Carlos Di Fulvio: La leyenda del guitarrero

Por Alberto Muñoz (Músico, cantautor)

Por Alberto Muñoz.

(Músico, cantautor)

 

Las leyendas que escuchábamos cuando niños solían comenzar así: “cuentan los lugareños”, “en aquellos tiempos”, “cuenta una antigua  leyenda”…

y la historia de hoy podría iniciar diciendo:

“Hace varios años ya” en los pagos de Carrilobo, al sur de la provincia de  Córdoba, nacía una hermosa criatura: Carlos… Carlitos tal vez para sus  padres.

 Aquel niño, oriundo de la pampa gringa, tenía un sueño: conocer  las montañas.

Quiso el destino que , sin que transcurriera demasiado tiempo, pudiera  cumplir con su anhelo. El norte de Córdoba, las serranías tulumbanas  fueron el ámbito donde se hizo realidad aquel deseo. Claro, para un niño  que crecía en la llanura, aquellas tenues elevaciones representaban  las cumbres más altas que él pudiera imaginar.

De regreso a su casa manifiesta su alegría pidiéndole a su madre:

- ¡Vayámonos a vivir en las montañas!

A lo que ella le responde: -No hijo, en las montañas no hay escuelas.

Y Carlitos le dice: -¡Mejor mamá, mejor!

Luego la vida lo llevaría a conocer la magia de la guitarra y el canto, la  poesía y el relato . Su arte lo conduciría por los caminos de la patria y el  mundo. En su vasta obra pintaría a José María Paz y al Chacho Peñaloza  pero también al curita de traslasierra y a la donosa bailarina del monte  tulumbano. 

 Aquel que fuera el niño que no quería ir a la escuela , ganaría muchos  premios ¡Hasta uno otorgado por la Universidad Nacional de Córdoba! 

La leyenda continúa diciendo, que cuando en la noche los amigos se  reúnen en torno al vino y hacen el silencio apropiado, él aparece con su  guitarra, la desenfunda con parsimonia y canta algunas coplas que fué  cosechando a lo largo del camino.

Algunos dicen que lo han visto por Jesús María, otros en la casa de  Manuel Rolleri en San José de la Dormida, o recorriendo el Camino Real  rumbo a Río Seco para encontrarse con Lito y Colacho.

Al alba el hechizo se termina y queda en el corazón de los paisanos una  sensación de orfandad que exorcizan repitiendo algunas de sus  canciones más sentidas.. de esa manera, el legendario guitarrero les  sigue alumbrando el alma…

Son cosas que se cuentan por ahí.

 

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