Keynes y Gesell ¿nuevo paradigma?

Por: Hugo Stratta
sábado, 19 de septiembre de 2020 · 19:05

Por: Hugo Stratta

Contador, (Santa Fe)

 

Una visión histórica diferente de la tradicional que pone de relieve la existencia de una corriente social y económica del interior del país, mestiza y de raíz hispánica, que se opone a las doctrinas europeizantes con origen en el puerto de Buenos Aires

   La edición del libro “Keynes y Gesell ¿nuevo paradigma? , Ed. ERREPAR, 2015 de  Carlos Fernando Louge  (abogado y profesor de economía de la UBA) actualiza la circulación en el ámbito de la historia de las ideas económicas los libros y escritos de Silvio Gesell, un comerciante de origen belga alemán que radicado en Argentina, desarrolla una intensa actividad comercial a la par de estudios sobre la función de la moneda en la economía y publica en numerosos artículos y libros sobre el tema  a fines del siglo XIX y principios del XX.

   En este libro se desarrolla la tesis de la existencia de una escuela de pensamiento económico del Rio de la Plata de raigambre suramericana, con fundamentos propios,  que se manifiesta en la historia en los próceres de la talla de Manuel Belgrano y Mariano Moreno, continuado por el primer ministro de economía de la presidencia de Urquiza, don Mariano Fragueiro (Cuestiones Argentinas y Organización del Crédito) y en notables ensayos de desarrollo autónomo de las fuerzas productivas propias en los hombres de la Generación del 80 sintetizado por Vicente Fidel López y Carlos Pellegrini, de inspiración proteccionista e industrialista. En tal período se inicia la acción,  y es cuando aparecen los primeros escritos de Silvio Gesell, en concordancia con el fuerte empresario Don Ernesto Tornquist, asesor del presidente Roca y autor de la reforma monetaria de 1899 -inspirada precisamente  en su amigo Gesell- que desvincula la circulación monetaria del patrón oro. Con el apoyo de Tornquist, se dan a luz en los primeros años del siglo XX los trabajos de Alejandro Bunge y la publicación de la Revista Economía Argentina que fundara la primer escuela sistemática de estudios estadísticos y económicos y que, a su alrededor, se nuclearía un grupo de estudiosos que será la base técnica de la política económica del peronismo en el año 1945.

   Debemos subrayar especialmente que el libro desarrolla una visión histórica diferente de la tradicional y pone de relieve la existencia de una corriente social y económica del interior del país, mestiza y de raíz hispánica, que se opone a las doctrinas europeizantes con origen en el puerto de Buenos Aires. Insta a pensar a partir de nuestras realidades y de las tradiciones transmitidas por la “economía de reciprocidad” incaica y las experiencias del  intercambio solidario en las misiones jesuíticas.

   Sintéticamente Gesell sostiene una doctrina que hoy sigue siendo innovadora: las tasas de interés generan inflación, por lo cual las tasas de interés deberían ser negativas cuando sube la inflación, en sentido totalmente opuesto a la opinión ortodoxa que,  con una visión cuantitativista de la moneda la desvincula de la producción de bienes y servicios, planteando que cualquier aumento de la cantidad de moneda en circulación produce inflación, por lo cual debe aumentarse la tasa de interés cuando sube la inflación. La concepción de la moneda y el crédito en Gessell, al contrario de la teoría monetarista de Friedmann, plantea que el sistema monetario debe generar una masa de dinero suficiente para facilitar la circulación de los bienes y servicios y aumentar la producción real.

Con un criterio atendible,  el autor sostiene que las opiniones de Gesell surgieron en el suelo fértil de la tradición gestada en la América Española por los antecedentes incaicos y jesuíticos y los originales pensadoras en una economía propia que denomina escuela de pensamiento económico del  Río de la Plata.

   Estas ideas contradicen las políticas de las últimas cuatro décadas, desde Martínez de Hoz que destruye una importante porción del entramado industrial, con el propósito de desarticular el mercado interno y la alianza social de empresarios y obreros mediante la protección de la producción industrial y altos salarios, continuando con  Domingo Cavallo que con el corsé de la convertibilidad genera un sideral incremento del endeudamiento externo y anemia productiva y el gobierno de Macri que reúne todas las políticas equivocadas que conducen a la destrucción de estructura industrial y a un nuevo y colosal endeudamiento externo.

   Constituye, el libro que comentamos,  también una corriente de aire fresco ante la reiterada aparición en la prensa de  economistas de la academia que abrevan de un individualismo y liberalismo ortodoxo. Este texto de Carlos Louge reivindica la opinión y acción de comerciantes como Gesell y Tornquist, sin formación universitaria, autodidactas que aprendieron de su práctica empresarial. Vale recordar que en las empresas de Tornquist,  a principios del siglo XIX, se realizaron y publicaron las primeras series estadísticas de la producción y el comercio, predecesores de los estudios macro de la economía nacional.

   Las opiniones de Gesell replantean hoy la necesidad de una política económica basada en una teoría que potencie la producción y el desarrollo económico y tecnológico, apoyado en una concepción de la moneda como medio de circulación y no de especulación.

  El autor Carlos Louge destaca el legado de los estudios de Gesell al pensamiento económico mundial, al desarrollar las bases técnicas, fácticas y metodológicas para el nacimiento de la Macroeconomía posteriormente difundida por Keynes quien, en su obra principal, pone de relieve el aporte de Gesell a sus propuestas. En tal sentido Louge sostiene que Gesell, desde América del Sur,  anticipa el desarrollo de la economía teórica en Europa y en EEUU del Siglo XX. -

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