Científicos pidieron con urgencia un tratado mundial para regular los desechos que orbitan la Tierra
Mundo. Aunque no podamos verla a simple vista desde la Tierra, la basura espacial está allí y crece día a día. Se ha convertido en las últimas décadas en un grave problema para las naves que viajan al espacio exterior, los satélites e incluso la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
El problema se ve agravado por los satélites en desuso que todavía están en órbita y que chocan y crean fragmentos más pequeños que son difíciles de rastrear. Los satélites realizan cientos de maniobras para evitar colisiones cada año para evitar choques que no solo causarían daños a los satélites operativos o incluso los destruirían, sino que también generarían aún más basura espacial.
En octubre de 2022, la Estación Espacial Internacional se vio obligada a tomar medidas evasivas para esquivar un fragmento de basura espacial de un satélite ruso que fue destruido por una prueba de misiles antisatélite ampliamente condenada en 2021.
En noviembre de 2021, los astronautas a bordo de la ISS se vieron obligados a refugiarse en su nave espacial de transporte cuando la estación espacial pasó incómodamente cerca de materiales en desuso. Y justo esta semana, la ISS tuvo que disparar sus propulsores para maniobrar fuera del camino de un satélite de imágenes de la Tierra.
Ante esta situación, un grupo de científicos ha pedido un tratado jurídicamente vinculante para garantizar que la órbita terrestre no sufra daños irreparables por la futura expansión de la industria espacial mundial.
En un artículo publicado en la revista Science, un grupo internacional de expertos en tecnología de satélites y contaminación por plásticos en los océanos afirma que esto demuestra la urgente necesidad de un consenso mundial sobre la mejor manera de gobernar la órbita terrestre.
Esto ocurre en la misma semana en que cerca de 200 países acordaron un tratado para proteger el Altamar, tras un proceso que demoró 20 años. Los expertos creen que la sociedad debe aprovechar las lecciones aprendidas de este tratado que involucra los océanos, a otro que proteja el espacio.
La situación es tan apremiante, que las estimaciones del crecimiento de la industria aeroespacial son exponenciales. Se prevé que el número de satélites en órbita aumente de los 9.000 actuales a más de 60.000 en 2030, y las estimaciones sugieren que ya hay más de 100 billones de fragmentos de viejos satélites sin rastrear dando vueltas por el planeta, según advierten los científicos en un artículo publicado ayer en la revista Science.
El artículo lo firman científicos de la Universidad de Plymouth, la Iniciativa Arribada, la Universidad de Texas en Austin, el Instituto de Tecnología de California, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, del Puerto Espacial de Cornualles y la Sociedad Zoológica de Londres.
Aunque esta tecnología se utiliza para proporcionar una gran variedad de beneficios sociales y medioambientales, se teme que el crecimiento previsto de la industria espacial pueda inutilizar grandes partes de la órbita terrestre. El grupo internacional de expertos en tecnología de satélites y contaminación por plásticos en los océanos afirma que esto demuestra la urgente necesidad de un consenso mundial sobre la mejor manera de gobernar la órbita terrestre. Y reconocen que varias industrias y países están empezando a centrarse en la sostenibilidad de los satélites, pero afirman que esto debería reforzarse para incluir a cualquier nación que tenga planes de utilizar la órbita terrestre.
Cualquier acuerdo, añaden, debería incluir medidas para implantar la responsabilidad de productores y usuarios sobre los satélites y los desechos, desde el momento de su lanzamiento. Los costos comerciales también deberían tenerse en cuenta a la hora de buscar formas de incentivar la responsabilidad. Estas consideraciones son coherentes con las propuestas actuales para hacer frente a la contaminación por plásticos de los océanos cuando los países inician las negociaciones para el Tratado Mundial sobre los Plásticos.
Los investigadores también creen que, a menos que se tomen medidas de inmediato, grandes partes del entorno inmediato de nuestro planeta corren el riesgo de correr la misma suerte que los océanos, donde una gobernanza insustancial ha dado lugar a la sobrepesca, la destrucción de hábitats, la exploración minera en aguas profundas y la contaminación por plásticos.
Entre ellos se encuentra el académico que dirigió el primer estudio sobre microplásticos marinos, publicado también en ‘Science’ hace casi 20 años, y científicos que contribuyeron al compromiso de desarrollar un Tratado Global sobre Plásticos firmado por 170 líderes mundiales en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en marzo de 2022.