"Otra sentimentalidad", donde pensar y emocionarse no se riñen por un espacio.

En "Plaza de abastos", los versos de Teresa Gómez gritan dulcemente

Por Pedro Jorge Solans (periodista, escritor y editor)
sábado, 7 de octubre de 2023 · 00:55

Por Pedro Jorge Solans

(Periodista, escritor y editor)

Teresa Gómez, entre Ángeles Mora y Pedro Solans en el bosque de la poesía de Huétor de Santillán (Granada, España, 2022)

 

La conocí en Huétor de Santillán, cuando se inauguraba el Bosque de la Poesía de ese maravilloso pueblito de Granada, que precisamente hace unos días, cumplió su primer aniversario. Ella y su amiga inseparable, la notable poeta Ángeles Mora leyeron esa tarde. Los poemas de las dos extendieron la luz de ese momento. Ella estaba con sus primeros ejemplares de su libro y en un acto de tremenda generosidad, le hizo esperar unos días más a Ángeles "de alta comprensión" para tener su ejemplar, y el que iba destinado a Ángeles tuvo otro destino. Viajó conmigo a la Argentina.

Tardé un año para escribir estas "zonceras argentinas" sobre un libro que emociona, eriza la piel, pone ante al lector un menú de recuerdos, demandas,  y advierte que hoy como ayer seguimos defendiendo los sentimientos, —podríamos decir— humanos.

Tarde un año, es cierto, pero no pasó una semana sin que lo abriera y me transportara la los años 80. Un poemario que tardó en aparecer, menos mal, porque es una espina que no deja tranquila a la memoria.

Foto de Teresa Gómez de su web.

Los versos de la poeta española Teresa Gómez (Puebla de don Fadrique, Granada,1960) gritan dulcemente en su poemario "Plaza de abastos", (editorial Vandalia, 2022) Sus versos son como gajos de lapacho florecido, cuyo colores endulzan, pero, a su vez, te  hacen notar que podrías ser, que "Eres como un muchacho de la calle" dedicado a Miguelito. (pág. 81)

Sin palabras estás

sin gestos en la boca

que te hicieran feliz con mi presencia

Moreno como el mar

sin labios como ríos

sin whisky ni bombones para mí.  

 

Yo dejo una esperanza en tu bolsillo.

Y trae, también la caracterización de lo que pasaba en esa España abierta de los ochenta, en su poema "Crónica de un ochenta y tantos cualquiera", que empieza recordando a Rafael Alberti, "Me parece que voy a tener que llorar." (Pág.59) E Indudablemente se refiere al ingreso de España a la a OTAN.

"Me callo. Me desnudo. Fumo.

Si al menos hoy todavía alguien recordara un poema..." 

Y, claro cada poema es merecedor de un análisis único y después en conjunto, aunque prefiero en esta oportunidad, confesar que me quedé con sabor a poco en mi encuentro con esta genial poeta andaluza    

Según la descripción de Ángeles Mora en el prólogo, "Plaza de abastos" se revela como un libro resplandeciente y seductor. Abraza los principios de la corriente literaria "Otra Sentimentalidad" desde una perspectiva profundamente femenina, entrelazándolos de manera muy personal con elementos y visiones del surrealismo. La edición está enriquecida aún más con una conmovedora introducción escrita por Juan Carlos Rodríguez, el principal teórico de la escuela nacida en Granada. Entre los claustros universitarios y la bohemia del mítico bar La Tertulia.

"Plaza de abastos" es un conjunto de poemas que se adentra en el pasado, lo desafía y lo reconstruye. Desmenuza una a una las palabras que conforman la herencia con la que una joven mujer encara la vida.

Teresa Gómez emprendió este proceso de análisis con una ternura que funciona como una resistencia en un mundo que a menudo se reduce a un mercado en el que todo se compra y se vende. Es una búsqueda de las formas poéticas que puedan dar nombre a esa otra manera de pensar y sentir que ya no acepta la dicotomía entre razón y emoción.

Cuatro décadas después, los poemas de la autora siguen siendo un testimonio crucial en la historia literaria reciente, manteniéndose frescos y provocadores en sus dimensiones tanto sentimentales como reflexivas.

Es otro poemario indispensable para leer poéticamente el Siglo XX.

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