Nelly Reynal

En Buenos Aires hay una reina que conserva su paraíso

domingo, 1 de octubre de 2023 · 17:56

por Pedro Jorge Solans

 

En el jardín de Nelly Reynal, Scheuba, S. Solans, P. Solans y la anfitriona.

 

En Belgrano, Buenos Aires, hay un microclima especial e indescriptible que solo los amantes y sabedores de bellezas saben apreciarlo.

Con su biógrafo, el poeta Miroslav Scheuba, llegamos un mediodía al paraíso de Nelly Reynal, autora de la fascinante novela Voilá, su vida en letras.

Nelly te recibe rodeada de mariposas, entre flores y con la sutileza de las grandes anfitrionas te lleva a la inmersión en un mundo mágico, su mundo, donde no faltaron príncipes como el de Marruecos, que detuvo un avión, perdidamente enamorado, para seguirla, un mundo que también tuvo las alas de una compañía como Austral, orgullo argentino, que fundara uno de sus maridos, Billy, tan importante en su vida que aún lleva su apellido, un mundo de viajes, de distintas vidas en países como el mencionado Marruecos, Suiza, Francia, Túnez, Estados Unidos, entre otros, un biógrafo como Miroslav Scheuba y varias personalidades enamoradas de ella, como John Kennedy.

—Hay que leer "Voilá, L histoire de Nelly Reynal"—

Con su esposo Billy hicieron de la creatividad y motivación una forma de vida. Revolucionaron la aviación comercial argentina.  Austral tuvo un marketing audaz. Nelly, francesa, nacida en Casablanca, Marruecos, madre de Shalimar, Victoire y Juan Pablo, sumó novedades a su flota. Se le ocurrió que los aviones de Austral tuvieran esa línea en degradé de colores en sus logos, y renovó la ropa de las azafatas. Creó muñecas que se vendían en los vuelos, y ofrecían asado cuando volabas, por ejemplo, a Bariloche. Lo servían en una especie de parrillita individual para cada pasajero”.

Nuestra anfitriona nos sumergió a un planeta impensado ese mediodía porteño, memorable, entre sus flores y sus locuras. Su reino posee una pileta de natación en un primer piso que pareciera suspendida, y los recuerdos y misterios son infinitos.

Entre copas y excelentes platos de manjares peruanos, cuenta detalles de su múltiple creatividad, —y, Santiago Solans, quien compartió el almuerzo, luego, me recordó que Meme Larivère, propietaria de la estancia Arroyo Verde, en Traful, la más top de las estancias patagónicas, aún se jacta de poseer platos de sitio diseñados por Nelly Reynal.—

Regresamos a la atmósfera asfixiante de la Buenos Aires cotidiana llevándonos un saludo extendido y una promesa de volver. Miroslav Scheuba, Santiago Solans y yo volvíamos al caos céntrico de la ciudad que aún maravilla y dejábamos atrás al paraíso de la reina Nelly Reynal con su belleza, sus flores, sus mariposas, sus colores, sus pájaros y sus misterios seductores.

 

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