Jorge Cafrune y la gira que no pudo ser

El 1 de febrero se cumplieron 41 años de la misteriosa muerte de Jorge Cafrune. Te contamos una historia poco conocida del cantor más original de nuestro cancionero y sus vinculaciones con nuestra provincia.

Por Pedro Jorge Solans 

La última vez que Jorge Cafrune visitó el Chaco fue en diciembre de 1977. Fue a un festival que se realizó en el estadio de Central Norte contratado por la Asociación de Peñas Folclóricas de Barranqueras.

Era la undécima vez que el cantor pisaba la provincia que había tomado como referencia para sus grandes emprendimientos. Se hospedó en el Cesare Palace de avenida 9 de Julio.

Apenas se acomodó, hizo contacto con el músico, locutor y animador Alfredo Norniella, con quien se había enchamigado en sus visitas anteriores, y en una cena en la churrasquería que estaba en frente del hotel, Cafrune lo invitó a que se sumara a su proyecto europeo.

“Es una patriada”, le dijo; y le explicó que había armado un gran espectáculo para difundir las costumbres argentinas en pueblos de España, Italia y Francia. Norniella sería el animador y además de Cafrune se sumaban dos conjuntos, uno de Córdoba y el Martín Fierro del Chaco.

Él esperaba que la dictadura levantara la pena y autorizara a las empresas a patrocinar el proyecto, y en enero de 1978 estuvo en marcha la organización de la gira con apoyo de Aerolíneas Argentinas, de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos Criollos, de vinos Giol y de Corporación Argentina de Productores de Carne.

La gira tenía previsto empezar en España, seguir por Italia y terminar en Francia, se organizó para ser un gran negocio.

La Corporación Argentina de Productores aportaría la carne necesaria para el viaje, los criadores de caballos ofrecían una tropilla, que iba a ser trasladada por Aerolíneas Argentinas y se complementaba con degustaciones de esas carnes más los vinos Giol. Cafrune pretendía realizar en cada pueblo un festival y una jineteada con degustación de comidas típicas.

“Íbamos a ir puebleando, como decía el famoso bailarín Bagual Fuentes, mostrando nuestra cultura. Pensábamos que teníamos el éxito asegurado porque en Argentina era un proyecto nacional que nuestra carne siga siendo reconocida internacionalmente. A su vez, Aerolíneas Argentinas en esa época, publicitaba estratégicamente sus viajes a Galicia. Había un furor en el país por conocer la región gallega o, que los descendientes de gallegos conocieran a sus familiares al otro lado del Atlántico. Por su parte, los criadores de caballos criollos pretendían introducirlos en el mercado europeo en zonas montañosas, por tratarse de un animal chico, de tranco corto y que come poco, además había certeza de que las degustaciones de asado y vino iban a hacer furor”, recordó Norniella. Las jineteadas se iban a llevar a cabo con animales de una tropilla del Chaco que tenía el sello de Gonzalo Kelly Melchor, a quien lo llevaba Cafrune como encargado de tropas.

 

Para viajar, Melchor debió renunciar a su trabajo en Obras Sanitarias de la Nación. Los integrantes del grupo Martín Fierro eran jóvenes con compromisos familiares y antes de embarcarse querían saber cuánto duraba la gira. Uno de ellos era abogado y debió acomodar su trabajo.

Viajaron en enero junto a Norniella, con quien lograron acomodarse para que lo contratasen en Italia mientras esperaban a Cafrune, quien a fines de enero de ese año se iba a caballo a Yapeyú, (Corrientes) y de allí se iba hacia Boulogne Su Mer -para llevar tierra de Yapeyú- y desde allí salía para Madrid a encontrarse con los chaqueños. Como se cumplían 100 años de la llegada de los italianos de Friuli y de Trento a Resistencia (1878), el grupo Martín Fierro y Norniella pensaron devolverles el gesto con canciones y arte que ellos habían traído de la dulce Italia.

Norniella había viajado con su familia y Cafrune le dio unas cartas para que entregase a varios involucrados en la gira. Una era para Jorge Moreno, el presidente del Instituto Latinoamericano de Intercambio Comercial, en Madrid. Moreno fue quien los guió en los primeros días en España.

A los integrantes del cuarteto Martín Fierro los sorprendió la popularidad que tenía Cafrune, que sonaba en radios de los taxis españoles. Mientras miraban un afiche grande que colgaba en la Gran Vía, Norniella les dijo: “¡A la fresca que pisa fuerte!”.

Cuando los chaqueños regresaron de Italia volvieron a entrevistarse con el titular del Instituto Latinoamericano de Intercambio Comercial. Moreno los recibió en su despacho donde los sometió a una batería de preguntas que desacomodó a los integrantes de la comitiva.

Norniella recordó que les preguntó: ¿cuánto se debe por su estadía aquí?, ¿cuándo salieron de Buenos Aires?, ¿cuándo llegaron?, ¿cuántos días estuvieron en Italia?

Los chaqueños respondían y a su vez insistían en las cuestiones no resueltas; por ejemplo, Norniella quería solucionar la escolaridad de su hija Alejandra Inés que estaba en séptimo grado.

Por otro lado, faltaba embarcar los animales que para eso se había quedado Melchor en Buenos Aires y tenía que viajar con el conjunto de Córdoba que nunca se supo quiénes eran.

En realidad, las preguntas y el silencio de Moreno antes las inquietudes de la comitiva se debió a que no sabía de qué manera les iba a dar la mala noticia, ese lunes 6 de febrero en Madrid. Norniella con tono nostálgico señaló que “el proyecto quedó trunco con la muerte del turco. Acaso hubiera cambiando mi vida y la de los muchachos de Martín Fierro y de Melchor”.

El proyecto de la gira europea que nunca se llevó a cabo no tuvo ninguna relación con el viaje a caballo hacia Yapeyú en homenaje al general José de San Martín. Sólo hubo una infortunada casualidad entre los dos emprendimientos. Ninguna pudo realizarla el cantor.

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