El 25 de noviembre

«70.º aniversario de la Asociación de Academias de la Lengua Española»

La Academia celebró los 70 años de la ASALE con una acto privado en el que hablaron la presidenta Alicia María Zorrilla, el secretario general Rafael Felipe Oteriño en nombre del académico Jorge Cruz y el director de la RAE Santiago Muñoz Machado.
viernes, 17 de diciembre de 2021 · 13:41

Fuente: Boletín Informativo de la Academia de Letras

 

La Academia celebró los 70 años de la ASALE con una acto privado en el que hablaron la presidenta Alicia María Zorrilla, el secretario general Rafael Felipe Oteriño en nombre del académico Jorge Cruz y el director de la RAE Santiago Muñoz Machado.

Alicia María Zorrilla: «La Asociación de Academias de la Lengua Española nace en 1951, en el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española (del 23 de abril al 6 de mayo), por iniciativa del presidente mexicano Miguel Alemán Valdés con el respaldo de la Real Academia Española y de las veinte Corporaciones asociadas en ese momento, correspondientes después. Se suma también Filipinas, que ya contaba con una Academia. La Academia Argentina de Letras pertenece al régimen de “asociada” hasta noviembre de 1999 en que pasa oficialmente a la categoría de “correspondiente” de la Real Academia Española y, por ende, de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

El objetivo de esta Asociación de Academias es la unidad idiomática en la diversidad y todo lo que atañe a la cultura lingüística que las hermana. Por eso, en su escudo distintivo, se lee el siguiente lema: «Una estirpe, una raza y un destino».

El escritor Ramón Díaz Sánchez, académico de número venezolano y participante del III Congreso de Academias organizado en Bogotá, en 1960, dice: “De receptoras pasivas de las consignas de la Real Academia Española, su nueva función las convierte en emisoras de impulsos originales, lo que quiere decir que de meras conservadoras pasan a ser creadoras”. Estos dos adjetivos, “originales” y “creadoras”, no son gratuitos, pues implican la apertura definitiva hacia el policentrismo. La Academia de cada país reafirma así su autonomía para validar las normas lingüísticas locales.

Mediante el Convenio de Santafé de Bogotá del 28 de julio del mismo año, los dieciséis Gobiernos signatarios de la Argentina (José R. Saravia, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Argentina en Colombia), Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, el Ecuador, España, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, el Paraguay, el Perú, el Uruguay, El Salvador y Venezuela reconocen el carácter internacional de la Asociación de Academias de la Lengua Española y de la Comisión Permanente como órgano de aquella. Este Convenio, registrado por el Gobierno de España en la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas, entra en vigencia el 14 de noviembre de 1963.

En 1964, se celebra en Buenos Aires (del 30 de noviembre al 10 de diciembre) el IV Congreso de la Asociación. Se determinan las funciones que deberá cumplir la Comisión Permanente, y se crea el cargo de Secretario general, que recae en el académico numerario argentino Luis Alfonso. El presidente es Dámaso Alonso; el tesorero, Rafael Lapesa; y los dos vocales, Baltazar Isaza Calderón, de Panamá, y Luis Flórez, de Colombia.

En 1980, el segundo secretario general es el académico de número colombiano José Antonio León Rey; el tercero, el académico numerario puertorriqueño Humberto López Morales, y el cuarto y actual, el académico numerario venezolano Francisco Javier Pérez.

Concordia y fraternidad constituyen los dos pilares de la Asociación y una labor ingente que corroboran los Congresos Internacionales de la Lengua Española (Zacatecas, Valladolid, Rosario, Cartagena de Indias, Valparaíso, ciudad de Panamá, San Juan de Puerto Rico y Córdoba, Argentina) y los Congresos de Academias de la Lengua Española. La consigna es sin prisa, pero sin pausa, y sin prisa, pero sin pausa les rinde todos los días homenaje a las palabras del español, que enarbolan la rebeldía, la aventura, la fuerza de la sangre, la poesía, los valores, la paz y la esperanza de todos los pueblos de habla hispana.

La Asociación, junto con la Real Academia Española, fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2000 con motivo de sus esfuerzos de colaboración y consenso. Diría don Quijote: “Al bien hacer jamás le falta premio”. Y premio es también el agradecimiento de todas las Academias que componen esta entidad. Por eso, volvemos al sabio don Quijote, quien expresa con convicción: “De gente bien nacida es agradecer los beneficios que recibe”.

En homenaje a los setenta años de esta entidad, el académico Rafael Felipe Oteriño, en nombre del académico Jorge Cruz, se referirá a Luis Alfonso, su primer secretario durante varios años».

 

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