¿Por qué sufre vandalizaciones el patrimonio de la ciudad?

Por Tito Acevedo

(Escritor-gestor cultural)

La ira popular ha tirado abajo imágenes de antiguos comerciantes negreros y antiguos propietarios de esclavos, así como de conquistadores y de colonizadores europeos de América y de África. Un fenómeno iconoclasta que ha afectado a diferentes países (Estados Unidos, Gran Bretaña, Bélgica, …) y que se ha venido a sumar a la retirada de símbolos relacionados con la esclavitud llevada a cabo en los últimos años a instancias de diferentes administraciones, en el espacio público de diferentes ciudades europeas y americanas.
La primera estatua en caer fue la de Williams Carter Wickham en Richmond (Virginia-EE UU), un general confederado y dueño de una plantación, cuya estatua fue erigida en 1891 y derribada durante las protestas del movimiento Black Lives Matter.
Tras él, se desplomaron Cristóbal Colón en Boston y Virginia, la del esclavista del siglo XVII Edward Colston en Bristol y Leopoldo II, cerebro del mayor genocidio cometido en el Congo a finales del siglo XIX, en Amberes. Todos ellos han sido objetivo de las protestas antirracistas que se han repetido en varios países desde el asesinato de George Floyd a manos de un policía en Minneapolis y consideradas “patrimonio negativo”.
¿Y en nuestra ciudad, qué?
Es recurrente ver vandalizados bustos como el de Alfonsín, (Av. Costanera), Perón y Evita (Avenida Cárcano), el de Amadeo Sabattini (puente central) y tal vez el más visible y céntrico es el de Arturo Ilia (al lado de la Secretaría de Turismo). 
Todos ellos hoy son iconos de movimiento populares adoptados por los seguidores de cada ideología. 
Habiendo un “patrimonio negativo” que está asociado a la opresión, las dictaduras, la esclavitud o el colonialismo, Evita y Perón, Sabattini, Ilia y Alfonsín son claros exponentes de cambios sociales y la antítesis de cualquier gobierno dictatorial.
¿Entonces, ellos por que sufren vandalizaciones permanentes? ¿Hay manos negras o simples estúpidos trasnochados?