Tanto tiempo para reconocer a Vincent van Gogh

Por Roberto López

Por Roberto López

 

La idea de que en una época la obra de Vincent van Gogh no era tan preciada como lo es ahora es difícil de concebir.

Pero famosamente así fue: esas pinturas icónicas sólo empezaron a ser reconocidas como la maravilla que son cuando el pintor neerlandés ya había perdido más que la esperanza.

Y mientras el mundo aprendía a valorlas, adornaban la casa del abuelo de Vincent van Gogh, no el artista, sino el bisnieto de su querido hermano Theo, y creció entre sus pinturas.

Comparte su nombre de pila pero, para evitar confusiones, usa el segundo nombre que ambos llevaban.

"Imagínate: si dijera que soy Vincent van Gogh se me complicaría la vida, así que es mejor llamarme Willem Van Gogh", le dice a la BBC, en una de las pocas entrevista que ha concedido.

Willem es asesor del Museo Van Gogh de Ámsterdam.

"Mi abuelo nació en enero de 1890, y su tío, Vincent, falleció ese mismo año, el 29 de julio. Desafortunadamente su padre, Theo, murió unos cinco meses más tarde también, por lo que creció solo con su madre".

Pero también creció con la obra de su más tarde famoso tío.

Hoy en día esas pinturas tienen un lugar de honor en los grandes museos del mundo y se encuentran entre las obras de arte más valiosas de la Tierra.

Las mismas que colgaban en las paredes de la casa de los abuelos de Willem quien, cuando los visitaba, jugaba entre ellas.

"'Los girasoles' colgaban sobre el sofá en la sala de estar, y estaba el 'El almendro en flor' y 'La cosecha'... eran parte de la familia".

"A mí me gustaban desde pequeño, creo que por la misma razón par la que a mucha gente le gusta el arte de Vincent: por los colores vibrantes.

La favorita de Willem es "El almendro en flor", con sus delicadas flores blancas contra el cielo turquesa, que Vincent van Gogh pintó para su abuelo apenas unos meses antes de morir. "Creo que esa es una de las pinturas más hermosas jamás hechas, y recuerdo que iluminaba toda la habitación con ese hermoso color turquesa".

"Hoy en día se venderían por millones de dólares, pero estamos hablando de los años 60, y en esa era otra época: cuando salían de la casa no cerraba la puerta con llave.

"Y 'El almendro en flor', por ejemplo, estuvo colgando en la habitación de los niños mientras crecían, ahí donde mi padre y sus dos hermanos hacían peleas de almohadas. Pero sobrevivió en condiciones prístinas. Nunca ha sido restaurada y está en perfectas condiciones en las paredes de nuestro museo en Ámsterdam".

También fue alrededor de este tiempo, en la década de 1960, que su abuelo comenzó a pensar en cómo asegurar el futuro de las pinturas.

"No hay una colección comparable de un artista tan importante: 200 pinturas, 500 dibujos y casi todas sus cartas se habían mantenido juntas, y el privilegio era demasiado grande como para que lo tuviera una sola persona".

"Es por eso que negoció con el gobierno para poner toda la colección completa -porque también poseía 200 pinturas de Paul Gaugin, Georges Seurat, Toulouse Lautrec, contemporáneos de Vincent- que estaba en manos de la familia en una Fundación Vincent van Gogh, para garantizar que la colección se mantendría intacta para todas las próximas generaciones, para siempre.

"Y a cambio, el gobierno prometió construir el Museo Van Gogh".

El abuelo de Willem era conocido como "el ingeniero", porque esa era su profesión y para distinguirlo de su famoso tío, con quien también compartía el nombre.

Y se puso a trabajar, ayudando a diseñar este museo.

El Museo Van Gogh abrió sus puertas en junio de 1973, el abuelo de Willem lo visitó todos los días hasta su muerte.

"El abuelo iba a su oficina en el museo a diario, y almorzaba con los guardias.

El ingeniero Vincent Willem Van Gogh murió en 1978.

El museo que se creó gracias a él es hoy en día uno de los más visitados del mundo.

#vangoghart

Comentarios