Hipertensión arterial desde las terapias bioneuroemocionales

La presión sanguínea es la fuerza motriz que hace circular la sangre por el organismo y cuando la misma está aumentada, es decir que es sostenida por encima de los valores de 140/90, se considera que hay presencia de hipertensión arterial.
sábado, 28 de noviembre de 2020 · 00:00

Por Luis Guillermo

(Terapeuta)

 

La presión sanguínea es la fuerza motriz que hace circular la sangre por el organismo y cuando la misma está aumentada, es decir que es sostenida por encima de los valores de 140/90, se considera que hay presencia de hipertensión arterial.

En un elevado porcentaje de los casos es esencial o idiopática, lo que significa que no hay causa orgánica detectable y en otros casos, la hipertensión es llamada “secundaria”, es decir que es el resultado de otras patologías (insuficiencia renal, pielonefritis, etc.) o de un trastorno endocrino o vascular (arterioesclerosis).

Durante años el hipertenso no siente nada, hasta el momento en que el cerebro, el corazón o los riñones alcanzan un nivel de daño lo suficientemente importante como para que los primeros sintomas aparezcan: dolores de cabeza, desequilibrio en posición vertical o al caminar, pérdida de memoria, fatiga, trastornos de la vista, angina de pecho y dificultades respiratorias.

La misma puede ser central (de tipo masculina) o periférica (femenina).

Las personas con dicha patología manifiestan un Conflicto de desvalorización con respecto a la familia. Es por ello que podremos observar el simbolismo asociado a esta enfermedad, como por ejemplo el corazón, que representa el hogar, casa, el territorio principal, etc., por otro lado vemos asociada a la sangre, que representa a la familia (lazos de sangre). Por lo tanto, con este simbolismo en mente podremos comprender el sentido biológico de esta enfermedad, el cual gira en torno al concepto de presionar la sangre (alguien de la familia o varios integrantes de la misma, lazos de sangre) para que entre o salga

más rápidamente o lentamente del corazón (de casa, del hogar).

También, el aumentar la presión, permite al individuo ser más fuerte y efectivo en la competencia intelectual o física en el clan, o para ser el primero, el dominante, lo máximo. Esto suele estar presente en personas que se sienten desvalorizadas con respecto a su pareja o ante sus hijos, etc., como tambien, dicho conflicto, se puede haber programado muchos años antes de que aparezca la enfermedad y que en presencia de “ciertas personas” el inconciente reacciona como si se estuviese viviendo una problemática actual.

Cuando está presente la hipertensión central o masculina: Las manos están calientes. El ventrículo (lanza la sangre) lanza con fuerza. Abro las puertas del corazón (casa) por lo tanto: “Quiero que alguien se vaya de mi casa”, prácticamente lo expulso con gran fuerza de casa (corazón). Recordemos que el inconciente biológico realiza esta acción ya que concientemente no accionamos, nos aguantamos situaciones adversas y dañinas por ende, el cuerpo habla lo que la boca calla.

En la hipertensión periférica o femenina, las manos están frías. Las arterias que llevan sangre al corazón son presionadas para que la sangre no entre en el corazón o no salga de él, es decir cierran el paso… se cierran las puertas, y como sabemos que el

Corazón representa la Casa, el significado es “No quiero que alguien entre en mi casa” o “No quiero que alguien se vaya de mi casa”. También “Quiero cerrar las puertas a los miembros

de mi familia que no me aman o no deseo amar”.

Las personas con hipertensión, tienen un conflicto, pero que no lo afrontan. Suele tratarse de viejos problemas emocionales no resueltos, con indicios de agresividad reprimida. Son gente que

suelen rehuir los problemas. No pasan a la acción.

Sienten y padecen la falta de reconocimiento. Debemos hacer más, llegar más lejos, por ejemplo: mujeres que asumen el rol masculino.

También, puede deberse por el conflicto de hacinamiento, que aparece cuando hay demasiada gente en casa o viene algún familiar (no deseado) a instalarse.

Otro conflicto es la desvalorización ante la familia por alguna pérdida de territorio (casa, trabajo, etc.) vivida con impotencia y sumisión a la orden de un dominante (Juez, banco, Jefe, etc.).

A veces hay resistencia a salir de casa, del territorio (a vivir al extranjero, a casarse…).

La necesidad de ir más lejos (pongo más presión, más fuerza para avanzar). Por ejemplo: “Debo ir a casa de mi hija para cuidar de mis nietos”.

Conflicto de tener que abandonar algo sin realmente querer hacerlo. Por ejemplo: Un profesor que le cambian de curso o un empleado de oficina.

Conflicto de competitividad, necesidad de ser el mejor o ser el primero. Ejemplo: Haber sido el primero en el colegio y no tener un buen puesto de trabajo.

Necesidad de poseer.

Conflicto de tensión o alta tensión en el clan.

Conflicto amoroso.

Cerrar el corazón a los miembros de mi familia, porque siento que no me aman.

Conflicto de equilibrio entre papá y mamá. Si las presiones sistólica y diastólica están muy separadas: “Quiero separar a papá y mamá”. Si están muy juntas: “Quiero juntar a papá y mamá”

LUIS GUILLERMO

TERAPIAS BIONEUROEMOCIONALES

BIODESCODIFICACIÓN E HIPNOTERAPIA.

Turnos: 351-7031610 - @LuisGuillermoTBNe

Consultorios en Villa San Nicolás – Malagueño, Córdoba capital y Mendiolaza.

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