Lo investigan por por fraude financiero y traficar información privilegiada
Detuvieron en EE.UU. a Joe Lewis, el magnate dueño de la estancia Lago Escondido
EE.UU. El multimillonario británico Joe Lewis, dueño de la estancia en Lago Escondido en el sur argentino y propietario del club de fútbol Tottenham Hotspur, se entregó el pasado miércoles a la justicia estadounidense para declarar en la causa que lo investiga por fraude financiero y traficar información privilegiada.
El fiscal a cargo de la investigación quiere saber: ¿a quién entregó información confidencial y privilegiada Joe Lewis? ¿Quiénes forman parte de su círculo íntimo? ¿Quiénes podrían haber sido los beneficiarios de los negocios bursátiles derivados de esa información? ¿Cuántas personas en la Argentina podrían haber sido cómplices de sus presuntos delitos? ¿Con qué acciones bursátiles negociada Lewis?
La oficina del fiscal del Distrito Sur de Nueva York acusó al empresario de 86 años y residente en Bahamas de proporcionar información confidencial sobre empresas que cotizan en bolsa a varios allegados que obtuvieron beneficios con la compra y venta de acciones. Aunque parezca lejano, su círculo de amistades -ahora investigado- también incluye a quienes lo frecuentan en la Argentina, uno de los lugares donde tiene residencia el magnate.
Las palabras del fiscal mandan. Entre 2013 y 2021, "Lewis abusó de su acceso a las salas de juntas de las empresas y proporcionó repetidamente información privilegiada a sus parejas sentimentales, sus asistentes personales, sus pilotos privados y sus amigos", sostuvo el fiscal Damian Williams. "Esa gente hizo entonces negocios con esa información privilegiada y ganó millones de dólares en bolsa, porque gracias a Lewis esas apuestas eran algo seguro", agregó.
Su novia y amigos
En uno de los numerosos casos que ha trascendido -si bien hay muchos otros que aún se investigan-, el británico es señalado por decirle a una novia que invirtiera en una empresa de biotecnología. Esto fue en julio de 2019, justo antes de que se hicieran públicos los resultados de un ensayo clínico. Tras hablar con ella, supuestamente entró él mismo en su cuenta bancaria y utilizó casi todos sus fondos disponibles para invertir en la empresa, por valor de 700.000 dólares y a continuación vendió las acciones con un beneficio de 849.000 dólares. El caso tomó estado público porque fue difundido hace algunas horas por la cadena BBC.
Según consignó el fiscal, "nada de esto era necesario porque Joe Lewis es un hombre rico”. De todas formas, el funcionario judicial sostuvo que “(Lewis) usó información privilegiada como una forma de compensar a sus empleados o para colmar de regalos a sus amigos y amantes. Esa es la corrupción corporativa clásica. Es hacer trampa y va en contra de las leyes, que se aplican a todos, sin importar quién seas".