Dónde caerse muerto, la novela de Pedro Solans

Por Ramón Llanes. (Huelva, España. Enero 2022)
miércoles, 19 de enero de 2022 · 22:36

Por Ramón Llanes

foto Huelva-red.

(Escritor y periodista. Colaborador en prensa, radio y televisión, y conferencista. Autor de Un soplo de mi vida, Ámbito sur, Amada diosa, Aguavieja, Aguas de liturgia, Poemas de géminis, Tratado de ella, Memoria del pródigo, Sonetos de corazón, Secuencias del más adentro, Fábula del vacío.)

Huelva. España.



A través de la Editorial Contexto y con el patrocinio de la Asociación Cultural Iberoamericana en su edición de Iberletras, me hago con algunas obras presentadas en octubre en un acto conjunto de encuentro de escritores y poetas en la sede de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA La Rábida) en Huelva  con la custodia del Otoño Cultural Iberoamericano y entre ellas tengo la fortuna de quedarme con Dónde caerse muerto una novela de Pedro Solans, a quien tuve la ocasión de conocer antes de la pandemia y la suerte de compartir con él conversaciones y humor mientras disfrutábamos de los encantos de la cultura y de la tierra onubense.

El propio tiempo de enero -frío y pálido por estas latitudes- y mi afición a devorar palabras escritas dieron con mis huesos en la novela de Pedro y aquello que me hubiera podido parecer una historia más se me ha convertido para el conocimiento y el gozo en una emulsión inesperada de surrealismo costumbrista que me ha hecho acercarme con deleite a cada una de las emociones de Quitilipi, su tierra natal. Destaco de esta obra una maestría narrativa que juega con la armonía del ritmo como mejor valor, que hace que lo narrado no parezca vivido sino contado en papeles de periódicos cotidianos, que se hayan puesto de acuerdo vocablos e idiosincrasias para resumir en 370 páginas toda la confabulación de la vida con la fantasía hasta permitir al lector no poder distinguir si se estuviera empeñando en atravesar la realidad o fuera desmérito de esta el cuento de un locuaz mentidero sacado de la osadía de lo ficticio. Si a todo tanto trance de desenfado se le une el premio del humor, se eleva la concesión de la obra.

No recuerdo de manera cercana tener conciencia de haberme sorprendido tan virtuosamente con una narración que casi sin argumento acaba en arte; tampoco sé si encontraré profusión tan extensa de lenguaje desconocido que se me haya volteado en la lectura para entender mejor a los seres humanos que llenan de velorio el ámbito general del ámbito adonde ni quedara hueco ni razón para caerse muerto.

Sí, señor, amigo Solans, tú has escrito algo importante casi sin remangarte y has ganado el privilegio de que hasta las lechuzas empiecen a considerarte en las letras si es que aún no lo habían hecho. Inclúyeme en tus devotos porque además de carcajadas me has sacado admiración. Gracias por ello. Un abrazo desde este lugar pequeño de España llamado Huelva origen del descubrimiento y donde sé que tanto gustas encontrarte.

 

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