¿Vamos hacia un nuevo urbanismo?

Por Juan Eduardo Lo Celso (Arquitecto. Master en Planeamiento)
miércoles, 19 de mayo de 2021 · 20:06

Desde varias décadas anteriores a la actual, se vienen sucediendo  profundos, inesperados y rápidos  cambios en las aglomeraciones urbanas  a escala planetaria,  dejándolas  desactualizadas. En Argentina,  han sido  ocasionados fundamentalmente por el urbanismo de los últimos 100 años;  la pandemia; y por el impacto del  cambio climático.

Juan Eduardo Lo Celso, autor de la nota.

Estas causas operan simultáneamente y se  interdependizan  unas con otras,  de modos diferentes según sus diversas localizaciones, pero con efectos convergentes en la dignidad de la persona humana y en el espacio público.

Siendo este último el  elemento ordenador de la ciudad, la bondad del urbanismo contemporáneo se verifica entonces en la calidad  del espacio público,  como  señala Jordi Borja.

El fracaso de  este urbanismo se manifiesta-entre otros aspectos- en diversas inercias estructurales con tendencia a permanecer, como  el crecimiento descontrolado horizontal y vertical de la planta urbana con nuevos asentamientos periféricos y la ocupación clandestina de tierras, torres  con  creciente altura, generadas por el afán de lucro de la especulación inmobiliaria-la ciudad como un gran negocio- que aumentan fuertemente la densidad  de población, saturan la infraestructura y la congestión vehicular, la contaminación  ambiental, destruyen las identidades barriales y el patrimonio, tienen impactos negativos en la salud física y mental, en la calidad de la vida urbana y  fracasan en sus pretensiones de sustentabilidad.

Es el colapso de la ciudad compacta y de  sus roles, impuestos por el sistema capitalista y  el proceso de globalización.

Entre otros, como caso paradigmático, la urbanización  acelerada que  se construye al sur de la China, en el delta del rio Las Perlas, en base a conceptos perimidos y que albergará a  60 millones de personas.  Otros como  Tokio, Guanghou, Bombay, Shangai, etc. Y en nuestro continente,,  México, San Pablo, Santiago de Chile, Buenos Aires, como las mayores aglomeraciones.

Otra inercia:  los  countries y barrios cerrados que crecen aceleradamente en la periferia urbana y que generan  segregación social y espacial, conformando  islas  desmembradas de la trama.

La pavimentación y contaminación del cauce y el entubamiento del paisaje fluvial del río Suquía, por otra parte son un peligro para la salud e impiden su pleno disfrute como recurso natural, más allá de la rambla construida en la costanera.  En Córdoba, a raíz del crecimiento descontrolado, de los 1.500.000 habitantes del departamento Capital, pasaremos  a largo plazo, a una metrópolis muy extendida  y con alta densidad, una población con varios millones de habitantes, con las consecuencias señaladas.

El  ferrourbano proyectado, no se inserta en un Plan de Desarrollo  Metropolitano, por otra parte. Es  una improvisación más.

A partir de 2020, la pandemia actual ha irrumpido con gran intensidad en nuestro país, agregándose a las inercias señaladas, al gigantesco déficit habitacional, a la enorme desocupación concentrada en los centros urbanos, al 43% de los ciudadanos  sumergidos en la  indigencia y la pobreza, a la  fuerte vigencia de la delincuencia y de la droga, lo cual adquiere dimensiones dramática porque no existen  perspectivas-desde hace muchos años-de resolverse, por la ausencia  de políticas de estado al respecto.

Pero desde antes de la pandemia, el Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, ha comenzado operar conjuntamente con la pandemia, para modificar el estilo de vida de las ciudades y convertirlas en espacios sustentables.

 Se creó el C40, una coalición internacional de 97 ciudades  que ejercen acciones concretas para alcanzar a nivel local los objetivos del Acuerdo de Paris, respecto a las emisiones de carbono. Según el artículo citado a pie de página (1), en Argentina,  la CABA hizo punta con su plan de acción climática, con una serie de 24 acciones para reducir las emisiones ; una cuarta parte de estas acciones, están alineadas dentro del concepto de ciudades cercanas o “ciudades  de 15 minutos” que promueve  C 40, como la creación  de nuevas áreas peatonales, de calles verdes o calles de encuentro y el otorgamiento de la prioridad al peatón; espacios para ciclovías con iluminación y estacionamiento adecuados; el reordenamiento de  los recorridos de los colectivos para  una mayor rapidez y eficiencia.

De modo que para resolver cualquier cosa,, no necesitemos trasladarnos más de 15 minutos: desde ir al trabajo, hacer compras, salir a tomar algo, o ir al médico hasta visitar a la familia o amigos.  Antes de la pandemia, Paris adoptó este modelo, y después de la pandemia, los gobiernos  locales en forma creciente, están reconvirtiendo los  barrios en espacios policéntricos, a contramano del urbanismo de  los últimos 100 años.

El concepto de  supermanzanas es en realidad una aplicación parcial de la ciudad de 15 minutos y se está  realizando en Barcelona y otras ciudades como Córdoba, Buenos Aires, Brasilia, Caracas y Manhattan.

 En la CABA se pretende generar  una ciudad a escala humana y a partir de ello, abordar el diseño del espacio público. El creador y promotor de las supermanzanas o células urbanas,, es el ecólogo Salvador Rueda, desde la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, la cual resume el concepto que transcribimos a continuación (2): “Las supermanzanas se configuran como unidades urbanas constituidas por la suma de diversas manzanas de casas donde se pacifican las calles para recuperar espacio público para los peatones, se limita el tráfico motorizado y se da prioridad a la movilidad sostenible y al espacio compartido verde y seguro(…)Las calles interiores de las supermanzanas son espacios donde el derecho de paso de vehículos ya no es la función principal, sino que se convierten en espacios de estancia e intercambio, de juego, de ocio, etc. El concepto de supermanzana  organiza la ciudad de modo tal que el peatón es  quien tiene  la prioridad real, seguida de la bicicleta, el monopatín y el transporte público..”

“Se  juntan varias manzanas-de alrededor de 400 por 400 metros.- generando espacios para los peatones, con beneficios económicos, donde el tráfico automotor sea  de  10 a 20 km/h, trasladándose a la periferia en avenidas de aquéllas, con lo que se reduce el ruido y la contaminación ambiental.”

“Su adaptación al entramado urbano existente persigue las pautas  siguientes :

. Recuperar espacios comunes

. Promover la innovación social

.Promover la salud urbana

. Incrementar las superficies verdes

. Generar hábitos saludables

. Promover la  gobernanza local y mejorar la gestión

Estas  pautas están de acuerdo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: hacia  una nueva modalidad sustentable de planificación y gestión y de vivir el espacio público en la ciudad”

Son  una experiencia piloto que requiere un seguimiento en su implementación, evaluar el impacto en los vecinos y  profundizarla. Rueda  aconseja hacerla en forma escalonada y flexible.

Según Alberto Varas en el artículo indicado en (3),  las nueva s necesidades de la sociedad del conocimiento, de las normas sanitarias,  y del cambio climático y del fracaso de la ciudad compacta, señalamos por nuestra parte, exigen el abandono de mucha soluciones del pasado. Ejemplos : varias autopistas urbanas de  Madrid, Seúl y Boston, se convirtieron en paseos peatonales, muchos cambios atribuidas al futuro, pasaron a  ser “utopías realizadas”, el futuro  se nos vino de golpe. Señala Alberto  Varas. En Medellín y Bogotá, mucho antes de la pandemia, mediante fuertes intervenciones en barrios humildes, en equipamiento urbano, espacio público, transporte  no tradicional-telesférico- revaloración del patrimonio natural y construido, se mejoró notablemente la calidad de vida. Estas intervenciones rescataron a sus habitantes de la miseria., delincuencia y la droga, que asolaba a estos barrios y fueron el origen de los CPC, Centros de Participación Comunal, los cuales se extendieron a otras ciudades como Córdoba, Rosario, Buenos  Aires , etc.

A contramano de las inercias expuestas, en Rosario, se han prohibido definitivamente los permisos para construir countries y barrios cerrados.. En la CABA, en Belgrano y Caballito, se cruzaron  en las calles  pancartas con la  leyenda : NO QUEREMOS MAS TORRES y  representaciones teatrales alusivas. En Carlos Paz se  ha limitado la altura de la edificación a tres plantas. Según constatamos personalmente, en Federación, sobre el rio Uruguay, se registra una trama continua,  con  edificación de  planta baja y tres pisos altos, baja densidad de  población, sin congestión vehicular ni contaminación, amplios espacios verdes, excelente accesibilidad, y seguridad pública,  lo cual genera  una convivencia armónica, elevados niveles de gobernabilidad, sustentabilidad e inclusión social. En Paris, se están convirtiendo varias   ciudades con densidad media, en  barrios policéntricos.

Concluyendo, en función de lo expuesto, nos formulamos ciertos interrogantes :

. ¿ Las reacciones a la ciudad compacta que ejemplificamos,  están interconectadas entre  sí o son ejemplos aislados ?

.  El Plan de Metas , elaborado eficientemente por la Red Ciudadana Córdoba Nuestra, constituye hoy un punto de partida hacia políticas de mediano y largo plazo, consensuadas entre los vecinos y el estado ¿  Cómo puede despertarse el interés de la ciudadanía para su participación en  los cambios  que tenemos que encarar ?

¿ Habrá llegado la hora en Córdoba, de revertir las  inercias señaladas-entre otras- y articularlas con las nuevas tendencias  en la formulación, de una vez por todas, de un Plan de Desarrollo  de la Región Metropolitana ?

Para nosotros,  estas reacciones a la ciudad compacta a escala internacional, ameritan-según pensamos-un análisis  a mayor extensión y profundidad por un grupo interdisciplinario, como por ejemplo  la Bienal  de Arquitectura y Urbanismo de Venecia o el Foro Mundial de Urbanismo ?

. Finalmente y  en función de lo expuesto  al comienzo,  anhelamos para Córdoba un salto cualitativo gradual, desde la situación actual hacia el futuro, en la persona y en el espacio público, como el siguiente  :

. “Desde la ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres”, hacia una metrópolis  física y socialmente integrada, más allá de la segregación actual, ignorancia de los derechos ciudadanos y l ausencia de solidaridad humana

.  Desde el acento  puesto en el tener y en el parecer en  las relaciones humanas y la convivencia  social hacia otro acento puesto en el ser y en su dignidad como persona, más allá del anonimato, hedonismo y y el consumismo promovidos por  el proceso de globalización

. Desde  las inercias  señaladas y los cambios que  operan actualmente hacia un espacio que recupere su carácter público ,preserve la cohesión social, exprese  la   representación colectiva de la vida comunitaria y  proporcione identidad al tejido urbano, como sostenía Jordi Borja

. Por último,  deseamos que todos los vecinos, en la vida cotidiana, recuperemos el sol que perdimos en Nueva Córdoba,, el agua, el aire puro, el silencio, la contemplación de la naturaleza  y el disfrute del espacio  público en el ejercicio pleno de la ciudadanía.

                                              

“ Ciudades de 15 minutos”, un movimiento que seduce a Buenos Aires, Evangelina Himitian, 14 de marzo de 2021- (1), La Nación

“ Supermanzanas, una opción para la ciudad de cercanía”,  Sebastián La Rosa, Revista ARQ., 4 de  agosto de 2020, pág. 9, Buenos Aires (2)

“Del futuro como  utopía  al futuro como presente,  Arquitecto Alberto Varas, 22 de marzo de 2021, artículo en la revista ARQ.,pág.9, Buenos Aires (3)

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