Jardinería y hogar
Por qué es clave regar las plantas también en invierno
Se trata de una acción fundamental para mantener su salud y belleza en los meses de mayor frío.Con la llegada del invierno, muchas personas tienden a reducir o incluso suspender el riego de sus plantas, bajo la idea de que, al hacer frío, estas necesitan menos agua. Sin embargo, aunque la evaporación disminuye y el crecimiento se vuelve más lento, el riego sigue siendo esencial para garantizar la salud y vitalidad de las plantas durante los meses más fríos del año.
Durante esta estación, el aire suele volverse más seco, especialmente en interiores con calefacción, lo que puede deshidratar a las plantas lentamente. Además, el frío intenso puede provocar el congelamiento parcial del sustrato, dificultando la absorción de agua y nutrientes por parte de las raíces. Si el suelo permanece seco por mucho tiempo, las plantas pueden entrar en un estado de estrés hídrico que afecta su desarrollo y resistencia.
Por otro lado, algunas especies continúan su actividad durante el invierno. Las plantas de interior, al estar protegidas del clima exterior, pueden seguir creciendo, floreciendo o incluso fructificando, por lo que necesitan un suministro regular —aunque moderado— de agua. También existen plantas de exterior adaptadas a florecer en esta época, como los pensamientos, los ciclámenes o algunas variedades de camelias, que requieren cuidados específicos para no interrumpir su ciclo vital.
Para un riego adecuado en invierno, es fundamental conocer las necesidades particulares de cada especie. Como regla general, se recomienda:
- Regar con menor frecuencia, pero sin dejar que el sustrato se seque por completo.
- Evitar el encharcamiento, ya que el exceso de agua y el frío pueden favorecer la aparición de hongos y pudrición de raíces.
- Usar agua a temperatura ambiente para no someter a la planta a un shock térmico.
- Observar la humedad del suelo introduciendo un dedo o utilizando un medidor: si el sustrato está seco a unos 2-3 cm de profundidad, es momento de regar.
En definitiva, regar en invierno no significa mantener los mismos hábitos del verano, sino adaptar la rutina a las condiciones climáticas y a las necesidades de cada planta. Con un poco de atención y equilibrio, podemos ayudarlas a atravesar el invierno en buen estado y prepararlas para una primavera llena de vida.