En su día: ¡Viva la poesía!

El 21 de marzo comienza del otoño en nuestro Hemisferio, es casi el comienzo de la primavera en el Hemisferio Norte y el mundo comienza a florecer y a perfumarse celebrando ese equilibrio. Coincidiendo con esa fecha floral, las Naciones Unidas instituyeron, en el año 2000, la celebración en todo el mundo del Día Mundial de la Poesía.

Por Aldo Parfeniuk

(Poeta y ensayista)

Dos grandes poetas. Aldo Parfeniuk y Romilio Ribero.

 

El 21 de marzo de cada año, día del comienzo del otoño en nuestro Hemisferio, es casi el comienzo de la primavera en el Hemisferio Norte (digo “casi” porque la primavera, en rigor, comenzó ayer 20 de marzo). Es cuando los dos polos de la Tierra están a la misma distancia del Sol; y la duración del día y de la noche son idénticas: el mundo comienza a florecer y a perfumarse celebrando ese equilibrio.

Coincidiendo con esa fecha floral, las Naciones Unidas instituyeron, en el año 2000, la celebración en todo el mundo del Día Mundial de la Poesía; habida cuenta, entre otras cosas,  que  “ En el mundo contemporáneo hay necesidades insatisfechas en el terreno de la estética que puede atender la poesía en la medida en que se reconozca su papel social de comunicación intersubjetiva y siga siendo instrumento de despertar y de expresión de toma de conciencia”, según dice la primera de las consideraciones con que la UNESCO fundamenta su decisión. Y aunque de poco sirve ponerle fechas anualizadas a las cosas importantes del mundo de la vida, en esta realidad de tiempo medido y calendario que hemos elegido vivir los humanos, no está demás concentrar la energía y el pensamiento de todxs para remendar aquello que hemos ido gastando los restantes 364 días del año. Por cierto que no es lo ideal; pero algo es algo.

Porque quizás por tal motivo hoy alguien  escriba un nuevo poema, o lea (o relea) a algún buen poeta; o simplemente se pregunte por qué hay poesía; o para qué sirve la poesía en este mundo tan desquiciado y nervioso. Quién sabe…: pero es posible que uno salga a la calle y de entrada nomás el vecino le sonría bien, sostenidamente; y su perro lo festeje, amigable y alegre; y el conductor apurado de la esquina le ceda, atento, el paso ; y en el puente el río crecido ya esté ensayando la serena canción del otoño; y la arboleda de la Costanera mire, sin dejar de aplaudir, a los retoños del Bosque de la Poesía…y así: a lo largo y ancho de la ciudad, la misma ciudad se serene y se sienta más Villa, y en sus calles la risa de los grupos estudiantiles  se imponga a la fanfarria de frivolidad y ruido vacío de los que vienen solamente a aturdirse…En fín: quizás este Día hoy sirva para recordar que la Poesía sigue apostando a lo mejor que tenemos los humanos (sin olvidar que la ONU eligió la fecha por coincidir con el Día contra la discriminación racial), mostrándoles a los jóvenes el camino para acceder a las fuentes de la interiorización, del encuentro profundo con cada uno, algo que el encandilamiento de las pantallas a veces no permite divisar.

En fin, hace tiempo que el poeta ha dejado de reconocerse en la figura del trasnochado que se enajena en palabras gastadas y rebuscadas. Por el contrario: la mujer, el hombre,  van poniendo cada vez más en la Poesía lo mejor de sí, de sus valores, de sus sueños, de sus esperanzas en este arte humano-humano que no admite trampas ni atajos y en el cual  nos reconocemos como ante el más fiel espejo: sin trampas ni indulgencia.

Por eso, ahora y siempre:¡ VIVA LA POESÏA!

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