¿Será el fin del idilio? Por Antonio Octavio Muñoz.

miércoles, 6 de mayo de 2020 · 18:44

 

Por Antonio Octavio Muñoz

(El Cuarto Patio)

 

Como decía un amigo; no se puede tirar tanto de la cuerda como tampoco se puede hacer toda la política del gobierno apoyándola solo en la cuestión de la salud, porque en algún momento ellos te van a pasar factura.

Dicen que muchas veces el ser humano se tropieza con la misma piedra dos veces y es tan cierto, que parece que al gobierno del presidente Alberto Fernández le ha ocurrido esto en estos días.

Estaba todo muy bien con su imagen de profesor universitario dando clase y hasta con los memes que aparecieron en las redes sociales, pero en la vida misma, muchas veces a las mismas escenas, algunas veces la vivimos como tragedia y otras como dramas.

La furia del tigre herido (¿?) y agazapado, es la fiel imagen de la conducta de los medios hegemónicos, voceros de los grupos más poderosos del país. Claro que estaban heridos. Las encuestas daban que, Alberto Fernández tenía más del 78% de imagen positiva, algo inconcebible para quienes hasta hace poco hicieron desfilar a la dirigencia K por Tribunales, algo inconcebible para quienes habían recogido más del 40% de los votos de la derecha del país. Era algo inconcebible que ese 40% de votantes, hasta hace pocos meses de las elecciones, fuera el caudal político del macrismo ahora lo estuviera traicionando.

La derecha en el país no se ha caracterizado por lo general en ser improvisada en sus campañas mediáticas de desprestigio: troll, comunicadores sociales orgánicos y justicia, sino que ha recurrido a empresas que tienen un prestigio internacional y que están preparadas para destruir al adversario. Es el caso de dos de los referentes que actuaron a favor del PRO en diferentes momentos.

Una de ellas, Cambridge Analytica, que en el 2015 trabajó en Argentina con gente cercana al partido de Mauricio Macri. Recordemos que esta empresa inglesa tuvo mucha injerencia en diferentes momentos de la vida política de EE.UU. y en la decisión del pueblo ingles por el Brexit, hasta que en el 2018 golpeó fuertemente las finanzas de Facebook. El contacto del PRO con Cambridge Analityca, fue Federico Di Benedetto quien en el 2015 estaba a cargo de los Call Centers de los trolls. En aquel momento los ingleses le proponían “ayudar a determinar los votantes perdidos y por nlos cuales no valía la pena dilapidar fondos, y aquellos a los cuales se los podía infectar con información para convencerlos”, (léase dirigencia del kirchnerismo) (*). Pero el PRO optó por el ecuatoriano Jaime Durán Barba para llevar adelante su campaña electoral.

Y el tigre mostró las garras. La supuesta liberación de los presos comunes, resuelto por la justicia, y que los medios de comunicación hegemónicos se lo endosaron al gobierno, hizo que aquellos que “piensan con la boca” salieron a cacerolear dando rienda suelta a la acción reaccionaria propia de quien esperaba solo un tropiezo para comenzar a mostrarse lo que verdaderamente son.

 

¿Y los “nadies”?

 

El sector más desprotegido de nuestra sociedad deambula entre la ilegalidad laboral, -llamo así a la acción desesperada de muchos cuentapropistas (albañiles, artesanos y demás) -que rompiendo muchas veces los protocolos de la cuarentena, salen por un lado a la calle a tratar de ganarse un mango , y por el otro, el hambre de muchas familias que si bien reciben ayuda del estado, no es suficiente cuando en la mesa son muchas bocas para comer y que en la mayoría de los casos son niños.

Y aquí vuelvo nuevamente a insistir en algo que desde esta humilde columna vengo apuntando: fortalecer a la sociedad, a los sectores más humildes política e ideológicamente en momentos tan difíciles, es una tarea sumamente necesaria e importante. Dormirse en los aplausos de una sociedad tan ambivalente como la nuestra y de una clase media sin líderes propios, sin ideología propia, es estar sentado sobre un barril de pólvora.

Recordemos el 2001. Aquellas crisis puso al desnudo el poco compromiso social que tienen estos sectores. Pasaron de gritar consignas tales como “piqueteros y clase media, la lucha es una sola”, acción que reflejaba, por un lado, la profunda crisis que golpeaba a los sectores más humildes; y por el otro, esta clase media a la cual el corralito le había confiscado todos sus bienes en la mayor estafa registrada en el país. Esa clase media pasó de esa unidad, a la “aparofobia” (el desprecio a los pobres) con expresiones tales como “negros de mierda”, “choriplaneros” etcétera, etcétera.

Hoy Argentina se debate en una pesada herencia que dejó el anterior gobierno, pero que fue acumulativo de gestiones anteriores, y me refiero a los índices de pobreza en el país donde los niveles  llegaron, según la UCA, a 35.4% y el 7,7% son indigentes. Estas cifras duelen también cuando la misma UCA dice que el 51,7% de los niños son pobres.

Son los “nadies”. Son los casi 16 millones de argentinos a los cuales muchas veces se los acusa de vagos y todas las estigmatizaciones que la aparofobia les permita como lenguaje para despreciar al más humilde.

Hoy la pandemia del Covid19 nos encuentra sumergidos entre la disyuntiva Salud o Economía y esta contradicción puede ser el próximo caldo de cultivo sobre el cual comiencen a cabalgar las ideas nefasta de la derecha argentina que no banca no estar en el centro de la escena.

Destruir el endeble frente Fernández-Fernández es la tarea en la cual están abocados todos estos sectores. Mentiras tras mentiras como la de la diputada PRO Béccar Varela que entre sus mentiras manifestó, ” la intención del Poder Ejecutivo sería la de fundir empresas para estatizarlas, tomar el capital de las personas mediante la liberación de los presos, con el fin último de terminar dependiendo de Cuba y Venezuela".

Para agregar…"El coronavirus es una excusa para cerrar la economía, para cerrar las fronteras y para que todos los comercios y las industrias fundan. Y una vez que funden ellos, empiezan a estatizar. El Estado compra esas empresas a un precio muy barato y si no te la pueden comprar, te la sacan. Van a venir por el sector agropecuario que es lo único que va a quedar en pie, o lo poco que va a quedar en pie"

Para concluir, así se cierne el peligro sobre las políticas gubernamentales kirchneristas. Sabemos de la pesada herencia que tuvo que afrontar este gobierno, pero aquí es ahora o nunca. Esta bola de nieve ha comenzado a andar y si va cuesta abajo para tomar fuerza, será más difícil detenerla.

 

(*) Nota: diario LA NACION . Hugo Alconada Mon -  Setiembre 2019

 

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