La vida de los argentinos que trabajan para lanzar el Saocom 1B en SpaceX
El lunes pasado, los ingenieros de la CONAE e INVAP que participan de la nueva campaña de lanzamiento del satélite de observación de la Tierra SAOCOM 1B, ingresaron a las instalaciones de la empresa SpaceX en Cabo Cañaveral, luego de haber cumplido con un estricto protocolo de seguridad e higiene, que incluyó una cuarentena preventiva de nueve días desde el ingreso a Estados Unidos, dos test PCR, con resultados negativos, y otras medidas para prevenir el contagio del COVID-19.
“Hace más de una semana que estamos en Estados Unidos, en una campaña muy distinta a otras. Jamás se nos hubiese ocurrido pensar algo así. Trabajamos desde el hotel hasta el lunes que pasó, comunicándonos por videoconferencias cada uno en su habitación. Sólo nos veíamos en la sala de reunión, con todas las medidas de seguridad”, dijo Juan Ignacio Casais, ingeniero mecánico de la campaña SAOCOM de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). Tras recibir la autorización para ingresar a SpaceX, afirmó: “Estamos emocionados, con muchas ganas de empezar a trabajar de nuevo sobre el satélite y alistar el lanzamiento”.
“Tenemos muchas expectativas por la posibilidad de completar los trabajos que quedaron interrumpidos en marzo y avanzar en la campaña, en estos pocos días que nos quedan de acá al lanzamiento. Estamos súper ansiosos de que empiece el commissioning (período de puesta a punto del satélite apenas llega a su órbita) y que el SAOCOM 1B complete la constelación de dos satélites argentinos y puedan brindar servicios”, agregó desde Cabo Cañaveral.
Leandro Groetzner, gerente de Coordinación de la CONAE, informó que la aplicación del protocolo de seguridad e higiene continuará hasta finales de julio, cuando se prevé poner en órbita al satélite, así como durante el regreso de los ingenieros a la Argentina y sus primeros 14 días en el país. Las medidas también alcanzan a los profesionales que brindan soporte a la operaciones de manera remota desde la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Córdoba y Río Negro.
“En marzo, cuando la cuarentena era muy reciente, el equipo de profesionales de CONAE e INVAP estaba en Estados Unidos participando de la campaña de lanzamiento, que había sido anunciada para fines de ese mes. La aparición del virus y la cancelación del lanzamiento generó cierta angustia entre los ingenieros argentinos. Por eso, una vez que retomamos el lanzamiento nos propusimos hacer un protocolo para llevar tranquilidad a quienes iban a viajar como parte de la campaña, proveyendo información y garantizando sus condiciones de trabajo”, dijo Groetzner. También se designó a un representante de seguridad e higiene para que viaje a Estados Unidos y pueda asesorar y controlar que los integrantes de la campaña respeten el protocolo.
“Nos basamos en todas las definiciones que establece el Ministerio de Salud de la Nación, tratando de compatibilizar con el protocolo establecido por SpaceX y las medidas de seguridad adoptadas por el gobierno de Estados Unidos”, indicó, y ejemplificó: “Las autoridades estadounidenses establecieron como síntoma de COVID-19 una temperatura corporal de 38 grados, mientras que en la Argentina es de 37,5. El distanciamiento en EE.UU. es de 1,8 metro y acá 2. Allá el contacto estrecho es cuando estás a esa distancia por un tiempo prolongado, mientras que acá está especificado en 15 minutos. Por lo cual si bien capacitamos a los ingenieros en relación a las medidas adoptadas por cada país, decidimos que durante la campaña deberán respetar las políticas de la Argentina, aún estando en Estados Unidos”.
Los profesionales de CONAE e INVAP realizaron un test PCR cinco días antes de viajar a Estados Unidos, con una cuarentena estricta desde ese momento hasta tomar el avión hacia el estado de Florida, para evitar el riesgo de contagio. En Cabo Cañaveral debieron realizar otra cuarentena de ocho días y ser sometidos a dos nuevos test adicionales administrados por SpaceX. Superados estos test, el lunes 13 finalmente ingresaron a la base para avanzar con los trabajos de campaña.
Hasta el lunes pasado los ingenieros permanecieron en el hotel: “Bajaban a buscar el desayuno y se quedaban trabajando online en las habitaciones, que también tienen cocina, con lo cual podían almorzar y cenar ahí mismo”, informó Groetzner.
Un nuevo desafío
“Cada campaña es especial. Todas enseñan algo. En particular a mí me tocó estar en Estados Unidos cuando tuvimos que dejar el satélite en condición segura y regresar por la pandemia a la Argentina. Entonces volver sigue siendo todo un desafío. Aunque siempre es un riesgo, considero que se han tomado muchas medidas para minimizar los riesgos de salud, así como los técnicos y logísticos que implica retomar esta campaña”, dijo Andrés Sakamoto, responsable de Aseguramiento de Producto del Segmento de Vuelo, y aseguró: “Cuando me convocaron no me costó mucho decidirme y aceptar”.
“Es la cuarta vez que me toca volver a Cabo Cañaveral, tanto para la preparación como para la ejecución de la campaña de lanzamiento del SAOCOM 1B. Se siente muy extraño regresar con distanciamiento social, sin la posibilidad de compartir comidas, mates y charlas. Aunque la camaradería sigue estando como en otras campañas. También está la familia apoyándote a la distancia y los grupos de trabajo que tienen sus roles en la Argentina, que son indispensables para lo que estamos haciendo y fueron indispensables para llegar hasta acá”, indicó.
“En lo personal estoy tranquilo y seguro con las tareas que tenemos que hacer, con lo que se planificó y con el grupo que se formó para terminar este trabajo. Siento un honor y un privilegio y estoy agradecido por poder presenciar este proyecto desde este lugar”, concluyó.