A 69 años de José León SUárez
El por qué de «la Fusiladora»
por Mariano Saravia, magister en Relaciones Internacionales.Los autores del golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Juan Perón, se hicieron llamar «Revolución Libertadora», usurpando el sagrado concepto de libertad. Como lo hicieron siempre, y como lo hacen hoy. Pero en realidad, ese proceso golpista encabezado por Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas pasó a la historia como «La Fusiladora».
Y es por un hecho que ocurrió un 9 de junio de 1956. Ahora, 69 años años más tarde, llega el juicio por la verdad histórica, porque es un delito de lesa humanidad y como tal no prescribe. Claro, ya no queda ningún responsable, ni material ni intelectual, a quien mandar a la cárcel, por eso se llama «Juicio de la Verdad». Igualmente será importante determinar la responsabilidad del Estado argentino en esos hechos.
Rodolfo Walsh y el género de no ficción
«Hay un fusilado que vive». Esa frase escuchó el periodista Rodolfo Walsh, en un bar de La Plata entre vasos de cerveza y tableros de ajedrez. Y allá fue a la busca de esta historia increíble que pudo reconstruir.
Después del Golpe de Estado que derrocó al gobierno de Juan Perón y lo mandó al exilio, 9 meses después se preparaba un levantamiento de militares leales a la Constitución, que querían echar a los golpistas. Los que encabezaban el movimiento dentro del Ejército eran los generales Juan José Valle y Raúl Tanco.
Pero la conspiración se filtró y las autoridades militares tomaron represalias. Esa noche, mientras 12 militantes peronistas estaban reunidos para escuchar por la radio una pelea de boxeo, irrumpió la Policía y se los llevaron a todos presos a la Unidad Regional San Martín. Pasaron toda la noche en la comisaría, pero pensaban que los soltarían al día siguiente. Lejos de eso, al día siguiente, justo el 9 de junio, los subieron a un camión y los llevaron a un basural. La orden había sido dada directamente por el jefe de la Policía de Buenos Aires, pero venía del gobierno de facto.
En esos basurales de José León Suárez, los iban a fusilar, estaba clarísimo. Pero como los policías no los amarraron, empezaron a correr para todos lados. Cinco de ellos fueron asesinados: Carlos Lizaso, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodríguez y Mario Brion. Los 7 restantes pudieron escapar, y uno de ellos, Juan Carlos Livraga, era «el fusilado que vive». El mismo que se reunió con Rodolfo Walsh y le contó todo.
Walsh no lo podía creer, lo escribió para darlo a conocer, pero ningún medio periodístico se lo quería publicar, por eso luego se transformó en un libro. Un libro que se llamó Operación Masacre y que fue pionero en todo el mundo del género de no ficción, 10 años antes de «A sangre fría», del escritor yanqui Truman Capote. Walsh marcó una bisagra en el periodismo y la literatura. Pero los fusilamientos de José León Suárez marcaron una bisagra en la historia de la crueldad estatal de la Argentina. Preanuncio de los fusilamientos de Trelew y de los 30 mil desaparecidos que dejaría la última dictadura.
Ahora, 69 años después, se inició el juicio por la verdad histórica. Los familiares de los fusilados políticos piden que el hecho sea considerado como un delito de lesa humanidad. De esa formal, el delito no prescribe y se podría juzgar penalmente una masacre de la que el Estado es responsable.