Jardinería y hogar

Cómo cuidar la planta de cala para que florezca y purifique tu hogar

martes, 10 de junio de 2025 · 10:53

La cala (Zantedeschia aethiopica), también conocida como lirio de agua, es una planta elegante y exótica que destaca por sus flores en forma de embudo y su follaje verde intenso. Su belleza ornamental y su capacidad para purificar el aire la convierten en una favorita tanto para interiores como exteriores. Sin embargo, para que despliegue todo su esplendor, es importante brindarle los cuidados adecuados según sus necesidades naturales.

Luz: claridad sin sol directo

La cala necesita abundante luz natural, pero debe estar protegida de los rayos solares directos, que pueden quemar sus hojas y flores. Lo ideal es colocarla cerca de una ventana luminosa con cortinas finas que tamicen la luz. Si está en el exterior, buscá un lugar semisombreado, especialmente en verano.

Temperatura y humedad: ambientes templados y húmedos

Esta planta prefiere temperaturas constantes entre 18?°C y 24?°C. No tolera bien el frío extremo ni los cambios bruscos de temperatura. En invierno, protegela de heladas y evitá ubicarla cerca de corrientes de aire. La cala también disfruta de ambientes húmedos. Si vivís en una zona seca o con calefacción, podés aumentar la humedad ambiental mediante:

  • Rociado suave de agua sobre sus hojas (sin mojar las flores)
  • Un plato con agua y piedras debajo de la maceta (sin que toque el fondo)
  • Agruparla con otras plantas para generar un microclima más húmedo

Riego: equilibrio entre humedad y buen drenaje

El riego es clave en el cuidado de la cala. Durante la primavera y el verano, el sustrato debe mantenerse ligeramente húmedo, pero nunca encharcado. Regá solo cuando notes que la capa superficial del suelo está seca al tacto. Asegurate de que la maceta tenga buen drenaje y vaciá el exceso de agua del platito inferior para evitar que las raíces se pudran.

En otoño e invierno, cuando la planta entra en una etapa de reposo, reducí la frecuencia de riego.

Fertilización: energía para florecer

Para estimular un crecimiento saludable y una floración abundante, alimentá la planta con fertilizante líquido diluido para plantas con flor una vez al mes, especialmente en primavera y verano. Evitá sobrefertilizar, ya que puede provocar acumulación de sales y dañar la raíz. En otoño e invierno, suspendé la fertilización.

Mantenimiento: limpieza y poda

Es normal que algunas hojas se marchiten con el tiempo. Retiralas con cuidado para evitar que se acumulen hongos o bacterias. También es recomendable cortar las flores secas desde la base para fomentar la aparición de nuevas. Mantené las hojas limpias pasando un paño húmedo con suavidad para que respiren mejor y se vean brillantes.

Plagas: prevención y tratamiento

Aunque la cala no suele ser muy susceptible, puede ser atacada por plagas como pulgones, cochinillas o ácaros. Revisá regularmente el envés de las hojas y los tallos. Si detectás pequeños insectos o manchas pegajosas, podés usar:

  • Jabón potásico diluido
  • Agua con unas gotas de detergente neutro
  • Insecticidas naturales como el aceite de neem

Aplicá siempre los tratamientos en horarios de poca luz y nunca directamente sobre flores abiertas.

Conclusión

Con cuidados simples pero constantes, la cala puede convertirse en un verdadero centro de atención en tu hogar. Además de embellecer cualquier espacio con sus flores únicas, ayuda a mejorar la calidad del aire, lo que la hace ideal para dormitorios, salas de estar o escritorios. Dedicale un poco de atención y tendrás una planta saludable, vibrante y en plena floración.

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