López, héroe por decreto militar

miércoles, 1 de marzo de 2023 · 16:05

(Quinta y Última Nota)

 

A la luz de lo señalado hasta aquí, el proceso que desembocó en la Guerra de la Triple Alianza se resume así:

10 de septiembre de 1862. Muere el presidente Carlos Antonio López, quien había elegido como sucesor suyo a uno de sus tres hijos varones, Francisco Solano López.

16 de octubre de 1862. El Congreso Nacional se reúne para convalidar a Francisco Solano López como presidente del Paraguay, por un período de diez años.

12 de noviembre de 1864. En represalia por la invasión de tropas del Brasil al Uruguay, a cuyo Presidente él había prometido ayudar en caso de ser atacado su país, López ordena apresar al buque comercial brasileño Marqués de Olinda, en plena navegación por aguas territoriales paraguayas. Los centenares de viajeros, entre ellos el nuevo gobernador del Matto Grosso, fueron secuestrados y conducidos a Asunción.

24 de diciembre de 1864. Con tres mil soldados, cinco vapores de guerra, tres goletas y dos chatas, López invade la región del Matto Grosso. La fortaleza de Coimbra y las ciudades de Albuquerque y Corumbá caen en manos de los paraguayos.

5 de marzo de 1865. López, a través del Congreso, le declara la guerra a la Argentina por negarse el presidente Mitre a autorizar el paso por Corrientes de fuerzas paraguayas destinadas a invadir la ciudad brasileña de Río Grande del Sur.

14 de abril de 1865. Tres mil soldados paraguayos al mando del general Wenceslao Robles, que habían sido transportados en cinco vapores, atacan por sorpresa el puerto de Corrientes. Por separado, desembarcan en Paso de la Patria otros ochocientos soldados que aseguran la ocupación de Corrientes capital.

Al mismo tiempo que el general Robles estacionaba otros 25.000 hombres en la zona de El Riachuelo, a unos 35 kilómetros de la capital de Corrientes, otros 12.000 soldados al mando del teniente coronel Antonio Estigarribia cruzan la región correntina denominada Misiones para invadir Río Grande del Sur.

López instala en Corrientes un gobierno títere conformado por tres correntinos de apellido Gauna, Silvero y Cáceres.

1 de mayo de 1865. Representantes de los dos países invadidos y del Uruguay, se reúnen en Buenos Aires para firmar el llamado Tratado Secreto de la Triple Alianza.

1 de marzo de 1870. López, finalmente acorralado por fuerzas brasileñas, muere en Cerro Corá, hecho que marca el final de la Guerra de la Triple Alianza.

 

“Héroe Máximo”                                  

                                                                     

Francisco Solano López comenzó a ser héroe máximo del Paraguay recién 66 años después de su muerte.

Muchos consideran que no merece ese rango debido a que los cinco años que duró la guerra los pasó huyendo de los aliados, cometiendo toda suerte de crueldades, usando mujeres y niños como escudos para cubrir su huida, y ejecutando a centenares de compatriotas.

El diario Ultima Hora de Asunción del 28 de febrero de 2008, recordó con ironía: “Los únicos disparos que hizo fueron para asesinar compatriotas y aumentar el número de hijos”.

En realidad, jamás participó de batalla alguna, robó dinero de encumbrados paraguayos a quienes luego fusilaba bajo cargo de conspiración, y “vendió” casi la mitad de las mejores tierras del Paraguay a su pareja, la irlandesa Elisa Lynch.

Un informe del 17 de agosto de 1871, emitido por el primer gobierno que se constituyó tras la guerra, señaló:

“La insaciable sed de sangre del nuevo Nerón americano fue peor aún que la de Atila. Aquel sacrificó pueblos enemigos; éste arrasó con un pueblo que le había dado su sangre y sus tesoros. López le arrancó al Paraguay su existencia y su porvenir”.

El 22 de marzo de 1873, en un manifiesto lanzado desde Corrientes, nada menos que Bernardino Caballero lo recordó como “un tirano sin parangón en la historia de los siglos”.

Por muchas razones, desde su muerte, el 1° de marzo de 1870, López fue arrojado a un pozo hecho de silencios y de olvidos.

Durante los siguientes 66 años, pasaron por el Paraguay 36 gobiernos colorados, liberales y militares. Todos ellos en lo único que coincidían era en ignorarlo.

Durante 66 años, el sólo hecho de pronunciar su nombre era tomado como un acto de provocación.

 

Por decreto

 

Pero todo cambió en 1936 cuando un militar turbulento y golpista convertido en Presidente de facto, con un simple decreto lo declaró héroe máximo del Paraguay.

En la mañana del 19 de febrero de 1936, el coronel Rafael Franco todavía vivía en el hotel Metropol de Buenos Aires. A las 2 de la tarde, convocado por los militares que habían derrocado al presidente constitucional, tomó una avioneta. A la noche, ya era presidente del Paraguay.

Una de sus primeras medidas fue expulsar del país al triunfador de la Guerra del Chaco, mariscal José Félix Estigarribia, su jefe durante esa contienda con los bolivianos.

Luego, sin consultar a ningún historiador, investigador o académico, dictó un decreto declarando héroe máximo a López.

Convirtió al Oratorio de la Virgen de la Asunción en “Panteón Nacional de los Héroes”, trajo de las selvas del Amanbay sus supuestos restos, y los depositó allí.

Son muchos los paraguayos que opinan que el verdadero héroe máximo del Paraguay debería ser el gran héroe de la Guerra del Chaco: el mariscal José Félix Estigarribia.

 

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