Victoria Montenegro y su libro "Hasta ser Victoria"

Por Valentina López Somoza

En el marco de los 40 años de democracia, en la Feria del Libro de Carlos Paz, Victoria Montenegro, protagonista de nuestra historia reciente compartió su experiencia, su búsqueda y su verdad. Presentó su libro "Hasta ser Victoria."

La Feria del Libro de Villa Carlos Paz se convirtió en un escenario en el que confluyeron voces que llevaron el peso de la historia reciente de nuestro país. Protagonistas de aquel oscuro período narraron sus experiencias y cómo la palabra escrita los acompañó en momentos de profundo dolor y adversidad.

En este contexto y a 40 años de democracia ininterrumpida, Victoria Montenegro compartió su trayectoria vital al presentar su libro “Hasta ser Victoria”.

“Victoria Montenegro Torres fue una de los 500 bebés que la dictadura hizo desaparecer” así expresa su libro, una obra que se erige como un faro de luz en una Argentina que parece omitir la memoria colectiva.

En un conmovedor y fluido relato Victoria narra la vida de una niña sustraída de su familia biológica a los trece días de haber nacida en medio de un operativo comandado por el coronel Herman Tetzlaff, quien luego sería su apropiador. Los padres de Victoria, Roque Orlando Montenegro e Hilda Ramona Torres, ese día pasaron a formar parte de la lista de desaparecidos en nuestro país.

Dividida en tres períodos de su vida, la narrativa abarca desde los primeros años como María Sol (nombre de apropiación), pasando por una segunda parte que aborda su adolescencia y principio de vida adulta en que se entera de su verdadera identidad en medio de profundas contradicciones, miedos y dolor; hasta llegar a ser Victoria Montenegro, nieta restituida y el principio fundante de su identidad. En sus propias palabras el libro es “un texto esperanzador” en el que se plasma la experiencia colectiva y se destaca la importancia de la transmisión intergeneracional.

En este sentido, resaltó la relevancia de la palabra escrita como instrumento preservador de la memoria: “La letra escrita preserva, preserva esta memoria que está hoy en serio riesgo”, resaltó. El gran motor de este proyecto fue su nieto Noah, fue escrito para él y para los nietos que aún no han recuperado su identidad. “El libro apunta a encontrar a los nietos y nietas que faltan”.

Gracias a la lucha emprendida por Abuelas de Plaza de Mayo, Victoria pudo encontrar la verdad y atravesar las barreras del odio estando “detrás de un vidrio muy grueso”:

"Nosotros crecimos diciéndole mamá y papá a gente que iba creciendo con nosotros. De repente, cuando te enterás de que no son tus papás, que tus papás son chiquitos, entonces hay algo adentro tuyo que todavía sigue sin poder pensar que esos chicos de dieciocho años son tu papá y tu mamá."

"Yo veo a las amigas de mi hijo menor, las veo nenas y tienen la edad que tenía mi mamá cuando se la llevaron. A veces creo que les digo "papá" y "mamá" a mis apropiadores solo por reflejo. Porque son más grandes. Cuando yo volví a nacer, cuando yo pude ser Victoria, tenía veinticinco años. Ya era mayor que mi mamá y mi papá. Es muy difícil ser hija de personas que toda la vida van a ser más chicas que vos." (Fragmento del libro Hasta ser Victoria).

El relato de Victoria se transforma así en un relato colectivo que abraza la historia de nuestro país, que la construye desde fragmentos de memoria y de cara a la verdad. En este sentido la autora señaló la importancia de contar y cómo la transmisión es fundamental en los tiempos que corren. El proceso de recuperación de su identidad Victoria señaló, “me enojé mucho pero nunca odié. Si nosotros odiamos entonces ellos lograron lo que querían que era someter nuestras vidas para siempre”.

De esta manera el gran testimonio de Victoria Montenegro Torres ilustra cómo la palabra tiende puente entre generaciones y se pone al servicio en el proceso de sanar profundas heridas y transmitir historias necesarias, consolidando un compromiso con la memoria, la verdad y la justicia.