El lago y la literatura. Por Aldo Parfeniuk

Ilustración Silvia Coggiola
domingo, 26 de abril de 2020 · 00:00

 

Lago robado

Ya no podremos decir

-como en la infancia-

que cuando se duerme el lago

despierta en su sueño

                                  un niño.

Porque

cuando llenábamos de pesca

el cesto de mimbre

                              de la madre

poníamos también entre esos sueños

(como naranjas recién cortadas

de los árboles de la orilla)

la aventura del lago.

Nadie supo decirnos

qué vendría después.

O no quisieron.

Ni cómo acontecería el asesinato

       del agua.

Simplemente dejaron fluír

los chalets, las suntuosas residencias

entre los dedos

                        del tiempo

y los intereses de los inversores

de las costas.

Lo cierto es que ni el lago

pudo salvar al niño del pantano

(lo mismo que a esa garza

que ahora lucha en vano

para que no la trague el barro)

ni nosotros rescatar

el sueño que justifique

la presencia

de un  niño en el  poema

que busca mirarse la vida

de frente y a los ojos

en el espejo trizado

de este lago,

al que  le hemos robado

todo el lago.

                            

Aldo Parfeniuk

Fotografías: Silvia Coggiola

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