COP 29, migajas a cambio de contaminar
Por Mariano Saravia, Magister en Relaciones InternacionalesTerminó este domingo la COP 29 en Azerbaiyán, la conferencia de la ONU sobre cambio climático, sin grandes avances y con algunos escándalos. Teóricamente tenía que concluir el viernes, pero ante la falta de acuerdos, las negociaciones siguieron durante el fin de semana, ante la surrealista situación de que los empleados empezaron a retirar los muebles mientras los delegados discutían.
Finalmente se decidió establecer una cuota de 300 mil millones de dólares anuales, que deben pagar los países desarrollados por la contaminación que han ocasionado y en beneficio de los países en desarrollo, para que puedan luchar contra los efectos de esa contaminación. Quienes pagarán son los países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda. En tanto, los países en desarrollo consideraron insuficiente ese monto, y el propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que es “un piso” sobre el cual trabajar. Se espera que para el 2035, ese resarcimiento llegue a un billón trescientos mil millones de dólares.
El documento final fue firmado, con estas distintas posturas, por 200 países, con la escandalosa ausencia de la Argentina, papelón incluido, porque al principio de la conferencia estuvieron representantes de la embajada argentina en Bakú, pero por orden del presidente Javier Milei, la delegación se retiró. Este escándalo se suma a las votaciones en la ONU contra la violencia de género y por los derechos de los pueblos originarios. En ambos casos, la Argentina fue el único país en votar distinto y contra la corriente, en una muestra más del aislamiento internacional de Milei.
Azerbaiyán, sede incómoda
La próxima reunión de la COP será el año que viene en Belén, ciudad del nordeste brasileño que es la puerta de entrada al Amazonas. Su anfitriona será la reconocida militante ecologista Marina Silva, hoy ministra de Medio Ambiente del gobierno de Lula. Un contraste muy grande con la sede de la conferencia que acaba de concluir, en un país severamente cuestionado en materia medioambiental y de Derechos Humanos.
Según Freedom House, Azerbaiyán ocupa uno de los últimos lugares en derechos políticos y libertades civiles, y más del 90 por ciento de sus ingresos provenien de los combustibles fósiles, una realidad que fue defendida en la conferencia por su presidente Ilham Aliyev y que contradice el espíritu de la COP, que pretende reducir la dependencia de estos recursos para combatir el cambio climático.
Por otro lado, Aliyev también utilizó la tribuna ecologista mundial para justificar su limpieza étnica contra los armenios y su ocupación ilegítima de la República de Artsaj, también conocida como Nagorno Karabaj.
"Hace un año, restauramos plenamente nuestra soberanía. Nosotros mismos restablecimos el derecho y la justicia internacionales y pusimos fin a la ocupación de Armenia", dijo en el estrado, ante la indignación general.
Entre el 19 y 20 de septiembre de 2023, Azerbaiyán atacó militarmente a la población civil de Artsaj, luego de un bloqueo genocida de casi 10 meses, disfrazado de protesta ecologista. Ese bloqueo privó a la población de Artsaj de medicamentos y alimentos, y culminó con el desplazamiento forzado de toda la población nativa, un total de 150.000 personas.
En contra de las resoluciones de la Corte Internacional de Justicia, Azerbaiyán continuó con su plan iniciado durante la guerra de 2020 con apoyo de Turquía e Israel. Estos hechos fueron catalogados como parte de un genocidio por Luis Moreno Ocampo, primer fiscal de la Corte Penal Internacional, también por el Instituto Lemkin para la Prevención del Genocidio y por la Asociación Internacional de Investigadores sobre Genocidio.
Durante las últimas dos semanas, el régimen genocida de Azerbaiyán utilizó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) para lavar su imagen y negar sus violaciones a los Derechos Humanos. De hecho, en la misma ciudad de Bakú, a poca distancia del centro de convenciones adonde se reunieron delegaciones de todo el mundo, las cárceles del régimen tienen a decenas de rehenes armenios. Y a escasos 200 kilómetros, mantiene bajo ocupación militar a toda la República de Artsaj y a parte de la República de Armenia. Todo eso ante la indiferencia y complicidad de la comunidad internacional.