Chaco lanzará un programa para los Bosques de la Poesía

Francisco Tete Romero y Daniel Luppo en el conversatorio de la FIL Chaco.

El presidente del Instituto de Cultura de la provincia del Chaco, Francisco Tete Romero y el vicepresidente de Turismo, Mauro Flores anunciaron que lanzarán un programa en conjunto para que todas las localidades chaqueñas tengan su bosques de la poesía, y los mismos llevarán nombres de escritores chaqueños.

Mauro Flores, Vicepresidente del Instituto de Turismo del Chaco.

El anuncio se realizó el jueves tras la disertación de Pedro Jorge Solans, en la sala Magenta del Domo Centenario con la presencia del Secretario de Turismo de Carlos Paz, Sebastian Boldrini, en el marco del evento internacional que este año será récord en visitas y ventas, según sus organizadores y expositores.

Cabe recordar que el Movimiento Bosques de la Poesía nació en Carlos Paz en el 2020 por iniciativa de los poetas Leopoldo Teuco Castilla, Aldo Parfeniuk y Pedro Jorge Solans y en muy poco tiempo se expandió en el país y en otros países de América y Europa.

Actualmente, integra el CONASUD quien hace pocos días presentó en el Senado de la Nación un proyecto de ley para que la Naturaleza sea sujeto de derecho.

Los poetas y artistas en defensa de la naturaleza, proponen sembrar bosques nativos en distintos pueblos y ciudades del mundo como una primera acción real y simbólica destinada a incentivar la participación activa de toda la población en la protección de la biodiversidad.

Los poetas reaccionaron ante un feroz incendio que hubo en el 2020 en las sierras cordobesas y como dijo Solans en Resistencia, "uno de las grandes voces poética de nuestra tierra, Leopoldo Teuco Castilla nos incitó a llevar los versos a la acción."

"En ese escenario de la tragedia que incluye la  devastación de la naturaleza, nos obliga a gritar para que nos demos cuenta que nos están llevando al borde de la extinción la vida en el planeta. En ese escenario de la tragedia está incluido la desaparición de las especies tanto animales como vegetales y la destrucción de sus hábitats naturales, la proliferación de miseria, sequías y pestes en comunidades de todo el mundo.

Se arrasan o se incendian bosques, se envenenan los campos sin que los estados reaccionen con la premura y severidad necesarias ante este flagelo provocado por la codicia impune de quienes olvidan que la tierra no es de nadie, porque todos somos la tierra.

Es necesaria y perentoria una reacción global que detenga esta barbarie. No podemos esperar que los poderes internacionales resignen sus infaustos intereses para dar una solución radical a este exterminio que nos incluye a todos y todas. Por eso, desde nuestro lugar y en nuestras comunidades, debemos impulsar un movimiento que, con pequeñas pero significativas iniciativas, despierte la toma de conciencia  sobre este desastre e impulse acciones semejantes en todos los sectores de la sociedad.

A tal fin, nos proponemos promover en distintos pueblos y ciudades la creación de los Bosques de la Poesía impulsados por poetas y artistas y los municipios de cada lugar;" fundamentan los poetas.

Y también, la ecología del lenguaje

Como bien dijo el poeta Aldo Parfeniuk, al igual que un bosque nativo, una lengua minoritaria (un dialecto, una obra poética) es capaz de solucionar de manera particular los mismos problemas a los que se enfrenta cualquier lengua durante su evolución.

Podemos comprender mejor la diversidad humana a partir del contexto que permite una diversidad lingüística. Pero se precisa un contexto equitativo entre las lenguas más habladas y las minoritarias: lo mismo que entre las plantas exóticas y las silvestres, las propias del lugar, puesto que estas se encuentran en una situación de fragilidad, sobre todo en los ámbitos intensamente poblados e institucionales, preparados para la vida cultivada.

La mejor reacción ante esta situación es una presencia activa de estas lenguas, que puede empezar por la bialfabetización o la multialfabetización; y por eso –entre otras cosas- los Bosques de la Poesía, funcionarán también como espacios concretos en pueblos y ciudades para la presencia y sobrevivencia de la biodiversidad, de la plurisemanticidad, cada vez más sacrificadas.