Villa Carlos Paz

Quién era «el Gitano», el hombre que tuvo una bahía

Especial. 30 años de El Diario de Carlos Paz.

Con motivo de los 30 años de El Diario, recordamos la historia de la Bahía del Gitano, uno de los puntos más emblemáticos de la costanera del lago San Roque y uno de los sitios más visitados de Villa Carlos Paz.

Los concuñados Domingo Güy y Cándido Boldrini eran muy aficionados a la pesca. Ambos eran comerciantes en la zona rural de Villa Ángela, Chaco. De los dos, el más aventurero fue Güy, quien ejercía el comercio ambulante denominado en esa época como los mercachifles, quienes cargaban sus carretones de mercadería y salían a vender.

En una de esas aventuras comerciales, Güy y su familia traspasaron los límites habituales de sus ventas, cruzaron Santiago del Estero y llegaron a Córdoba. Corrían los años 40.

En la ciudad de Córdoba, el comerciante chaqueño averiguó dónde se podía pescar, y  entre datos y datos, llegó al pequeño pueblo de Carlos Paz.

Güy, muy lejos de conocer el lago, asentó campamento familiar a orillas del canal construido por Carlos Paz en el vértice que hacía el cauce adonde actualmente se ubica el Hotel Jardín, entre Libertad y Alvear. Allí varios sauces sombreaban el agua. Allí se  aquerenció el chaqueño, y empezó a probar suerte con su caña de pescar en el canal.  

Pasaron los meses, y los viajes entre el Chaco y Córdoba eran más frecuentes y de estadías más largas, hasta que con los tamaños de pejerreyes que pescaba, la tranquilidad y el bienestar de las sierras convenció a su concuñado don Cándido Boldrini, abuelo del actual secretario de turismo, Sebastián Boldrini, y dejó su almacén de ramos generales en manos de sus hijos y siguió los pasos de Güy en una camioneta studebaker rural.

Instalados en su respectivas carpas, daban aspectos de gitanos. A orillas del canal estuvieron un tiempo hasta que el urbanizador José Muñoz, quien estaba trabajando en la zona los convenció a que se trasladaran a las costas del lago San Roque y les aconsejó que bajaran por un sendero que luego sería la calle Artigas.

Los chaqueños exploraron el sitio y llevaron sus carpas y sus familias a la bahía bajo los eucaliptus. Se instalaron y se dedicaron a la pesca. Sacaban pejerreyes y de más peces de tamaños increíbles y se abastecían del agua del lago.

Boldrini y Güy dejaron de ser comerciantes ambulantes y empezaron a ser proveedores de pescados a restaurantes y  compradores de la zona. Luego, instalaron carromatos, casillas rodantes, y cuando debieron trasladarse para la urbanización de los barrios adyacentes se retiraron a propiedades ubicadas arriba de la cota 38.

La fisonomía del lugar, sus carpas, sus costumbres de pescar y alquilar botes, afianzaron el nombre popular de la bahía más linda del lago San Roque. Primero, se la conocía como Bahía de los Gitanos, y luego quedó, Bahía del Gitano.

Comentarios