano al espacio.

 

        Esta ciudad, rica en palpitaciones, es umbral para sortear islotes y meteoros; acoge, recibe, entretiene y colecciona a advenedizos como entrega maternal que obligara el apego a la marisma. Es nuestra opción primigenia, el valor calado que nos presenta diferentes a fenicios antecesores, romanos, árabes y tartessos; ya somos ribereños de marismas de Huelva, de tez sólida, mirada abierta (como la mar) y actitudes ganadas a las convivencias. Es la Huelva nueva, ya brotada, ya esparcida en las colonias mismas de la hospitalidad para que quien se marche salga llorando. Esa es motivación de orgullo; que Huelva, siga oliendo a marisma, siga estableciendo pautas de diferenciación con quienes nos conquistaron. Ahora vale.

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