La joven británica de 26 años que adoptó catorce niños huérfanos en África

domingo, 25 de octubre de 2020 · 21:47

Llegó a Iringa, un pequeño pueblo de Tanzania por 30 días para llevar a cabo trabajos de voluntariado en un orfanato. Iringa está ubicado a 260 kilómetros al sur de Dodoma, la capital del país del Oriente africano donde Letty McMaster llegó para vivir una experiencia que terminaría cambiando su vida. Una vez instalada, la joven conoció el rostro de una realidad que, seguramente, superó cualquier idea de pobreza o necesidad que se puedo haber imaginado antes, pues las huellas del abandono, el olvido, el hambre, y los abusos físicos y psicológicos por parte de los “encargados” de aquel orfanato eran innegables en la mirada de los pequeños.  

Letty McMaster tenía 18 años cuando dejó su confort en el Reino Unido sin imaginar que viajaba hacia una experiencia donde dejaría su corazón, y los treinta días desde un principio se dilató a siete años de permanencia. La mirada y la escasez de amor de esos niños la retuvieron y se adueñaron de ella.

Letty, vivió entre el amor de los niños y la indignación de los abusos. "los trabajadores del orfanato se quedaban para sí el dinero y recursos que provenían de donaciones para el cuidado de los niños y mantenimiento del lugar. Las consecuencias de este accionar perjudicaba en gran manera a los huérfanos, ya que terminaban recibiendo sólo un plato de comida al día", declaró a un medio de prensa inglés. 

Esta y otras injusticias llevaron a McMaster a empezar una lucha legal que falló a favor del cierre del establecimiento. Además, la jovencita obtuvo la custodia legal de los nueve niños que quedaron sin nada luego del cierre del orfanato, y de otros cinco que había rescatado de la calle.

¿Pero qué haría ahora una joven británica con 14 niños africanos sin hogar? En esa condición fue, entonces, cómo Letty creó la ONG llamada Street Children Iringa, en febrero del 2017 que tiempo después comenzó a recibir donaciones y recaudar fondos para construir una casa en la que actualmente viven todos los niños. Como el tiempo ha pasado, y los niños comienzan a crecer, ya hay algunos que se han convertido en jóvenes y ahora cuentan con acceso a educación superior.

"Estos chicos son mi vida, los crío a todos por mi cuenta y eso hace que tenga que hacer malabares con todos. Siempre había tenido en mente que quería ayudar a los niños de la calle, pero nunca imaginé terminar haciendo todo esto. Soy la figura paterna en la casa; algunos de los niños pequeños que nunca tuvieron padres me ven como su madre, pero la mayoría me ve más como una hermana mayor, ya que no soy mucho mayor que algunos de ellos", le dijo McMaster a la prensa de la editorial social británica Lad Bible.

 

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