Comercio pactó un básico de $286.000 y la UOM acordó un aumento del 38%
País. Dos de los principales gremios de la Argentina se sumaron a la tendencia de firmar paritarias trimestrales para no perder frente a la inflación. Por un lado, la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), el sindicato más numeroso del país, cerró ayer un acuerdo salarial por el trimestre julio-septiembre del 27% en tres tramos, que permitirá que el salario básico llegue al piso de $286.000, con presentismo. Por otro, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) pactó un incremento acumulado del 42,6% para el mismo período, que también se pagará en tres tramos.
La paritaria de Comercio, que fue acordada entre la Faecys y las tres cámaras empresariales del sector, consiste en un aumento que se pagará de esta forma: 7,5% en julio, 7,5% en agosto y 7,5% septiembre, más el 4,5% como recupero del trimestre anterior, a abonarse en julio. También incluye el compromiso de reunirse en septiembre para fijar un aumento para el último trimestre del año.
El gremio que conduce Armando Cavalieri había firmado en abril un aumento del 19,5% para el trimestre abril-junio 2023(6,5% cada mes) y un bono por única vez de $25.000, en dos cuotas.
En el caso de la UOM, encabezada por Abel Furlán, la paritaria firmada consiste en un 42,6% acumulado que se dividirá en tres tramos: 20% en julio, 9% en agosto y un 9% en septiembre, a lo que suma un bono por el Día del Trabajador Metalúrgico que se pagará en dos cuotas de $30.000, en agosto y septiembre. Además, el gremio acordó con los empresarios que en el último trimestre del año se aumentarán los sueldos de acuerdo con la inflación de cada uno de esos meses.
De esta forma, la UOM cerró su acuerdo salarial en medio del período de conciliación obligatoria que dispuso el viernes pasado el Ministerio de Trabajo, tras el inicio de un plan de lucha que incluyó paros y movilizaciones en reclamo de un incremento del 30% para el período julio-septiembre.
Las paritarias cortas que alcanzaron Comercio y la UOM consolidan la tendencia de sindicalistas y empresarios de firmar acuerdos trimestrales, como sucede en épocas de alta inflación. El plazo habitual de vigencia de los convenios es anual, con cláusulas que comprometen a las partes a sentarse a negociar la compensación de eventuales desfases ante el incremento inflacionario.