Por qué la variante Omicron preocupa a los científicos

sábado, 27 de noviembre de 2021 · 12:42

Mundo. Si bien la variante Delta de Covid-19 monopoliza el paisaje internacional de infecciones, una nueva variante del SARS-CoV-2, denominada Omicron (B.1.1529), enciende las alarmas de la comunidad científica. Reportada por primera vez el 11 de noviembre en Botsuana, ya fue identificada en Sudáfrica y en países de otros continentes como Hong Kong, Israel y Bélgica. 


La Organización Mundial de la Salud la calificó como variante de preocupación y afirmó que existen evidencias de “amenazas preliminares de un aumento de probabilidades de reinfección”. Rápidos de reflejos, la Unión Europea, Canadá y EE.UU. suspendieron los vuelos procedentes de siete naciones del sur de África: a las ya referidas Sudáfrica y Botsuana, se suman Lesotho, Zimbabue, Mozambique, Namibia y Eswatini. Argentina hizo su parte y postergó el inicio de los vuelos directos con la región. Por la posible llegada de nuevas restricciones, los mercados financieros y el petróleo también se vieron afectados.


¿Qué dicen los especialistas sobre la variante?


Científicos y científicas estudian a Omicron con minucia porque, a priori, incorpora un nivel alto de mutaciones (más de 30) en su proteína Spike (S). Al acumular transformaciones con respecto a la variante original reportada en Wuhan, se teme por su potencial capacidad para eludir las respuestas que ofrece el organismo y vulnere, al mismo tiempo, las defensas que emergen a partir de las vacunas. De esta forma, si los anticuerpos pierden efectividad para combatir la infección, los virus ingresan con mayor facilidad a las células y desencadenan la enfermedad.


“El virus posee un número impactante de mutaciones en Spike, muchas de ellas ya identificadas en las cuatro variantes previas (Delta, Gamma, Beta y Alpha) y otras tantas que no habían sido reportadas jamás. Es muy plausible que escape a nuestra respuesta inmune y que, al mismo tiempo, sea más infectivo y transmisible”, advierte Humberto Debat, virólogo e investigador del INTA en Córdoba. Luego continúa: “Según los análisis realizados en diez provincias de Sudáfrica, en las últimas dos semanas se produjo un altísimo reemplazo del virus circulante: de mil muestras, 990 fueron de esta variante. Este dato no es menor porque implica un impacto epidemiológico muy fuerte”.


En esta línea, Daniela Hozbor --bioquímica e investigadora principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata-- apunta: “Hay material genético secuenciado y está en examen. Por ahora es preocupante por la contagiosidad que podría ocasionar. A priori, se plegaría más rápido a los receptores de nuestras células y podría tener mayor facilidad para evadir nuestra respuesta inmunológica. En lo sucesivo tendremos datos sobre la sintomatología y lo que hay que hacer en relación a las vacunas”. Y agrega: “La cancelación de vuelos representa una medida adecuada; sabemos que los aviones son los medios de entrada de las nuevas variantes”.


¿Nuevas fórmulas?


Uno de los grandes interrogantes se relaciona con la velocidad con que los laboratorios productores de vacunas pueden reactualizar las sustancias activas que se inyectan en los brazos de las personas del mundo entero. Si, eventualmente, se llegara a comprobar que la nueva variante es capaz de eludir la respuesta inmune generada por las plataformas vacunales actuales, las farmacéuticas deberían evaluar un cambio de rumbo en la fórmula. No obstante, mientras tanto, la actitud más saludable es la cautela. Por el momento, no existe ningún indicio que permita asegurar que las vacunas que hoy se aplican resignarían su efectividad.


Voceros de BioNTech, la compañía alemana aliada de Pfizer en su vacuna contra la covid, anunciaron que en tan solo dos semanas estarán en condiciones de informar si su tecnología precisará un ajuste frente al nuevo panorama. "Pfizer y BioNTech se prepararon hace varios meses para ajustar su vacuna en menos de seis semanas y entregar las primeras dosis en cien días", aseguraron. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA), por su parte, destacó que es “prematuro” resolver si se requerirán o no modificaciones en las plataformas vacunales utilizadas en la actualidad. (Página 12)

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