Perú: Canalla fujimorista y asesinato

Por Alejandro Sánchez-Aizcorbe 

Baltimore. EE.UU.

Para la canalla fujimorista el siguiente paso es el asesinato de unos cuantos o de muchos. La jauría que atacó a ministros y periodistas utilizó palos y acaso cuchillos.

En el Perú, existen sicarios de diferentes precios. Los de la asonada fujimorista son baratos. Un magnicidio cuesta más caro pero no es un ojo de la cara. Los asesinos del presidente de Haití Jovenel Moïse recibían más o menos 3,000 dólares al mes. Los asesinatos en masa son evidentemente mucho más caros puesto que implican a las fuerzas armadas, a los soldados profesionales.
Urge que se identifique a los cerebros y organizadores de la violencia de los últimos días.

¿Quiénes les pagaron a los delincuentes? ¿Qué tienen pensado una vez que Pedro Castillo sea proclamado presidente? ¿Cuáles son sus redes nacionales e internacionales?

En el fondo, se trata de una partida de ajedrez. Anticipar las jugadas del adversario resulta crucial para la supervivencia de la democracia.

Así andan las cosas en el Perú. Todos sabemos que Castillo será proclamado presidente pero nadie sabe cuánto durará en la casa de Francisco Pizarro.