Historia oculta de la música de Luis Antonio Muñoz

Por José Mª Cotarelo Asturias (Especial desde Granada)
miércoles, 24 de noviembre de 2021 · 00:00

 

José Mª Cotarelo Asturias

(Especial desde Granada)

 

Adentrarse en este libro es sumergirse en el apasionante mundo de la magia, del saber, del misterio. La edición que tengo en mis manos es ya la tercera desde febrero de 2020 y está editada por La Esfera de los Libros en septiembre de 2021.

Es una obra que engancha desde las primeras páginas. Su autor, Luis Antonio Muñoz es un madrileño, compositor, investigador, cantante, multiinstrumentalista, director musical y locutor de radio, además de docente y creador de los cursos: “Conoce la música”, “Conoce la ópera”, o “Historia oculta de la música”. Constan en su haber más de treinta proyectos discográficos entre los que cabe destacar “Cantigas de Alfonso X” y la composición de música para cine y teatro: “La Regenta”, “El hogar del monstruo” y “PIIGS”. Ha pertenecido también a los coros Nacional de España, RTVE y Música Antigua de Eduardo Paniagua y es director del coro de la UNED y de la Camerata Ultreia.

En el prólogo de Martín Llade ya se nos advierte que “toda inmersión en las páginas de un libro es un viaje en el que, si todo transcurre como está previsto, se acaba trabando una profunda amistad con quien lo ha escrito”. Y efectivamente todo transcurre desde el inicio, como estaba previsto.

Diez años de profunda investigación avalan este trabajo; investigación que aún continúa para goce y disfrute de amantes de la música, del conocimiento y del misterio. El análisis de las partituras, de correspondencias, de textos que parecían perdidos en el laberinto de los años, nos arrojan ahora algunas claves de autores como Mozart, Bach y su relación con la numerología, Wagner o Beethoven, como bien señala Llade en el prólogo, “Desde partituras de un himno masónico firmado por Sibelius, hasta grabados o documentos relacionados con la alquimia y el espiritismo”.

Historia oculta de la música según nos indica el propio autor en el prefacio “es un viaje a lo largo de la relación entre música, misterio, magia y esoterismo. En sus dieciséis capítulos se plantea un espacio abierto y adogmático de reflexión para que el lector comprenda el proceso evolutivo de la música en su relación con lo sobrenatural”.

Los capítulos ya nos anticipan el interés por su lectura y van desde el origen mágico de la música en la prehistoria, pasando por Egipto, Mesopotamia, Israel, Grecia, Roma, gnósticos, cátaros, trovadores, templarios,  masones, ritos medievales, Galileo, Da Vinci, Pietro Cerone, Satie, Cyril Scott, Debussy, Wagner, Hitler… hasta el más allá con la música de los espíritus, los trances musicales, los ritos chamánicos, el extraño caso de Rosemary Brown, el ideólogo Aleister Crowley, los Beatles, los Rolling Stones, Led Zeppelin o Iron Maiden para terminar en la III parte con la proporción aurea, la Cimática, el misterio musical de la capilla Rosslyn, los edificios resonantes, Bach, amar el doce, odiar el trece, la música del azar y un anexo de Pitágoras al temperamento igual, biografías, artículos, manuscritos citados y discografía recomendada.

Al menos para el autor de este artículo, ignorante de tantas cosas, el hecho de saber que Mozart, Haydn, Gardel o Armstrong fueran masones, constituye cuanto menos una enorme sorpresa, como lo constituye el hecho de saber que Hitler concibió su plan de invadir Europa después de escuchar una obra de Wagner. Este aprendiz de todo, ignoraba también que Leonardo da Vinci hubiera diseñado extravagantes instrumentos musicales, o que Satie compusiera en su juventud música para la Orden Rosacruz, y que Schumann frecuentara sesiones espiritistas, entre otras muchas curiosidades y anécdotas que se desvelan en este libro.

Ya los antiguos egipcios valoraban en muy alta estima la música por su componente místico, espiritual y misterioso, basando su desarrollo en la voz humana, en el canto y los gestos de la mano y el antebrazo. Se sabe y así lo expresa el autor que “las melodías y ritmos ayudaban a conducir con éxito el alma del difunto hacia el más allá”. Lo extraño es que quedaran músicos ya que en no pocas ocasiones eran sepultados vivos en las necrópolis junto a los reyes, por su capacidad de comunicarse con el mundo oculto y ritual…

Espero que la compositora Iluminada Pérez Frutos, para quien va destinado este ejemplar, sepa disculparme el haber revoloteado por entre sus páginas atraído por el magisterio del autor y el misterio que encierra entre sus pliegues.

Y a pesar de todo y como recoge Luis Antonio, citando a Oscar Wilde, “la música es el modelo perfecto de arte, porque no es capaz de revelar su último secreto”. Y sin embargo, el autor nos pone en el inicio, en la senda. La magia existe. Busca y encontrarás… puesto que la música nació casi al mismo tiempo que la magia.  En este  tratado se sintetizan el saber, el misterio y el amor por este arte que nos enseña a oír, a consolar el hambre del silencio y que nos habla con un lenguaje único, entendido por los habitantes de todos los mundos posibles y es capaz de unirnos en una sola alma, en un solo sentimiento. ¡Viva la música!

Comentarios