En Córdoba y en Salta hoy es el día del Editor de libros

En homenaje a Alberto Burnichon
miércoles, 25 de marzo de 2020 · 00:00

Por Aldo Parfeniuk

Poeta, escritor y ensayista

Medalla del Centenario de Villa Carlos Paz    

 

También nos toca en este marzo recordar en la intimidad de cada hogar y de las redes sociales el Día del Editor de Libros, instituido en las provincias de Córdoba y Salta, en homenaje a Alberto Burnichon, asesinado el 25  de marzo de 1976  por los golpistas del Proceso.

Un breve repaso de quien fue, qué hizo, y porqué lo mataron a Burnichon, es el imperativo de un mínimo ejercicio de la memoria, necesario para seguir nutriendo a la verdad con esperanzas de justicia; y para que nunca más, ni en el nuestro ni en ningún otro país,   se repitan lo que hicieron con él  Fue detenido el 24 de marzo a medianoche e interrogado junto a su hijo David de 17 años, en La Ribera y La Perla durante alrededor de 24 horas, luego los separaron. Al hijo lo abandonaron camino a Alta Gracia y a Burnichon lo ejecutaron con 7 disparos en la garganta.
 
 Se sabe que los secuestradores fueron soldados del Tercer Cuerpo de uniforme, y que la causa "Burnichon -secuestro, asesinato y atentado con explosivos-" fue presentada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por fuera de la causa de La Perla, en donde hace un año se le rindió memoria y homenaje.

Como vendedor itinerante de libros comerciales, enciclopedias, etcétera, Burnichon recorría todo el territorio del país. Con las ganancias publicaba en distintas provincias pequeños libros o plaquetas con textos y dibujos de artistas que, siendo del lugar -según su gusto infalible y anticipador- merecían trascender. Priorizaba a quienes nunca habían publicado.
 Su tarea es clave para entender cómo funcionaba una parte importante de nuestra cultura y de nuestro sistema literario nacional, que en la época en que él actuaba era muy diferente a hoy. Fuera de Buenos Aires, y algo en Rosario y Córdoba, en el resto del país no había industria editorial.
 
Entre los muchos  nombres editados por el sello "Burnichon" a partir de 1957 figuran los escritores Daniel Moyano, Juan José Hernández, Luis Luchi, Manuel J. Castilla, Juan Gelman, Enrique Wernique, Jacobo Regen, Armando Tejada Gómez; y  los pintores y dibujantes: Crist, Carlos Alonso, Roberto Fontanarrosa, Hermenegildo Sabat y Scafatti.

Era un hombre solidario y ético. En un poema escrito a modo de homenaje, su amigo, el poeta Manuel J. Castilla, lo recuerda como el hombre que iba por todos los pueblos de Argentina dejando la voz de los poetas; versos que llevaban sus "ganas de hacer justicia y de mostrar belleza". En un poema, y al pensar en por qué lo mataron, lo retrato como "un tipo peligroso: de libros llevar". Y coincido con su mujer, María Saleme: quien lo definió como "un buceador" de la vida y la cultura; "alguien que se daba siempre, sin esperar  el vuelto".

En 1996, al cumplirse 20 años de su desaparición, con escritores, editores, libreros y familiares de A. B. organizamos en la Feria del Libro de Córdoba varios actos de homenaje. En uno de ellos, su gran amigo, el poeta y titiritero Roberto Espina dijo: “Cómo sacar palabras que digan lo que realmente perdimos, porque no mataron a un amigo; no, mataron los valores que como bandera llevaba este amigo. Ahí está el crimen feroz del que cuesta recuperarse; ustedes con esta presencia me han llevado a tomar la responsabilidad de hablar, porque la presencia de ustedes me devuelve el creer, el creer en la gente, porque ¿qué nos reunió aquí?, nos reunió este hermano, este amigo, los valores que sustentaban una sociedad; y lo que perdimos fue esa sociedad, perdimos ese tiempo, el tiempo de la bohemia, el tiempo de la solidaridad; porque si algo fue, esencialmente, este hermano, fue ser solidario. El enemigo que tenemos nosotros dentro y está afuera se llama “ego”: a pensar solamente en nosotros es a lo que nos está obligando esta sociedad; a ser mezquinos, individualistas, competitivos. Alberto resultó ser un personaje que hacía su recorrido por varias vocaciones, y que desembocó en ser mensajero; haciéndonos saber de la gente que valía la pena en el país, de la gente que hacía cosas generosas; hacernos conocer a los poetas, a los pintores, a los escritores, a los titiriteros, a la gente que le daba alma a un país. Eso simboliza este hermano; la última vez que me encontré con él fue en una chacra de Cipoletti, un huerto en el año 1975, (o 1974 ); todavía se respiraba esa fugaz primavera que trajeron los años 60, y que parecía que el mundo iba a transformarse, que llegaba la justicia social: ¿fuimos ingenuos? Sí, fuimos ingenuos, y ¿ qué pasó, qué asesinaron?. Asesinaron la generosidad; fuimos soñadores, ¿qué asesinaron?, la utopía, y esa última tarde que estuvimos comiendo queso y tomando vino -como era su hábito, ya que siempre llegaba con sus quesos exquisitos y sus vinos también deliciosos-, ahí me despedí, porque tenía que irme del país; no habían echado, como a todos, de la Universidad del Comahue. Y me entero del funesto hecho de su muerte en Méjico.... Pero yo no quiero usar más palabras, porque estoy herido, y no se ha cerrado esa herida, no”.

Hace seis años gestionamos en la Legislatura provincial la sanción de una ley declarando al 25 de marzo como Día del Editor de Libros. Esa ley lleva el número 10219 y se sancionó el 27 de agosto de 2014. No olvidemos: sigamos peleando por la poesía, los libros, la libertad, la verdad y la justicia, como luchaba ALBERTO BURNICHON.

 

-Las fotografías corresponden al homenaje que se le rindió el 24 de Marzo de 2019, en el espacio de La Memoria de La Perla, en el marco de la Previa del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española que se llevó a cabo en Villa Carlos Paz.

 

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