¿Vamos hacia un nuevo urbanismo?
Por Juan Eduardo Lo Celso (Arquitecto. Master en Planeamiento)Desde varias décadas anteriores a la actual, se vienen sucediendo profundos, inesperados y rápidos cambios en las aglomeraciones urbanas a escala planetaria, dejándolas desactualizadas. En Argentina, han sido ocasionados fundamentalmente por el urbanismo de los últimos 100 años; la pandemia; y por el impacto del cambio climático.
Juan Eduardo Lo Celso, autor de la nota.
Estas causas operan simultáneamente y se interdependizan unas con otras, de modos diferentes según sus diversas localizaciones, pero con efectos convergentes en la dignidad de la persona humana y en el espacio público.
Siendo este último el elemento ordenador de la ciudad, la bondad del urbanismo contemporáneo se verifica entonces en la calidad del espacio público, como señala Jordi Borja.
El fracaso de este urbanismo se manifiesta-entre otros aspectos- en diversas inercias estructurales con tendencia a permanecer, como el crecimiento descontrolado horizontal y vertical de la planta urbana con nuevos asentamientos periféricos y la ocupación clandestina de tierras, torres con creciente altura, generadas por el afán de lucro de la especulación inmobiliaria-la ciudad como un gran negocio- que aumentan fuertemente la densidad de población, saturan la infraestructura y la congestión vehicular, la contaminación ambiental, destruyen las identidades barriales y el patrimonio, tienen impactos negativos en la salud física y mental, en la calidad de la vida urbana y fracasan en sus pretensiones de sustentabilidad.
Es el colapso de la ciudad compacta y de sus roles, impuestos por el sistema capitalista y el proceso de globalización.
Entre otros, como caso paradigmático, la urbanización acelerada que se construye al sur de la China, en el delta del rio Las Perlas, en base a conceptos perimidos y que albergará a 60 millones de personas. Otros como Tokio, Guanghou, Bombay, Shangai, etc. Y en nuestro continente,, México, San Pablo, Santiago de Chile, Buenos Aires, como las mayores aglomeraciones.
Otra inercia: los countries y barrios cerrados que crecen aceleradamente en la periferia urbana y que generan segregación social y espacial, conformando islas desmembradas de la trama.
La pavimentación y contaminación del cauce y el entubamiento del paisaje fluvial del río Suquía, por otra parte son un peligro para la salud e impiden su pleno disfrute como recurso natural, más allá de la rambla construida en la costanera. En Córdoba, a raíz del crecimiento descontrolado, de los 1.500.000 habitantes del departamento Capital, pasaremos a largo plazo, a una metrópolis muy extendida y con alta densidad, una población con varios millones de habitantes, con las consecuencias señaladas.
El ferrourbano proyectado, no se inserta en un Plan de Desarrollo Metropolitano, por otra parte. Es una improvisación más.
A partir de 2020, la pandemia actual ha irrumpido con gran intensidad en nuestro país, agregándose a las inercias señaladas, al gigantesco déficit habitacional, a la enorme desocupación concentrada en los centros urbanos, al 43% de los ciudadanos sumergidos en la indigencia y la pobreza, a la fuerte vigencia de la delincuencia y de la droga, lo cual adquiere dimensiones dramática porque no existen perspectivas-desde hace muchos años-de resolverse, por la ausencia de políticas de estado al respecto.
Pero desde antes de la pandemia, el Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, ha comenzado operar conjuntamente con la pandemia, para modificar el estilo de vida de las ciudades y convertirlas en espacios sustentables.
Se creó el C40, una coalición internacional de 97 ciudades que ejercen acciones concretas para alcanzar a nivel local los objetivos del Acuerdo de Paris, respecto a las emisiones de carbono. Según el artículo citado a pie de página (1), en Argentina, la CABA hizo punta con su plan de acción climática, con una serie de 24 acciones para reducir las emisiones ; una cuarta parte de estas acciones, están alineadas dentro del concepto de ciudades cercanas o “ciudades de 15 minutos” que promueve C 40, como la creación de nuevas áreas peatonales, de calles verdes o calles de encuentro y el otorgamiento de la prioridad al peatón; espacios para ciclovías con iluminación y estacionamiento adecuados; el reordenamiento de los recorridos de los colectivos para una mayor rapidez y eficiencia.
De modo que para resolver cualquier cosa,, no necesitemos trasladarnos más de 15 minutos: desde ir al trabajo, hacer compras, salir a tomar algo, o ir al médico hasta visitar a la familia o amigos. Antes de la pandemia, Paris adoptó este modelo, y después de la pandemia, los gobiernos locales en forma creciente, están reconvirtiendo los barrios en espacios policéntricos, a contramano del urbanismo de los últimos 100 años.
El concepto de supermanzanas es en realidad una aplicación parcial de la ciudad de 15 minutos y se está realizando en Barcelona y otras ciudades como Córdoba, Buenos Aires, Brasilia, Caracas y Manhattan.
En la CABA se pretende generar una ciudad a escala humana y a partir de ello, abordar el diseño del espacio público. El creador y promotor de las supermanzanas o células urbanas,, es el ecólogo Salvador Rueda, desde la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, la cual resume el concepto que transcribimos a continuación (2): “Las supermanzanas se configuran como unidades urbanas constituidas por la suma de diversas manzanas de casas donde se pacifican las calles para recuperar espacio público para los peatones, se limita el tráfico motorizado y se da prioridad a la movilidad sostenible y al espacio compartido verde y seguro(…)Las calles interiores de las supermanzanas son espacios donde el derecho de paso de vehículos ya no es la función principal, sino que se convierten en espacios de estancia e intercambio, de juego, de ocio, etc. El concepto de supermanzana organiza la ciudad de modo tal que el peatón es quien tiene la prioridad real, seguida de la bicicleta, el monopatín y el transporte público..”
“Se juntan varias manzanas-de alrededor de 400 por 400 metros.- generando espacios para los peatones, con beneficios económicos, donde el tráfico automotor sea de 10 a 20 km/h, trasladándose a la periferia en avenidas de aquéllas, con lo que se reduce el ruido y la contaminación ambiental.”
“Su adaptación al entramado urbano existente persigue las pautas siguientes :
. Recuperar espacios comunes
. Promover la innovación social
.Promover la salud urbana
. Incrementar las superficies verdes
. Generar hábitos saludables
. Promover la gobernanza local y mejorar la gestión
Estas pautas están de acuerdo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: hacia una nueva modalidad sustentable de planificación y gestión y de vivir el espacio público en la ciudad”
Son una experiencia piloto que requiere un seguimiento en su implementación, evaluar el impacto en los vecinos y profundizarla. Rueda aconseja hacerla en forma escalonada y flexible.
Según Alberto Varas en el artículo indicado en (3), las nueva s necesidades de la sociedad del conocimiento, de las normas sanitarias, y del cambio climático y del fracaso de la ciudad compacta, señalamos por nuestra parte, exigen el abandono de mucha soluciones del pasado. Ejemplos : varias autopistas urbanas de Madrid, Seúl y Boston, se convirtieron en paseos peatonales, muchos cambios atribuidas al futuro, pasaron a ser “utopías realizadas”, el futuro se nos vino de golpe. Señala Alberto Varas. En Medellín y Bogotá, mucho antes de la pandemia, mediante fuertes intervenciones en barrios humildes, en equipamiento urbano, espacio público, transporte no tradicional-telesférico- revaloración del patrimonio natural y construido, se mejoró notablemente la calidad de vida. Estas intervenciones rescataron a sus habitantes de la miseria., delincuencia y la droga, que asolaba a estos barrios y fueron el origen de los CPC, Centros de Participación Comunal, los cuales se extendieron a otras ciudades como Córdoba, Rosario, Buenos Aires , etc.
A contramano de las inercias expuestas, en Rosario, se han prohibido definitivamente los permisos para construir countries y barrios cerrados.. En la CABA, en Belgrano y Caballito, se cruzaron en las calles pancartas con la leyenda : NO QUEREMOS MAS TORRES y representaciones teatrales alusivas. En Carlos Paz se ha limitado la altura de la edificación a tres plantas. Según constatamos personalmente, en Federación, sobre el rio Uruguay, se registra una trama continua, con edificación de planta baja y tres pisos altos, baja densidad de población, sin congestión vehicular ni contaminación, amplios espacios verdes, excelente accesibilidad, y seguridad pública, lo cual genera una convivencia armónica, elevados niveles de gobernabilidad, sustentabilidad e inclusión social. En Paris, se están convirtiendo varias ciudades con densidad media, en barrios policéntricos.
Concluyendo, en función de lo expuesto, nos formulamos ciertos interrogantes :
. ¿ Las reacciones a la ciudad compacta que ejemplificamos, están interconectadas entre sí o son ejemplos aislados ?
. El Plan de Metas , elaborado eficientemente por la Red Ciudadana Córdoba Nuestra, constituye hoy un punto de partida hacia políticas de mediano y largo plazo, consensuadas entre los vecinos y el estado ¿ Cómo puede despertarse el interés de la ciudadanía para su participación en los cambios que tenemos que encarar ?
¿ Habrá llegado la hora en Córdoba, de revertir las inercias señaladas-entre otras- y articularlas con las nuevas tendencias en la formulación, de una vez por todas, de un Plan de Desarrollo de la Región Metropolitana ?
Para nosotros, estas reacciones a la ciudad compacta a escala internacional, ameritan-según pensamos-un análisis a mayor extensión y profundidad por un grupo interdisciplinario, como por ejemplo la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Venecia o el Foro Mundial de Urbanismo ?
. Finalmente y en función de lo expuesto al comienzo, anhelamos para Córdoba un salto cualitativo gradual, desde la situación actual hacia el futuro, en la persona y en el espacio público, como el siguiente :
. “Desde la ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres”, hacia una metrópolis física y socialmente integrada, más allá de la segregación actual, ignorancia de los derechos ciudadanos y l ausencia de solidaridad humana
. Desde el acento puesto en el tener y en el parecer en las relaciones humanas y la convivencia social hacia otro acento puesto en el ser y en su dignidad como persona, más allá del anonimato, hedonismo y y el consumismo promovidos por el proceso de globalización
. Desde las inercias señaladas y los cambios que operan actualmente hacia un espacio que recupere su carácter público ,preserve la cohesión social, exprese la representación colectiva de la vida comunitaria y proporcione identidad al tejido urbano, como sostenía Jordi Borja
. Por último, deseamos que todos los vecinos, en la vida cotidiana, recuperemos el sol que perdimos en Nueva Córdoba,, el agua, el aire puro, el silencio, la contemplación de la naturaleza y el disfrute del espacio público en el ejercicio pleno de la ciudadanía.
“ Ciudades de 15 minutos”, un movimiento que seduce a Buenos Aires, Evangelina Himitian, 14 de marzo de 2021- (1), La Nación
“ Supermanzanas, una opción para la ciudad de cercanía”, Sebastián La Rosa, Revista ARQ., 4 de agosto de 2020, pág. 9, Buenos Aires (2)
“Del futuro como utopía al futuro como presente, Arquitecto Alberto Varas, 22 de marzo de 2021, artículo en la revista ARQ.,pág.9, Buenos Aires (3)