Diego Canca, y su paleta infinita

El artista plástico afincado en Granada, España, abre una de las tantas ventanas de su mundo visual. Nació en Ceuta, en 1948.
viernes, 19 de marzo de 2021 · 18:05

Su inclinación por el mundo de las Artes despierta a muy temprana edad. Desde un principio tuvo claro que la formación continua, regularidad estricta en el trabajo, investigación inexcusable y pasión firme deberían formar parte, imprescindiblemente, en su proceso de crecimiento como artista.

Aprender de todos, es una constante que sigue adherida a su personalidad irrenunciablemente. Trabajar en cualquier medio creativo conforma el firme cimiento de su universo artístico: pintor (técnicas secas y húmedas), grabador, escultor y escritor.

Las posibilidades creativas de la fotografía lo han llevado, en los últimos años, a investigar sobre ese medio para ampliar su universo artístico.

Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas.

En Churriana de la Vega (Granada), cuenta con un museo personal y una calle que lleva su nombre. Es miembro del Instituto de Estudios Ceutíes.

 

 

 

 

Sobre el autor

 

Diego Canca nació en Ceuta, el 20 de julio de 1948. Desde muy pequeño su inclinación por el dibujo se hace notar en el seno familiar y pasaron pocos años para conseguir un hueco en el mundo del retrato a carboncillo y grafito. Él asegura que vino al mundo con un dedo más en la mano: el lápiz de grafito, del que a día de hoy se ha convertido en su más fiel compañero de viaje.

Entre los 12 y 14 años de edad contactó por primera vez con el óleo, animado por su profesora de dibujo, en el instituto donde estudiaba, que veía en él cualidades especiales para dedicarse al arte de la pintura.

Exposiciones colectivas se sumaban hasta presentar su primera individual (1985) en Ceuta, por decisión personal, pese a que desde hacía años dejó de residir en la ciudad que le descubrió los primeros colores de su paleta.

El éxito de esa exposición y su espíritu inconformista le hizo estudiar a fondo e investigar por su cuenta un estilo personal que al día de hoy marca su signo de identidad.

Distintos premios fue acumulando en el transcurso de su vida artística. El número de exposiciones tanto colectivas como individuales se multiplicaron. Así, desde su presentación en Madrid se convirtió en un asiduo de la capital hasta ser captado por la Galería de Arte americana BATIK International Art inc., que paseó su obra por NY, Berlín, Frankfurt, Gante y distintas ferias internacionales de arte.

Diego Canca no se limita a lo que ya conoce y a partir de mediados de los 90 hace su primera incursión en el mundo del aguafuerte, aguatinta, punta seca y todas las técnicas del grabado. Estudia con los mejores grabadores sin dejar de investigar por cuenta propia hasta alcanzar un altísimo nivel técnico y artístico en esta disciplina.

En Ceuta, 2008, ya consagrado como un gran pintor, presenta su exposición “Reditio Ceutam”, una ambiciosa muestra en el prestigioso Museo de las Murallas Reales de Ceuta.

Posteriormente, sale a la luz su primer trabajo como novelista “Te espero en el mar”, primera de una trilogía que continuó con “Dolores la mala”, recientemente presentada y “Todas las persianas no son blancas”, con la que cerrará a finales de año la trilogía.

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